Federico III de Alemania

Federico III

Emperador Sacro Imperio

Rey de Alemania

SaliaAnteriorSucesor
Estandarte del Sacro Imperio 1452-1493Alberto IIMaximiliano I
Estandarte del Reino de Alemania 1440-1452Segismundo IMaximiliano I
Federico de Habsburgo por Anton Boys

Introducción

La decadencia del Estado alemán medieval se precipita durante el reinado de este Habsburgo, de bella presencia, pero de temperamento débil e irresoluto y de capacidad política poco desarrollada. No sólo la autoridad real se hunde sin remedio, sin que luego puedan levantarla Maximiliano I o Carlos V, sino que el territorio de Alemania se disgrega en formaciones autónomas, sufre mermas en las fronteras y pierde su influencia en el Báltico, Polonia y los países danubianos. Así se inicia la ruina política del Reich, que debía consumarse, dos siglos después, en Westfalia.

Hijo de Ernesto de Estiria y de Zimburgis de Masovia, Federico nació el 21 de septiembre de 1415 en Innsbruck. En 1434 sucedió a su padre bajo la tutela de su tío Federico IV, y un año después fue declarado mayor de edad. A la muerte de Alberto II, fue elegido rey de Alemania con la oposición del elector de Brandeburgo (2 de febrero de 1440). En aquel momento era señor del Austria Inferior y Superior, tutor del duque Segismundo, heredero del Tirol y del Austria Anterior, y representante de los derechos de la casa de Austria sobre las coronas de Bohemia y Hungría. Para un político genial esta situación hubiera sido base de grandes éxitos; para Federico III, sólo preocupado del interés de su dinastía, fue punto de arranque de su descrédito.

Sus primeros pasos en política exterior demostraron ya la escasa energía de su gobierno. Sin preocuparse de los intereses religiosos de Alemania, firmó un acuerdo con el Papado (Viena, 1448) resolviendo la cuestión del nuevo cisma entre Nicolás V y Félix V a favor del primero. En compensación fue coronado emperador en Roma el 19 de marzo de 1452. Fue la última coronación imperial realizada en esta ciudad. El nuevo título no dio ni mayor vigor ni mayor prestigio a su política. En el interior de Alemania continuaron las luchas entre nobles y ciudades, que se dirimieron en forma sangrienta en Alemania central (1450) y el Rin (1450-1463).

Todos los intentos de reforma del Reich fracasaron uno tras otro, en particular por la resistencia de las ciudades imperiales. Los únicos sistemas de gobierno fueron el régimen de Landsfrieden y la liga de Suabia, constituída en 1488. Pese a su mal gobierno, Federico III logró que los príncipes eligieran como sucesor suyo a su hijo Maximiliano en 1486.

Su política exterior se caracterizó por muchos fracasos. En su tiempo Suiza alcanza la independencia efectiva (paz de Constanza, 1474), mientras que en Borgoña se constituye en poderoso principado. Felizmente, la muerte de Carlos el Temerario (1477) permitió establecer en aquel ducado la influencia de los Habsburgos, gracias al matrimonio de Maximiliano con María, heredera de su padre Carlos. En cuanto a Bohemia y Hungría, Federico había sido nombrado tutor de Ladislao Póstumo a la muerte de su padre Alberto II, rey de Alemania, Bohemia y Hungría. Contra Federico III checos y magiares apoyaron a Ladislao Jagellón; pero al morir éste en Varna, ante los turcos, designaron reyes nacionales: Podiebrad en Bohemia y Matías Corvino en Hungría (1458). Estas elecciones fueron muy desfavorables para los intereses de Federico III, pues no sólo perdió su influencia política en aquellos territorios, sino que aún se vio amenazado en los propios. Ni en la misma Austria pudo Federico III poner algún orden. Después de disputar algún tiempo los dominios de la Baja Austria a Segismundo y Alberto VI, duques de otras porciones austríacas, Federico logró anexionarla a sus territorios.

Pero en 1462 los nobles y burgueses de Viena se levantaron contra su gobierno y le sitiaron en el castillo ducal. En 1463 la muerte de Alberto VI inauguró una época de relativa paz, interrumpida en 1485 por la conquista de Viena y la Baja Austria por los húngaros. En medio del desprecio general Federico III murió en Linz el 19 de agosto de 1493 Consigo llevaba al sepulcro el hundimiento de la Orden Teutónica en Polonia y el de la Hansa en el Báltico, los dos grandes instrumentos de la expansión germánica en el Este durante la Baja Edad Media.

VICENS VIVES, Jaime, Mil Figuras de la Historia, Ed. Instituto Gallach, 1944, T. I, págs. 193.