Unificación de Alemania
El canciller Otto Von Bismarck justificó el proceso de unificación como una razón de Estado (término acuñado por Nicolás Maquiavelo) el cual señalaba que un gobernante puede tomar medidas sin importar los costos, con objeto de preservar la existencia de un Estado.
«Con malas leyes y buenos funcionarios todavía es posible gobernar. Pero con los malos funcionarios, incluso las mejores leyes no pueden ayudar». Bismarck
Muchos corruptos ansían poder, ostentar un cargo de funcionario, pues los privilegios que normalmente vienen adheridos al mismo, puede serles muy útiles en la persecución de sus objetivos personales y se olvidan de los obajetivos nacionales.
Compilación histórica y elaboración: Luis Alberto Pintado Córdova
Todos los que hablan un mismo idioma […] hállanse unidos entre sí desde el principio por un cúmulo de lazos invisibles […] de modo que los hombres no forman una nación porque viven en este o el otro lado de una cordillera de montañas o un río, sino que viven juntos […] porque primitivamente, y en virtud de leyes naturales de orden superior, formaban ya un pueblo. Así la nación alemana, gracias a poseer un idioma y una manera de pensar comunes, hallábase suficientemente unida y se distinguía con claridad de los demás pueblos de la vieja Europa…
Johann Gottlieb Fichte. Discurso a la nación alemana, 1807
La unificación de Alemania fue un proceso histórico que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo xix en Europa Central y que acabó con la creación del Imperio alemán el 18 de enero de 1871 reuniendo diversos estados hasta entonces independientes (Prusia, Baviera, Sajonia, etc.).
Antes de la formación de un Estado nacional unificado, el territorio de Alemania se encontraba dividido en un mosaico político de 39 Estados. Entre ellos destacaban, por su importancia económica y política, el Imperio austríaco y el Reino de Prusia.
Para Bismarck el caso de Alemania estas consistían en:
- Aislar diplomáticamente a Austria mediante el apoyo de Francia y generar un aislamiento con Rusia
- Lograr una superioridad militar Prusiana para hacer frente a una guerra contra Austria
- Esperar el pretexto militar para iniciar las guerras de unificación del territorio (se presentó con la Guerra por el reparto de los Ducados)
1. Antecedentes
Alemania en 1815 estaba dividida en 39 Estados que conformaban la Confederación Germánica, dentro de la cual se distinguen tres grandes zonas: Prusia, Austria y los Estados Centrales.
Sin embargo, la Unificación Alemana quedó planteada como un enfrentamiento entre Austria y Prusia.
Diversos factores favorecían a Prusia:
- Su mayor desarrollo económico e
- Los fuertes lazos creados con los demás Estados Alemanes, a través de la Unión Aduanera (Zollverein), concretada desde 1819 y de la que se excluyó a los austríacos.
- Debilitamiento de Austria, ocasionado por los constantes conflictos internos, pues englobaba a pueblos muy diferentes entre sí.
2. Forjadores
- Guillermo I Hohenzorllen, rey de Prusia
- Otto Von Bismarck, canciller de Prusia (“Canciller de hierro”).
- Mariscal Bernardo (Helmuth) Von Moltke, jefe del Estado Mayor del Ejército Prusiano.
3. Etapas
A. Guerra contra Dinamarca o de los Ducados (1864)
Austríacos y prusianos invaden Dinamarca. Prusia se adueñó de Schleswig, mientras que el Ducado de Hosltein quedó mancomunado (T. de Viena) confirmado por el T. de Gastein.
B. Guerra contra Austria (1866)
Triunfo prusiano en la batalla de Sadowa (3 de julio de 1866). Se firma el tratado de Praga (agosto de 1866), mediante el cual Austria cede Venecia a Italia; también el Ducado de Elba a Prusia. Asimismo, se disolvió la confederación germánica que lideraba Austria, y en su lugar, Bismarck crea la confederación de Alemania del Norte.
Como consecuencia de esta derrota, Austria fue expulsada de Alemania y se expandió hacia el Este Europeo (Los Balcanes), lo que dio como resultado conflictos con Rusia y Servia, una de las causas de la Primera Guerra Mundial. Austria se unió a Hungría. Se formó el Augsleich (compromiso entre austríacos y húngaros) en 1867.
C. Guerra contra Francia o Guerra Franco–Prusiana (1870):
Es derrotado el emperador Francés Napoleón III en la batalla de Sedán (1 de setiembre de 1870).
Se firmó el tratado de Francfort (10 de mayo de 1871), por el cual Francia cede a Prusia las regiones de Alsacia y Lorena.
De otro lado, se funda el Das Deutches Reich (Segundo Imperio Alemán) el 18 de enero de 1871, teniendo como escenario el Palacio de Versalles (París). El primer emperador (Kaiser) del Segundo Reich fue Guillermo I.
Secuencia del Reich
- I Reich: Otón I (962)
- II Reich: Guillermo I y Guillermo II (1871–1918)
- III Reich: Adolfo Hitler (1934)
Otto Von Bismarck

Bismarck gobernó durante casi treinta años, primero, como ministro del rey de Prusia (1862-1871), y después como ministro del emperador de Alemania (1871-1890). Europa lo contó entre sus principales dirigentes.
Nacido en una familia de la nobleza prusiana, poseía grandes condiciones de inteligencia, audacia, tenacidad y energía. Era un aristócrata, un ultramonárquico. Sostenedor del derecho divino de los reyes y enemigo de las democracias y de los Parlamentos. No admitía sentimentalismos en sus decisiones gubernativas
Conocía bien la política alemana, pues había sido, sucesivamente, diputado en el parlamento de Prusia y delegado prusiano en la Dieta de Francfort, por ocho años. Conocía la vida de Alemania y la política de Austria. Fue embajador en Rusia y en Francia, donde aprendió la intrincada política europea, convirtiéndose en un experto diplomático. Luego el rey lo nombró ministro.
Para realizar la reforma militar que se proponía Guillermo I, Bismarck prescindió del parlamento e inició una verdadera dictadura que duró cuatro años (1862-1866); el rey fijó los impuestos por su sola cuenta, sin preocuparse de las protestas de los liberales, y decretó la aplicación del plan de Roon y Moltke, sin esperar la aprobación del parlamento.
El mapa de Europa a fines del siglo XIX
Las unificaciones de Italia y Alemania modificaron profundamente el ordenamiento territorial europeo:
- Francia vio disminuidos sus territorios con la pérdida de Alsacia y Lorena.
- Alemania se extendía desde el Rhin hasta más allá del río Vístula, y desde el mar del Norte hasta el río Danubio.
- Italia abarcó desde los Alpes hasta la isla de Sicilia.
Austria–Hungría perdió la Silesia y los antiguos dominios italianos, pero seguía constituyendo un estado poderoso, que iba desde las nacientes de los ríos Vístula, Oder y Elba hasta el Danubio.
- En los Balcanes, el Imperio Otomano (Turco), seguía siendo dominante, pero se habían formado Rumania, Grecia y Serbia. En 1908 Austria– Hungría anexó Bosnia-Herzegovina ante las protestas de Rusia y Serbia, lo que provocaría la Primera Guerra Mundial.
Vídeo documental recomendado:
UNIFICACIÓN ALEMANA. Tic Badajoz
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La Unificación Alemana y el nacimiento del Segundo Reich
Bajo la influencia del pensamiento romántico, el siglo XIX vio el nacimiento de diversos estados que aspiraban a unir a sus respectivas naciones. Uno de estos fue Alemania, que de una miríada de pequeñas soberanías se convirtió en un poderoso imperio.

Una popular frase apócrifa, atribuída a diversos políticos de la Guerra Fría, decía: “Me gusta tanto Alemania que prefiero que haya dos”. Esa persona que nunca existió habría estado muy complacida a comienzos del siglo XIX, cuando había no una sino cientos de Alemanias: la abdicación del emperador Francisco II de Habsburgo-Lorena en 1806 puso fin oficialmente al Sacro Imperio Romano Germánico, que había mantenido como mínimo la ilusión de una unidad alemana a lo largo de casi ocho siglos y medio, y dejó el espacio germano dividido en más de 1800 territorios que iban desde grandes reinos hasta ciudades autónomas.
LAS DOS ALEMANIAS: AUSTRIA Y PRUSIA
El XIX fue el siglo del pensamiento romántico, bajo el influjo del cual diversas naciones aspiraron a convertirse en un único país. Alemania fue una de ellas, pero la cuestión era cómo: aunque compartieran una lengua y hasta cierto punto un bagaje cultural común, existían grandes diferencias entre ellas. Austria y Prusia, los dos estados germánicos más poderosos tras la desintegración del Sacro Imperio, y por ende los únicos en condiciones de liderar el camino hacia la unidad, eran muy diferentes y se convirtieron en rivales feroces.
Austria era un imperio plurinacional y conservador, cuyos súbditos eran en buena parte católicos; Prusia en cambio era un reino mayoritariamente protestante, burgués y algo más liberal, aunque igualmente autoritario. La élite prusiana abogaba por la creación de una Gran Alemania que uniera -bajo su liderazgo, naturalmente- todos los territorios de cultura germana; algo a lo que se oponía la corte austríaca, puesto que suponía renunciar a buena parte de sus territorios y terminar probablemente en un lugar secundario respecto a Prusia.
Austria y Prusia eran los dos estados germánicos más poderosos tras la desintegración del Sacro Imperio y se convirtieron en rivales feroces
Prusia tenía buenos motivos para desear la unidad más que Austria: su industria y comercio podían beneficiarse enormemente de la exportación de productos y materias primeras. Un primer paso en ese sentido fue la creación en 1815 de la Confederación Germánica, formada por 39 estados incluyendo a Austria y a Prusia. Aunque sus miembros mantenían su independencia, el objetivo era avanzar hacia una unidad mercantil y política, pero la rivalidad austro-prusiana lo impidió y finalmente se disolvió en 1848.
LIBERALISMO Y REVOLUCIÓN
El año 1848 trajo una ola de revoluciones liberales en diversos países de Europa, en cada uno motivado por sus propios motivos, pero con dos denominadores comunes: el choque entre el Antiguo Régimen y las nuevas corrientes democráticas nacidas de la Revolución Francesa, y la lucha de poder entre las viejas élites artistocráticas y la burguesía industrial en ascenso.
Las revoluciones de 1848 coincidieron con un fortalecimiento de Prusia respecto a Austria, a la cual le había surgido una nueva preocupación: las tensiones en Lombardía y Véneto con el Reino de Cerdeña, que aspiraba a su vez a formar un estado italiano y encontró un aliado en Prusia, puesto que a ambos les interesaba debilitar al Imperio Austríaco en su propio beneficio. Esta situación transfirió a la monarquía prusiana todo el liderazgo de la unificación alemana, mientras la corona austríaca pugnaba por mantener unido su imperio multinacional.
“HIERRO Y SANGRE”
En enero de 1861, el príncipe Guillermo de Hohenzollern sucedió a su hermano como rey de Prusia después de tres años ocupando el cargo de regente. Guillermo I era un hombre conservador y criado en la disciplina militar, pero estaba abierto a ciertas reformas controladas para rebajar la tensión. Después de los episodios revolucionarios, Prusia se había dotado de un parlamento -el Landtag- de mayoría liberal, con el cual la monarquía mantenía un delicado equilibrio.
“Alemania no busca el liberalismo de Prusia, sino su poder. Baviera, Wurttemberg, Baden pueden disfrutar del liberalismo, y nadie les asignará el papel de Prusia. Prusia tiene que unirse y concentrar su poder para el momento oportuno, que ya ha pasado de largo varias veces. […] Las grandes cuestiones de la época no las decidirán ni los discursos ni los acuerdos por mayoría -ese fue el gran error en 1848 y en 1849-, sino el hierro y la sangre”.
Bismarck puso en práctica su discurso en los años siguientes: tres guerras -contra Dinamarca en 1864, contra Austria en 1866 y contra Francia en 1870- transfirieron a Prusia la autoridad sobre muchos territorios de habla alemana, debilitando al Imperio Austríaco y provocando la caída del Segundo Imperio Francés, sus grandes rivales. Austria se vio aún más debilitada por la pérdida, en favor de Italia, de la Lombardía en 1859 y del Véneto en 1866.
EL SEGUNDO REICH
El momento era propicio para consolidar el poder de Prusia y para cristalizar esa unificación a la que el romanticismo alemán aspiraba. Un primer paso fue la creación en 1867 de la Confederación Alemana del Norte, que sustituía a la antigua Confederación Germánica y, que al contrario que esta, podía funcionar como un verdadero estado, con un parlamento nacional -el Reichstag- con amplias competencias legislativas y un Consejo Federal formado por representantes de todos los estados constituyentes. Aunque legalmente era una confederación de estados iguales, otorgaba grandes poderes a la figura del canciller -el propio Bismarck, que pasaría a la historia como “el canciller de hierro”- y, por lo tanto, daba el liderazgo de facto a Prusia.
La aplastante victoria contra Napoleón III en la Guerra franco-prusiana de 1870 dio el impulso final. Bismarck, aprovechando el vigor que ese triunfo daba al nacionalismo alemán, pactó con los representantes de varios estados de la Confederación la concesión de mayores ventajas si accedían a completar la unificación formalmente y a proclamar al rey Guillermo como kaiser, Emperador de Alemania. En diciembre de ese año el Reichstag aprobó otorgar dicho título al monarca.
El escenario para la coronación no podía ser mejor: la Galería de los Espejos del Palacio de Versalles, la morada de los grandes reyes franceses en el apogeo de su poder. La fecha escogida tampoco fue casual: el 18 de enero de 1871, el mismo día en el que, en 1701, su antepasado Federico I había sido coronado rey de Prusia, iniciando la historia de la nación que ahora guiaba a la nueva Alemania. La Confederación desapareció para dar lugar al Segundo Imperio alemán, asumiendo que el Primero había sido el Sacro Imperio Romano Germánico, del que se consideraba heredero.
El nuevo imperio no nacía exento de problemas. El principal fue la llamada Kulturkampf (“lucha cultural”), una consecuencia de la unificación de territorios política y religiosamente diversos. Bismarck era de un anticatolicismo ferviente y partidario del centralismo, algo que chocaba con la población católica y con las aspiraciones de autonomía de los representantes de los distintos territorios. La posición del canciller se vio muy debilitada cuando el nieto del emperador, Guillermo II, tomó las tiendas del estado en 1888. El nuevo kaiser tenía unos proyectos para el país que diferían completamente de los de Bismarck, especialmente en política exterior, y finalmente le forzó a dimitir dos años después. El Segundo Reich aún perdudaría hasta 1918, cuando la derrota en la Primera Guerra Mundial forzó su transformación en la frágil República de Weimar.
En el caso de los estados alemanes la razón principal era el descontento, entre las clases populares y medias, con las viejas estructuras de poder autocráticas heredadas del Sacro Imperio, que les impedían el ascenso social. Las protestas fueron especialmente intensas en estados del oeste alemán, donde los revolucionarios aspiraban a establecer regímenes democráticos y obtuvieron algunas victorias, como la creación de parlamentos y el derecho al voto. Pero la heterogeneidad de sus miembros, que había sido al principio su gran fuerza, propició pronto su división y derrota.
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Frases famosas de Bismarck
Por. Alfonso Barba Caballero. ABC
La gente nunca miente tanto como después de una cacería, durante una guerra o antes de una elección.
Las mentiras son demasiado frecuentes en nuestra sociedad, si deseamos que el futuro próximo sea más brillante para todos nosotros, deberíamos aprender a dejarlas de un lado.
Nunca creas nada en política hasta que se haya negado oficialmente.
Las mentiras en política suelen ser utilizadas constantemente, algo que por desgracia suele acabar perjudicando al conjunto de la población.
Cuando quieras engañar al mundo, di la verdad.
La verdad puede ser un arma realmente devastadora, siempre que podamos será mucho mejor para nosotros que hagamos uso cauteloso de ella.
Todos los tratados entre grandes estados dejan de ser vinculantes cuando entran en conflicto con la lucha por la existencia.
Un hombre es capaz de todo con tal de sobrevivir y una nación también, los tratados entre naciones en época de guerra suelen ser vulnerados con una gran frecuencia.
No vale la pena buscar o poseer ninguna otra civilización que no sea la cristiana.
El mundo cristiano albergaba bajo su particular punto de vista las maravillas más grandes del planeta. Europa siempre fue para él la verdadera cuna de la civilización.
Un gobierno no debe renunciar una vez que ha elegido su curso. No debe mirar hacia la izquierda o hacia la derecha, sino hacia adelante.
Todo gobierno debe ser decidido en su toma de decisiones, de lo contrario la oposición no tardará mucho en tomar cartas en el asunto.
El destino de los débiles es ser devorado por los fuertes.
Él creía en la antigua creencia de que solo el fuerte sobrevive, pero la naturaleza con el paso del tiempo nos ha enseñado de que esto no es realmente así, pues en realidad lo correcto es decir que solo el mejor adaptado al medio sobrevive.
Solo hay una locura más grande que la del tonto que dice en su corazón que no hay Dios, y esa es la locura de la gente que dice con la cabeza que no sabe si hay un Dios o no.
Asegurar que Dios no existe es una afirmación que nunca podemos hacer, pues en realidad es un dato que simplemente todos desconocemos.
La política es el arte de lo posible, lo alcanzable, el arte de lo mejor.
La política siempre busca fomentar la riqueza de una sociedad, un objetivo que en la mayoría de ocasiones suele ser infructuoso.
La nación que tiene las escuelas tiene el futuro.
Sin educación no hay futuro posible para una nación, por ello el primer deber de un país siempre es instruir a sus ciudadanos.
Con malas leyes y buenos funcionarios todavía es posible gobernar. Pero con los malos funcionarios, incluso las mejores leyes no pueden ayudar.
Muchos corruptos ansían poder ostentar un cargo de funcionario, pues los privilegios que normalmente vienen adheridos al mismo, puede serles muy útiles en la persecución de sus objetivos personales y se olvidan de los objetivos nacionales.
Una generación que ha recibido una paliza siempre es seguida por una generación que se ocupa de uno.
Cómo tratemos a nuestros jóvenes será aquello que nos depare el futuro, como se suele decir, no siembres truenos si no quieres recoger tempestades.
Esta unificacion trajo diversos problemas. Bismarck era de un anticatolicismo ferviente y partidario del centralismo, algo que chocaba con la población católica y con las aspiraciones de autonomía de los representantes de los distintos territorios. La posición del canciller se vio muy debilitada cuando el nieto del emperador, Guillermo II, tomó las tiendas del estado en 1888. El nuevo kaiser tenía unos proyectos para el país que diferían completamente de los de Bismarck, especialmente en política exterior, y finalmente le forzó a dimitir dos años después.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales.
Cuando es derrotado el emperador Francés Napoleón III en la batalla de Sedán (1 de setiembre de 1870). La Unificación de Alemania quedo triunfal.
Se firmó el tratado de Francfort (10 de mayo de 1871), por el cual Francia cede a Prusia las regiones de Alsacia y Lorena.
De otro lado, se funda el Das Deutches Reich (Segundo Imperio Alemán) el 18 de enero de 1871, teniendo como escenario el Palacio de Versalles (París). El primer emperador (Kaiser) del Segundo Reich fue Guillermo I.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales.
Lamentablemente el camino para la unificación alemana era la guerra para consolidarse como estado nación. Alemania en 1815 estaba dividida en 39 Estados que conformaban la Confederación Germánica, dentro de la cual se distinguen tres grandes zonas: Prusia, Austria y los Estados Centrales.
Sin embargo, la Unificación Alemana quedó planteada como un enfrentamiento entre Austria y Prusia.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales.
Con malas leyes y buenos funcionarios todavía es posible gobernar. Pero con los malos funcionarios, incluso las mejores leyes no pueden ayudar. Bismarck
Excelente artículos. Felicitaciones.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales.
Loa germanos desde la antiguedad eran hombres de guerra, amantes de su libertad y eran un pueblo muy imteligente que nunca se sometió aal imperio roman. Su idiosincracia, disciplina y organización fue notable para constituirse en une Estado propio. La Unificación Alemana, se realizó sin contar con la libre voluntad de los pueblos; es decir, que no fue un movimiento espontáneo, un anhelo nacionalista, una aspiración patriótica de las mayorías.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales.
Alemania tuvo que lidiar contra reinos que eran potencias europeas para lograr su liberación. La unificación de Alemania fue un proceso histórico que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo xix en Europa Central y que acabó con la creación del Imperio alemán el 18 de enero de 1871 reuniendo diversos estados hasta entonces independientes (Prusia, Baviera, Sajonia, etc.).
Antes de la formación de un Estado nacional unificado, el territorio de Alemania se encontraba dividido en un mosaico político de 39 Estados. Entre ellos destacaban, por su importancia económica y política, el Imperio austríaco y el Reino de Prusia. Me gusto.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales.
Los forjadores de Alemanis fueron visionarios para hacer una gran nación.
«Todos los que hablan un mismo idioma […] hállanse unidos entre sí desde el principio por un cúmulo de lazos invisibles […] de modo que los hombres no forman una nación porque viven en este o el otro lado de una cordillera de montañas o un río, sino que viven juntos […] porque primitivamente, y en virtud de leyes naturales de orden superior, formaban ya un pueblo. Así la nación alemana, gracias a poseer un idioma y una manera de pensar comunes, hallábase suficientemente unida y se distinguía con claridad de los demás pueblos de la vieja Europa…» Excelente.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales.
Excelente introducción que de inmediato pega al lector. El canciller Otto Von Bismarck justificó el proceso de unificación como una razón de Estado (término acuñado por Nicolás Maquiavelo) el cual señalaba que un gobernante puede tomar medidas sin importar los costos, con objeto de preservar la existencia de un Estado.
Gracias por el comentario. Éxitos profesionales.