A Doria Ragland, la futura suegra del príncipe Harry, solían acercársele muchos vecinos con la pregunta de si era la niñera de su hija. Les sorprendía la piel clara del bebé. Hija de padre y madre afroamericanos, Ragland ** se casó en 1979 con Thomas Markle, un iluminador cinematográfico de raza caucásica del que la niña que tuvieron cuatro años más tarde heredaría su color.** Ni siquiera en los Estados Unidos las parejas birraciales están libres de comentarios racistas: “Estaba pasando unos días de vacaciones en Los Angeles cuando a mi madre le llamaron ‘nigger’ (la palabra en inglés despectiva para referirse a los negros) ", contaba Meghan Markle en una entrevista. "Estábamos saliendo de un concierto y por lo visto a otro conductor le pareció que mi madre no dejaba libre la plaza de aparcamiento lo bastante deprisa”.
Luego, en el Reino Unido, después de que el palacio de Kensington anunciara el compromiso de bodas entre Meghan Markle y el príncipe Harry, fue de nuevo el color de piel de Doria Ragland lo que más llamó la atención de los tabloides británicos, que empezaban a calcular las probabilidades de que el bebé que tenga la pareja herede la piel de su abuela materna. Pero más allá de su color de piel, ** ¿quién es esta mujer a punto de convertirse en la consuegra del príncipe Carlos, el futuro rey de Inglaterra?**
Doria Ragland tiene 61 años y vive en una modesta casa de color verde pistacho y una sola planta en Crenshaw, una conflictiva zona de Los Ángeles acostumbrada a desayunar con la noticia de algún asesinato, un robo o una pelea de las bandas que frecuentan el barrio. Hasta 47 crímenes se cometieron en solo una de las semanas de 2016. Con el padre de Meghan, vivía en una casa y un barrio mejor, pero en 1987 el matrimonio se divorció y Ragland se instaló entonces en casa de su padre, Alvin. Luego este murió y en 2011 se compró la casa verde. Trabaja como instructora de Yoga y hace dos años se graduó además como trabajadora social, unos estudios que poco después empezó a poner en práctica en una institución de salud mental. “Siempre orgullosa de esta hermosa mujer”, comentó en Instagram Meghan una fotografía de su madre el día de su graduación. “Esta imagen es de cuando se graduó en Trabajo Social. Honrando a mi madre, Doria, y a todas las madres asombrosas de nuestras vidas”.
Que Meghan Markle está orgullosa de su madre lo prueba lo mucho que ha escrito sobre ella en The Tig, aquel blog inspiracional y buenrollero que la actriz escribió durante años y en el que otros familaires menos agradables -los famosos hermanastros- no tuvieron su papel. En un post de 2014 titulado “Carta de amor”, la describió con las siguientes palabras: "Rastas. Un aro en la nariz. Instructora de yoga. Trabajadora Social. Espíritu libre. Amante de las patatas fritas y de las tartas de limón. Y si el DJ pincha “Call Me,” de Al Green, entonces olvídate. Meneará sus caderas bailando los pasos más dulces que has vistos, balanceando su cabeza y chasqueando sus dedos como si hubiese estado bailando desde que estaba en la tripa de su madre. Entonces sonreirás. No podrás evitarlo. La mirarás y te pondrás contento. Estoy hablando de mi madre”.
Otra prueba de la buena relación que existe entre madre e hija es que, de toda la familia de Meghan Markle, Doria Ragland es la única que ha conocido en persona al príncipe Harry -con su suegro ha hablado solo por teléfono-. El año pasado, acompañó a su hija a los ** Invictus Games** que el príncipe Harry y su fundación organizaban en Toronto. Fue allí donde la pareja se besó por primera vez en público. La presencia en las gradas de Ragland, con la que además los novios pasaron unos días, dejaba claro que la cosa entre los dos iba en serio. Poco después se anunciaría su compromiso. Doria Ragland volvió entonces a un discreto segundo, tercer plano, decidida a no hablar con los medios y a seguir haciendo su vida. El de su hija es un cuento de hadas en el que participará el próximo sábado y que luego preferirá seguir leyendo desde Los Ángeles.
Estos días, se encuentra en Londres ayudando en los preparativos de la boda y está previsto que se reúna en el palacio de Buckingham con la reina Isabel II. Si en un primer momento fue ella lo más llamativo del dossier sobre Meghan Markle -por su raza y por su más que modesto estilo de vida-, está claro ya que Doria Ragland es una fuerza amiga. Tal vez la mayor virtud que le encuentren en palacio es que los molestos Thomas Markle Jr. y Samantha Grant no son sus hijos.