Por Mª Dolores Barreda Pérez
Los Directores de la Gaceta de Bellas Artes
de la Asociación Española de Pintores y Escultores

La Gaceta de Bellas Artes 1929: José Subirá Puig
Al dejar la presidencia José Francés, la revista siguió con el comité de redacción formado por Jesús María Perdigón, Angel Vegué, Ramón Pulido y Pedro García Camio, como secretario, al que después se incorporó Antonio Ortíz de Echagüe como Presidente, pero no como director de la Gaceta.
La Gaceta se vendía en Barcelona en Galerías Layetanas, calle Cortes núm. 613
Meses más tarde, a Antonio Ortiz de Echagüe le fue concedida la Legión de Honor, viéndose precisado a dimitir como Presidente de la AEPE, por residir más tiempo fuera de Madrid que en la capital, siendo sustituido en el cargo por Julio Moisés.
El Secretario General, Pedro García Camio, dimitió, ocupando ese cargo de forma interina, Jesús María Perdigón, quien terminaría también dimitiendo, nombrándose provisionalmente a Roberto Fernández Balbuena, si bien la Asamblea General celebrada el 31 de mayo, eligió definitivamente a Emilio Romero Barrero, pintor y desde febrero, médico oficial de la Asociación.
La biografía de Roberto Fernández Balbuena ya la abordamos en la Gaceta de Bellas Artes de Julio de 2021, al ver la Medalla que con su nombre, se concede en el Salón de Otoño.
La Gaceta de Bellas Artes estaba regida por un comité de redacción en el que figuraba el secretario, y en el que Roberto Fernández Balbuena ejercía de director, quien, en junta de 15 de mayo dio cuenta de sus proyectos respecto a la revista y que se fueron madurando a lo largo de todo el año. También figuraba en dicho comité José Subirá, redactor de temas musicales, y Enrique Estevez Ortega.
Nuestra Gaceta era quincenal, empezando el año con 24 páginas, y, aunque terminó con 12, se anunciaba la próxima aparición de Plástica, que sería la nueva forma de la Gaceta abierta a todos los amantes del arte. La suscripción por trimestre seguía siendo 3 pesetas.
José Subirá Puig

José Subirá Puig retratado en 1934 por Gabriel Esteve Fuentes, RABASF
José Subirá Puig nació en Barcelona el 16 de agosto de 1882.
Al obtener su padre, Mauricio Subirá, un puesto de catedrático de instituto en Ciudad Real, el joven José cursó en aquella ciudad los estudios escolares, al mismo tiempo que iniciaba los estudios musicales, que efectuó con el organista de la Catedral.
Desde 1896 fijó su residencia en Madrid, salvo dos años que residió en la ciudad belga de Amberes.
En 1900 logró el Primer Premio de Piano en el Conservatorio de Madrid. Un año más tarde, el Primer Premio de Armonía también en el Conservatorio de Madrid.
En la Universidad de Madrid llevó a cabo la carrera de Derecho, actividad que simultaneó con los estudios musicales en el Conservatorio.
En 1904 obtuvo el Primer Premio de Composición en el Conservatorio de Madrid.

José Subirá en 1930
Una vez licenciado en Derecho en 1904, se doctoró en 1923 pero su verdadera vocación era la música, y por tal motivo concluyó las carreras de Piano y Composición, obteniendo siempre las máximas calificaciones.
Se presentó al célebre Premio de Roma, que conllevaba una estancia de estudios en la capital italiana, sin obtener el premio, razón por la que Subirá abandonó la composición para dedicarse enteramente a la musicografía.
Entre 1906 y 1908 fue profesor de la Universidad Popular de Madrid, dictando conferencias y desarrollando diversas iniciativas culturales. Dio lecciones monográficas en el Museo del Prado y conciertos comentados en asociaciones obreras del momento.
Paralelamente a esta actividad docente, desarrolló una intensa actividad de crítica musical en periódicos y revistas.

José Subirá Puig
En ellas escribía con numerosos pseudónimos, como Jesús A. Ribó, Rosa I. Jubés, Mauricio Puig, Ixión y El Bachiller Orfeo.
Ascienden a varios millares los artículos diversos y las crónicas musicales que aparecieron en la prensa española durante más de treinta años, a partir de 1905, aproximándose a trescientos cincuenta los que ha publicado en el Diario de Barcelona sin interrupción desde 1954, dando con frecuencia nuevas noticias como frutos de sus investigaciones musicológicas.
Colaboró en las principales revistas españolas, entre ellas Revista de la Bibliotecas, Archivos y Museo del Ayuntamiento de Madrid; Gaceta de Bellas Artes, Revista Musical Catalana, Las Ciencias y Arbor, y en las más destacadas de Europa: Revue de Musicologie, La Revue Musicale y L’Opéra-Comique, de Francia; Die Musik y Musik in Leben, de Alemania; Acta Musicológica, Boletín de la Sociedad Internacional de Musicología y en varios diccionarios musicales, entre ellos el Musik-Lexicon de Riemann en su undécima edición y el Diccionario Enciclopédico Salvat y en la Enciclopedia Universitas.
De 1908 a 1910 trabajó en Amberes en calidad de secretario del Consulado General de la República Argentina en la ciudad belga.

José Subirá en 1928
En 1911 regresó a Madrid y no logra aprobar la oposición a la cátedra de Historia de la Música en el Conservatorio, ni tiene tampoco suerte en la carrera consular, lo que le obligó a trabajar primero como auxiliar en la secretaría de la Junta de Ampliación de Estudios, y luego en el que sería su empleo durante treinta años, como auxiliar administrativo en el Ministerio de Trabajo.
Su vocación musical y su dilatada actividad como musicógrafo, con importantes libros y artículos en su haber, le llevan a dirigir en 1917 la revista Arte Musical.
En 1923 se doctora en la Facultad de Derecho.
En 1928 la Real Academia Española le publica el primer tomo de La tonadilla escénica, al que seguirán otros tres. Ese mismo año, es nombrado delegado oficial en el Primer Congreso Internacional de Música Popular organizado por el Instituto Internacional de Cooperación Intelectual celebrado en Praga.

El musicólogo en la ficha de la RABASF
En 1930 lo será para el Primer Congreso Internacional de Musicología de Bélgica.
Tras la guerra civil, en 1941 fue sancionado con la separación definitiva de su puesto como auxiliar del Ministerio de trabajo, como consecuencia de la depuración política.
Entre 1942 y 1944 se encarga de hacer los miles de fichas que recogen vocabularios de diversas material por encargo de la Real Academia Española y con destino a su Diccionario Histórico en preparación.
En 1944 se fundó el Instituto Español de Musicología, encuadrado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y Subirá se convirtió primero en secretario de la Sección de Madrid, y en 1950 en jefe de ésta.
En 1945 obtiene el Primer Premio Nacional de Musicología en concurso público y el Premio de la Fundación Conde de Cartagena, concedido en otro concurso público por la Real Academia Española, al presentar un léxico de música y danza con más de cuatro mil voces.

En 1952 fue elegido académico numerario de la Real Academia de San Fernando: su discurso de aceptación versó sobre Un vate filarmónico: don Luciano Camelia, siendo contestado por el académico secretario, José Francés.
En 1954 fue nombrado Bibliotecario Perpetuo de la Academia y en 1957 director de la revista corporativa Academia.
Aquel mismo año fue nombrado miembro correspondiente de la Hispanic Society de Nueva York.
En 1968 es nombrado miembro honorario del Instituto de Estudios Madrileños por sus méritos personales y por los servicios prestados al mismo.
El alcalde de Madrid le impuso la Medalla de Honor de la ciudad en 1977.
José Subirá falleció en Madrid, el 7 de enero de 1980, a los 98 años.

Entre las numerosas condecoraciones extranjeras sobresalen las de Oficial de la Orden de la Corona, de Bélgica (1925), Caballero de la Legión de Honor, de Francia (1928), y Caballero de la Orden del León Blanco, de Checoslovaquia (1931).
Miembro de honor del Círculo de Bellas Artes de Madrid (1958), y miembro honorario del Instituto de Estudios Madrileños (1968).

En 1970 la Real Academia de San Fernando le rindió un homenaje en el que se destacó que …”el académico tonadillófilo D. José Subirá Puig, alejado éste por temperamento de las tertulias donde se hacen y deshacen reputaciones, él mismo se definió como «hombre del rincón» en el preámbulo de su discurso de recepción en esta Casa… que tiene colgado en su salita de música, como evocación de su propio sentir, un azulejo donde se lee: «Mi casa es mi mundo», y además que gustosamente se repite para sus adentros, como norma de conducta ante el mundo exterior, aquel dístico tan sencillo y tan noble que estampó en sus prensas el vate y tipógrafo amberense Christophe Plantin y que dice: «Un trabajo valeroso dotado de humilde constancia, resiste todos los asaltos con dulce paciencia», por ser éste uno de los recuerdos más vivos de la estancia en Bélgica, donde sus burocráticas y modestas labores eran compatibles -como habrían de serlo luego en Madrid durante muchos años- con el profundo y permanente interés por los musicográfico y lo musicológico«.
Sus libros se pueden dividir en los de investigación y los divulgativos. Según José López-Calo, “en los primeros aportó datos definitivos, y hasta entonces del todo desconocidos, sobre temas fundamentales de la historia musical de España. Los más importantes son La música en la Casa de Alba, La tonadilla escénica, Historia y anecdotario del Teatro Real, El compositor Iriarte o Catálogo de la sección de música del Ayuntamiento de Madrid. En los de carácter divulgativo se limitó a recoger y resumir lo que otros habían publicado, pero siempre a través de su personal manera de ver y presentar las cosas, con un estilo sencillo y elegante y con profusión de datos.
Quizás el ejemplo más claro de este tipo de obras sea la Historia de la música en España publicada por Salvat, que sigue siendo de referencia obligada por los numerosísimos datos, fechas y nombres que aporta. En ella se descubren de nuevo las preferencias del autor por la música teatral, y profana en general, sobre la que tiene una visión del todo nueva respecto a la que cuarenta años antes había dado Mitjana”.

El Catálogo musical de la Biblioteca Nacional, que recopiló junto a Anglés, constituye un caso aislado en su producción científica. Gran importancia revisten asimismo sus numerosos artículos, ofreciendo en ellos datos nuevos, descubriendo autores poco conocidos, o facetas nuevas en biografías o temas que ya figuraban en historias y monografías. Sus investigaciones giraron en torno a los temas madrileños o a personas relacionadas con Madrid, especialmente pertenecientes al ámbito profano y teatral. También contribuyó en obras de referencia como The New Grove’s Dictionary of Music and Musicians y en obras colectivas de carácter divulgativo como la Enciclopedia Labor.

La bibliografía de Subirá supera con creces los doscientos títulos. Una selección de sus obras más representativas es esta:
De historia de la música: Las transformaciones orgánicas de la música. Madrid, 1918. El paisaje, las canciones y las danzas en Cataluña. Madrid, 1921. Los grandes músicos: Bach, Beethoven, Wagner, Madrid, 1924. Músicos románticos: Schubert, Schumann, Mendelsohn, Madrid, 1925.
Colección de monografías musicales: I. Pergolesi. II. Schönberg. III Músorgski. IV Mozart. V. Rimsky Korsakoff. VI Gluck. Enrique Granados. Madrid, 1926. Schumann. Vida y obras. Barcelona, 1921. El músico-poeta Clavé (1924) La tonadilla escénica, 1930, tres vols. Ricardo Strauss (1925). Tonadillas satíricas y picarescas, 1927. La Música en la Casa de Alba, 1927. El compositor Iriarte (1750-1791) y el cultivo español del melólogo (melodrama), Barcelona: CSIC, 1949, 2 vols. El teatro del Real Palacio (1849-1851) (Con un bosquejo preliminar sobre la música Palatina desde Felipe V hasta Isabel II), Madrid, C. Bermejo, 1950 Tonadillas Teatrales Inéditas, Madrid: Tipografía de Archivos, 1932 Historia de la música teatral en España, Barcelona, 1932. La ópera en los teatros de Barcelona, 1945, dos tomos. Historia universal de la música, Madrid, 1945. Historia de la música, Barcelona: Salvat, 2 vols. Historia y anecdotario del Teatro Real de Madrid, Madrid, 1949.
En colaboración con el padre Higinio Anglés, Catálogo de la Sección de Música de la Biblioteca Municipal de Madrid.

Obra literaria, Ensayos: Universidades populares, 1907. Los Voluntarios españoles en la guerra europea: por qué luchan, Madrid: [s.n.], 1918. La Bélgica que yo vi, Valencia, Editorial Cervantes, 1919. La crisis de la vivienda: sus causas, males y remedios [Madrid, s. n., 1924]. La Junta para ampliación de estudios: una gran obra de cultura patria, Madrid: Alrededor del mundo, 1924. La elegancia en sociedad. Preceptos del saber vivir, Madrid, 1924. «Señorío» y «Servidumbre» en la literatura, Madrid: Instituto «Miguel de Cervantes» de Filología Hispánica, 1954. Mis evocaciones infantiles y juveniles, Madrid: [s. n.], 1975. Mis evocaciones artísticas de Bélgica, Madrid: [s.n.], 1973.
Narrativa: Ante la vida y ante la muerte: novela histórica [Madrid]: Patronato de Voluntarios Españoles (en la I Guerra Mundial): Pueyo, 1920. Epistolarios y narraciones: selección refundida [Madrid]: Patronato de Voluntarios Españoles / Pueyo, 1922. Memorias y diarios: recopilación glosada por José Subirá, [Madrid]: Patronato de Voluntarios Españoles / Pueyo, 1920. Así dijo Montiel…: historia novelesca, Madrid: Patronato de Voluntarios Españoles / Pueyo, 1920. Carillones entre nieblas. La Bélgica que yo vi, Barcelona: Editorial Cervantes, 1925. Su virginal pureza, novela. Madrid: Viuda de Pueyo, s. a. (1916?) Mi valle pirenaico, cuadros novelescos, Madrid, 1928.
Obra musical: Himno a Santa Cecilia (1900). La prueba del espejo, zarzuela (1901). Suite para violín y piano (1903). Cuarteto (1904). Rayo de luna cantata (1905). Duo de rayo de Luna: leyenda lirica en un acto [S.l. : s.n., 18–?] Moro-moro: canto de guerra malayo [S.l. : s.n., 18–?] Junto a las mieses doradas: danza campestre [núm. 1] para piano Madrid / Barcelona: Ildenfonso Alier, [entre 1919 y 1925] Impresiones por provincianas [S.l. : s.n., 18–?] Transcripción y armonización de Celos del aire matan, ópera de Juan Hidalgo sobre texto de Pedro Calderón de la Barca, publicada por el Instituto de Estudios Catalanes.
