$9.99

Creo que '$9.99' es una magnífica película construida sobre un magnífico guión. Comedia, drama, tragedia... Realismo, denuncia, surrealismo.... todo en varias historias interrelacionadas con los inquilinos de un edificio de apartamentos como protagonistas. Animación para adultos, con toda la exigencia que eso supone. ¡En stop-motion!.

Antes de ver de está película, acababa de ver la cumplidora, insulsa y poco inspirada 'Halo Legends' y la bizarra y fatua 'The Haunted World of Superbeasto'. La animación, sin ánimo de quitar mérito a 'Up', 'Wall-E' y en general al siempre suficiente buen hacer de Pixar, parece condenada sin remedio a no desmarcarse jamás del público infantil/juvenil. Luego, uno ve '9 Dollars, 99 Cents' y sabe que aún le queda alguna sorpresa como debió de ser en su momento 'Cuando el Viento Sopla'. En la meritoria línea de 'Persépolis' y Vals con Bashir.

En fin, no hay razón para extenderse: ahórrate las gafas 3D y, si te motiva y no estás en mitad de una depresión de caballo, esta es una película que quizá deberías ver, una historia que quizá deberías escuchar. A mí simplemente me ha encantado.

En 1983, los Monthy Python ironizaron sobre el sentido de la vida en una delirante comedia que se ha ganado a pulso ser considerada de culto.

En 2008, Tatia Rosenthal ha firmado una de las películas de animación más reveladoras e importantes de la década. Ha mezclado la irónica sobriedad de Magnolia (Paul Thomas Anderson) con el sentido del humor negro de un cómic underground. Y mediante retazos de vidas, nos da un sentido abstracto de cómo funciona todo en el mundo, sin sacar la cámara de una comunidad de vecinos tan aparentemente normal como en el fondo excéntrica. Una primera escena en la que un hombre le niega un dólar a un mendigo, incluso cuando éste amenaza con suicidarse (terminando la secuencia de forma trágica) da el pistoletazo de salida (literamente) a cosas tan aparentemente extrañas como en el fondo, convencionales.

Un niño que aspira a conseguir un juguete, y se acaba encariñando con su hucha con forma de cerdo. Una familia disfuncional en la que un joven no encuentra su lugar en el mundo, su hermano se enamora de una modelo y el padre de ambos se encuentra traumatizado por un hecho determinado, o un anciano que encuentra un escape a su soledad en las llamadas intrascendentes que recibe, hasta la llegada de un autoproclamado ángel. Son estos algunos de los personajes que nos presenta Rosenthal a través de un prodigioso uso del stop motion, mezclando drama y comedia para dar lugar a una rareza donde todo acaba uniéndose, como un puzle cuyas piezas se unen sin mayor problema.

Retratos de vidas atormentadas pero llenas de esperanza, mezclando historias duras con otras sencillamente agrias. El resultado es una cumbre del género, que se reforzada además por una banda sonora que, en su objetivo de recalcar determinados tramos de la historia, funciona a las mil maravillas y obtiene su propósito: hacernos pensar. Por películas así debemos dar las gracias a Robert Altman y a sus mejores alumnos, con Paul Thomas Anderson y su colosal “Magnolia” a la cabeza. Cine independiente animado del bueno, bueno, al mismo nivel -o muy cerca- de otra de las maravillas de la temporada, “Mary and Max”.

"$9.99" es una de esas películas que no entiendo del todo y que sin embargo, me han gustado demasiado, ¿La razón? Sinceramente, aún no lo sé, tal vez necesito un manual de nueve dólares para saberlo...

Como sea, la calidad de la animación que tiene la película es impecable, el trágico prólogo que despierta la curiosidad y las historias cruzadas de gente común (no tanto en realidad) de un departamento australiano cualquiera me han encantado, en especial la de el pequeño y la de el viejo y el ángel, que al final se unen en una alcancía de cochinito que me ha hecho decir "¡Que bonito!"

Hay mucho, mucho, pero mucho, que reflexionar después de verla, y es por eso que es una película que vale la pena ver.

En formato de stop-motion se narra la vida de varias personas en un bloque de apartamentos en Sidney. Nada menos que una coproducción entre Israel y Australia, de cierta relevancia en círculos críticos que particularmente en ningún caso logra conseguir de mi parte una atracción desmesurada. Es cierto que es poco usual y plasma un catálogo típico del ser urbanita (soledad, desolación personal, falta de pequeñas cosas, falta de afecto, frustración, vacío existencial). Lo hace de forma crítica e "indie". Adaptación de las historias cortas de Etgar Keret.

131/12(16/06/12) Fascinante film de animación en stop-motion para adultos, un ingenioso fresco sobre la naturaleza humana donde a través de los habitantes de un bloque de apartamentos asistimos a la sempiterna búsqueda al Sentido de la Vida, donde se dan cita el drama, la comedia, la fantasía, el amor y la esperanza. Arranca con una gran escena, un pedigüeño (voz de Geoffrey Rush) le pide un dólar a un transeúnte, Jim Peck (la voz de Anthony LaPaglia), para un café, tras una ingeniosa charla en la que aparece un revolver, el mendigo le dice de modo flemático que si no le da el dinero se pega un tiro, Jim se niega al chantaje emocional, terminando esto de modo sangriento, es todo una declaración de intenciones donde el humor negro se entremezcla con lo trágico. La cinta es un mosaico que reúne varias historias al estilo ‘Short Cuts’, ‘’Crash’ o ‘Magnolia’, con la singularidad de que los personajes pertenecen al microcosmos de un edificio, el pedigüeño regresa al mundo como un ángel y se instala con un viejo solitario al que nadie quiere escuchar sus batallitas, Jim lo ha abandonado con dos hijos, David (voz de Samuel Johnson) es un idealista que cree haber encontrado la respuesta a la eterna pregunta sobre el Sentido de la Vida en un libro que vale 9,99, el otro es Lenny (voz de Ben Mendelsohn) que se ha enamorado perdidamente de una bella modelo, Tanita (Leanna Walsman), que odia el pelo, con lo que este se depila por completo, hay un niño que desea comprar un juguete en forma de futbolista, su padre le compra una hucha-cerdo para ahorrar pero termina encariñándose del animalito, otro habitante del bloque es un muchacho, Ron (voz de Joel Edgerton) tiene una novia que le presiona para formalizar la relación y este no lo desea rompiéndose esta, derivando esto en un encierro donde los porros y el alcohol le llevan a crearse un mundo con gamberrotes seres diminutos. Está basado en varias historias gráficas del israelí Etgar Keret que también guioniza, su mayor defecto es cierta descompensación entre las tramas. De la cinta emana un cierto aire deprimente, son relatos cruzados de los que bulle una tremenda ironía, desprendiendo más preguntas que respuestas, un delicioso retrato de personajes, son descritos de forma empatizante, de ellos subyace es la necesidad de amor y de que nos escuchen, la necesidad de no estar solos, es un puzle donde las historias fluyen a buen ritmo, con diálogos y situaciones divertidas a la par que conmovedoras, con dosis de surrealismo hilarante, destacando aquí los seres diminutos y el ángel. Es una obra dotada de profundidad, por momentos su melancolía estremece, dotada de un humor inteligente utilizado mordazmente. La puesta en escena es muy buena, adornado con una bonita música. Aún con algún altibajo, es muy recomendable, de las que te hacen pensar. Fuerza y honor!!!