Los Cleveland Cavaliers tiene un largo y tortuoso verano por delante, y tras su eliminación a manos de los Boston Celtics en las semifinales de la Conferencia Este, no son pocos quienes ponen en seria duda la continuidad de Donovan Mitchell, su gran estrella. El escolta de los Cavs, que llegó al equipo hace 18 meses, todavía tiene otro año de contrato más uno opcional, pero su ambición de campeonato puede llevarle a pedir cambios de calado en el grupo o, incluso, un traspaso a otro equipo. La franquicia, mientras tanto, debe meditar cómo proceder de inmediato, ya que el All Star es candidato a una extensión millonaria.
"Tenemos un buen equipo, buenos jugadores con mucho carácter, preocupados por ganar. Cuando tienes eso, tienes que darle una oportunidad", apuntaba el entrenador de la plantilla, un J.B. Bickerstaff que también está en la cuerda floja a pesar de haber devuelto a los Cavs post-LeBron a los playoffs en temporadas consecutivas y darles su primera victoria en una eliminatoria contra los Orlando Magic en la primera ronda de 2024, algo que no lograban sin James desde 1993.
J.B. Bickerstaff puede perder pronto su trabajo al frente de Cleveland)
Los problemas físicos, y situaciones como la renuncia de Ricky Rubio a volver a la liga estadounidense, han complicado mucho la tarea de Bickerstaff este curso. A pesar del escudo relativo de las lesiones, una de las dudas más persistentes entre los ejecutivos de la organización versa alrededor del encaje de Mitchell, de 27 años, y Darius Garland, de 24. El dúo exterior de talla All Star no ha terminado de cuajar, y en más de una ocasión el buen rendimiento de uno ha quitado brillo al otro. Hay casos que invitan al optimismo, como el de Kyrie Irving y Luka Doncic en los Dallas Mavericks. La fórmula, sobre el papel, puede llegar a funcionar.
28 partidos con el núcleo duro disponible
"Me encantaría ver cómo somos cuando estamos sanos una temporada entera, que presión podemos meter al resto de equipos. Tenemos un buen equipo de baloncesto, con tipos que quieren mejorar y ganar", reiteró Bickerstaff. A lo largo de la temporada, Cleveland solo ha podido juntar al núcleo duro del grupo, formado por Mitchell, Garland, Evan Mobley y Jarrett Allen, en 28 partidos. El último no ha podido pisar la cancha en los últimos ocho encuentros, y el líder del equipo se perdió los dos encuentros definitivos contra los Celtics, precisamente cuando más le necesitaban los suyos.
La ausencia de Mitchell sobre la pista permitió que el jugador se retirara, por ahora, sin pronunciarse sobre su futuro. Los Cavs pueden ofrecerle hasta cuatro años y 208 millones este verano, y de no hacerlo quedaría bastante claro que el futuro del escolta está en otro sitio. Si no hay renovación, todo apuntaría a un distanciamiento entre las partes, ya que mantenerle en plantilla representaría un riesgo notable de cara a la agencia libre de 2025, donde el jugador podría marchar libre.
El agente de Garland ya avisado: si Mitchell se queda, su representado pedirá el traspaso
La ejecutiva dirigida por Koby Altman, presidente de operaciones de baloncesto en Cleveland, lleva meses incómoda con su entrenador, y en diciembre hubo una fuerte discusión entre ambos líderes del proyecto, con Mitchell de por medio. Después de acumular 45 minutos sobre la pista para conseguir una victoria tras una prórroga contra los Houston Rockets, el directivo tuvo una acalorada discusión con Bickerstaff por excederse en los minutos de su jugador estrella.
El futuro del dúo exterior de los Cavs, en entredicho
J.B. Bickerstaff, en el punto de mira
El técnico le había consultado al jugador si quería descansar o sentarse, pero también fue confuso que inmediatamente después se perdiera cuatro partidos seguidos por una enfermedad no especificada. Según fuentes consultadas por The Athletic, Mitchell no es el único jugador de la plantilla que no está del todo convencido con el estilo y las formas de Bickerstaff en el banquillo. Bajo ese prisma, es comprensible que la ejecutiva decida pasar página y buscar otra opción en la banda, especialmente si el mensaje trata de convencer al principal All Star de la plantilla.
El otro que tuvieron, Garland, no ha repetido en la cita de las estrellas desde que Mitchell llegó al equipo. Su uso, y sus porcentajes, han caído notablemente desde entonces, si bien de cara el público nunca ha habido ningún desplante entre ambos. Rich Paul, agente del joven base, ya ha deslizado que si el primero se queda, el segundo buscará salir traspasado. A nivel de plantilla, los principales contribuyentes este curso están firmados más allá del próximo curso, lo que permite aposar por la continuidad si ese es el deseo expreso en el seno del grupo.
Las incorporaciones de Max Strus y Georges Niang han dado éxitos relativos, y en el fondo han sido insuficientes para dar armas suficientes para no depender tanto del tirón de Mitchell. Caris LeVert, desde el banquillo, no ha tenido su mejor año tampoco, especialmente desde la larga distancia, uno de los agujeros negros del equipo. Si bien se señala mucho al entrenador y su principal estrella, el trabajo de Altman no ha sido tampoco el mejor posible muy probablemente. El margen de maniobra, si no hay un gran traspaso, es escaso.
Todo ello se mezcla ahora un cóctel veraniego de incógnitas y muchas dudas por resolver, que a la postre puede desatar movimientos de mercado importantes, especialmente si Mitchell decide pasar página tras seguir lejos del sitio dónde se imaginaba estar hace ya años, en unas Finales de la NBA. Cuando rompió con los Utah Jazz, fue sorprendente y taxativo. ¿Qué hará ahora en Cleveland? Quizás pronto diga algo al respecto...
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