El 'thriller' del año se inspira en la paciente cero de Sigmund Freud
El 'thriller' del año se inspira en la paciente cero de Sigmund Freud
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El 'thriller' del año se inspira en la paciente cero de Sigmund Freud

''Anna O.', la primera novela de suspense del británico Matthew Blake, ya ha vendido los derechos de publicación a 40 países por precios astronómicos y es el fenómeno editorial de 2024

Foto: Portada de 'Anna O', del británico Matthew Blake.
Portada de 'Anna O', del británico Matthew Blake.
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Anna O. es un caso famoso en la historia de la medicina: fue la paciente cero del psicoanálisis, la primera persona que vio aliviados sus trastornos tras ser tratada con hipnosis y terapia. Anna O. era un seudónimo, la paciente se llamaba en realidad Bertha Pappenheim, era austriaca y padecía alucinaciones, ausencias, cambios bruscos de personalidad y sonambulismo intermitente. Fue tratada por Josef Breuer y Sigmund Freud, quienes no tardaron en percatarse de lo beneficiosas que resultaban las sesiones de hipnosis en las que la paciente dejaba fluir libremente sus pensamientos. Plasmaron ese caso junto a los de otras cuatro mujeres en su famoso tratado Estudios sobre la histeria, publicado en 1895.

Anna O. revive ahora en forma de fenómeno editorial, dando título al thriller del año. Su autor es Matthew Blake, quien abandonó su trabajo como documentalista y redactor de discursos en el Parlamento británico para dedicarse al mucho más divertido (y en su caso lucrativo) oficio de escribir libros de ficción. Anna O. es su primera novela de suspense, un libro retorcido y profundamente adictivo que ya se ha convertido en un éxito de dimensiones planetarias, al publicarse de manera simultánea en 30 países. “Bueno, me alegra decirle que en la actualidad son 40, los más recientes son Japón y Mongolia”, nos corrige el propio Blake.

“Es una novela tan especial que, en el verano de 2022, cuando la agente de Matthew Blake mandó el manuscrito a los editores de medio mundo, la respuesta fue increíblemente rápida: en pocos días empezó a recibir ofertas por los derechos del libro y se iniciaron varias subastas con cantidades astronómicas", señala Anik Lapointe, directora literaria de Salamandra, la editorial que publica en España el libro. "Para mí, Anna O. es una novela con un gran ritmo, un cierto aire de misterio a la manera de Hitchcock y a las novelas de enigma de Agatha Christie, un punto de historia psicológica, giros impredecibles, personajes magníficamente construidos y, sobre todo, un asunto tan original, cautivador y universal como el sueño y sus trastornos, que nos interpela desde la trama con una doble pregunta: ¿Qué ocurre realmente y de qué somos capaces cuando dormimos? ¿Un sonámbulo es consciente de sus actos?”, añade.

placeholder Bertha Pappenheim, más conocida como Anna O., en 1882, cuando tenía 22 años. (Archivo del Sanatorio Bellevue)
Bertha Pappenheim, más conocida como Anna O., en 1882, cuando tenía 22 años. (Archivo del Sanatorio Bellevue)

La novela cuenta la historia de Anna Ogilvy, la brillante hija de una política británica que una noche es encontrada en la cabaña de un lujoso complejo rural profundamente dormida, con un enorme cuchillo de cocina entre sus manos, la ropa manchada de sangre y junto a los cadáveres de sus dos mejores amigos. En un mensaje de WhatsApp enviado a sus padres, la joven parece confesarse culpable de ese crimen, pero nadie está seguro. Cuatro años después Anna O. sigue dormida, nadie ha conseguido despertarla.

Ante la inminente prescripción de los cargos, las autoridades deciden trasladar a Anna O. a una clínica especializada en trastornos del sueño, con la esperanza de que allí consigan despertarla para que pueda ser juzgada. Ingresa como paciente del doctor Benedict Prince, un psicólogo experto en síndrome de resignación, una condición que existe realmente -se detectó por vez primera a finales de los años 90 en Suecia entre los hijos de algunos solicitantes de asilo- y por la cual los afectados quedan en estado catatónico, incapaces de abrir los ojos, caminar o andar, sumidos en un sueño profundo. Pero cuando Prince empieza el tratamiento de Anna O. —estudiando su actividad onírica, rastreando sus recuerdos y visitando el lugar de los hechos—, se adentra en un enigma mucho más insondable y tenebroso. Para él, despertar a Anna O. no es el final de la historia, sino solo el principio.

“Yo quería que la novela tratara de algo universal, de algo que resonara en todo el mundo. Y dormir es la experiencia universal más definitiva. Todos nosotros, los 8.000 millones de personas que hay en el planeta, pasamos alrededor de la tercera parte de nuestras vidas dormidos. Y también todos compartimos ansiedad ante lo que podemos hacer dormidos, ante si somos capaces de cometer un crimen estamos sonámbulos”, nos cuenta Matthew Blake.

El escritor admite que se inspiró directamente en el caso de Anna O. que se describe en Estudios sobre la histeria para escribir su thriller. “Mi novela trata sobre el vínculo entre la mente y el cuerpo, que es en lo que Freud colaboró en ser pionero. En mi libro, Anna Ogilvy tiene una condición llamada síndrome de resignación, una enfermedad misteriosa en la que las personas permanecen dormidas durante años. Es el equivalente actual de lo que solía llamarse enfermedad psicosomática o en la época de Freud, histeria. Por lo tanto, hay un vínculo directo entre lo que Freud analizaba hace más de un siglo y lo que yo exploro en este libro”, destaca.

placeholder Matthew Blake, autor del thriller 'Anna O.'  (Pete Bartlett)
Matthew Blake, autor del thriller 'Anna O.' (Pete Bartlett)

Pero Freud no es el único referente médico en el que se ha basado Blake para escribir su libro. También se ha empapado a fondo de casos reales de personas aquejadas de síndrome de resignación. “Suzanne O’Sullivan es una neuróloga que ha escrito varios ensayos sobre ello y me inspiró mucho leer los casos que ella había estudiado”, revela. “La idea del libro me llegó cuando crucé el fenómeno real de las personas que cometen asesinatos en estado de sonambulismo con el síndrome de resignación. En el libro, se supone que Anna mata a sus dos mejores amigos mientras está sonámbula y luego cae en un sueño profundo. El doctor Benedict Prince, un experto en sueño, debe despertarla para que pueda ser juzgada por doble asesinato. Mi momento ‘eureka’ se produjo cuando junté esas dos piezas”.

No hay duda de que Anna O. es una novela comercial, con una trama llena de giros, pistas falsas y repleta de misterios inesperados a lo largo de sus 448 páginas. Pero eso no quita para sea también una novela más que digna, con referencias a la tragedia griega de Medea, al famoso A sangre fría de Truman Capote o a las películas de Alfred Hitchcock. Además, está bastante bien escrita, algo a lo que sin duda ha contribuido el que Matthew Blake estudiara Lengua Inglesa en la Universidad de Durham y en el Merton College de Oxford, así como su posterior experiencia redactando discursos en el Parlamento británico.

Todo eso para explicar el éxito planetario del Anna O., un thriller por el que Netflix ya se ha interesado y está en conversaciones para poder llevarlo a la pantalla.

“La mente humana sigue siendo un misterio. Sabemos bastante sobre cómo funciona el cerebro, pero la mente es algo distinto”, destaca Blake. “El poder de la mente es probablemente el asunto del que más se habla hoy día en todo el mundo en relación con la salud mental, y solo ahora estamos empezando a comprender cómo nuestra mente y nuestro cuerpo están relacionados. La novela explora el misterio de la mente y se pregunta de qué podríamos ser capaces todos nosotros en las circunstancias correctas y, quizás, en las circunstancias equivocadas”.

Anna O. es un caso famoso en la historia de la medicina: fue la paciente cero del psicoanálisis, la primera persona que vio aliviados sus trastornos tras ser tratada con hipnosis y terapia. Anna O. era un seudónimo, la paciente se llamaba en realidad Bertha Pappenheim, era austriaca y padecía alucinaciones, ausencias, cambios bruscos de personalidad y sonambulismo intermitente. Fue tratada por Josef Breuer y Sigmund Freud, quienes no tardaron en percatarse de lo beneficiosas que resultaban las sesiones de hipnosis en las que la paciente dejaba fluir libremente sus pensamientos. Plasmaron ese caso junto a los de otras cuatro mujeres en su famoso tratado Estudios sobre la histeria, publicado en 1895.

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