El Renault que conducía Pepe 'El Naveros', el 19 de marzo, cuando sufrió el accidente de tráfico de camino a Loja, donde murieron su esposa y su hija.

El Renault que conducía Pepe 'El Naveros', el 19 de marzo, cuando sufrió el accidente de tráfico de camino a Loja, donde murieron su esposa y su hija. Bomberos de Loja

Reportajes

Un familiar del abuelo de Huétor Tájar: 'Pepe vio que los críos no tenían futuro y el padre no contaba'

"Pepe tenía una depresión de caballo: se echaba la culpa de haber matado a su mujer y a su hija en el accidente de tráfico que tuvo", asegura un primo.

21 mayo, 2024 14:42

Pepe 'El Naveros' se convirtió en un empresario respetado en Huétor Tájar con Áridos del Genil. "Todo lo que tenía era para su única hija. Toda la vida ha tenido a María José entre algodones", tal y como recuerda un familiar de José Gálvez Sanjuan, alias Pepe 'El Naveros', sin dar crédito todavía a que ha sido capaz de matar a los dos nietos que le dio su difunta hija, María José: el pequeño Guillermo, de 10 años, y Pablo, de 13 años. "Era un abuelo muy cariñoso con sus nietos", remarca.

Este primo de Pepe 'El Naveros' es el primer familiar del autor del doble asesinato que decide romper su silencio y habla con EL ESPAÑOL, con la condición de no revelar su identidad, debido al tremendo dolor que ha causado entre los hueteños la decisión del anciano de acabar con la vida de Pablo y Guillermo, justo antes de suicidarse con su escopeta de caza.

"Pepe era un buenazo y poco hablador", resume este hombre, sobre la personalidad que tenía el jubilado, de 72 años. "Todo el pueblo le conocía porque era el único que se dedicaba a los áridos". A pesar de ello, Pepe tenía un círculo "reducido" de amigos y apenas se dejaba ver por el bar del hogar del pensionista, en cambio, sí era habitual verle por la calle montando en bicicleta o "llevando a clase a sus nietos". A Guillermo, al Colegio San Isidro Labrador, y a Pablo, al Instituto Américo Castro. 

Precisamente, durante la terrible madrugada de este lunes, cuando Pepe estaba atrincherado con su escopeta en su piso de la calle Alfredo Nobel, este jubilado le dijo a la Guardia Civil que no podía seguir hablando con el negociador porque debía vestir a sus nietos para llevarlos a clase. Pero nunca llegaron al aula porque el abuelo mató a Pablo y Guillermo, antes de suicidarse de un disparo con un arma del calibre 16.

"Pepe tenía una depresión de caballo: se echaba la culpa de haber matado a su mujer y a su hija en el accidente de tráfico que tuvo", subraya el primo del anciano, como el supuesto detonante de la decisión de matar a sus propios nietos. "Esto ha pasado por el sentimiento de culpa que tenía. Mi primo estaba muy ligado a su mujer y a su única hija: María José". Prueba de ello es que el septuagenario acudía -casi a diario- al cementerio del pueblo a visitar la sepultura de su esposa y de su hija.

Número 4 de la Calle Alfredo Nobel, lugar donde ocurrieron los hechos.

Número 4 de la Calle Alfredo Nobel, lugar donde ocurrieron los hechos. Julio César R. A.

El jubilado no había vuelto a ser el mismo desde el accidente que sufrió el 19 de marzo de este año, al volante de su Renault, cuando llevaba a sus dos nietos al conservatorio de Loja, en compañía de su esposa, Fina, y de su hija, María José. El vehículo que conducía Pepe se salió de la carretera nacional GR-4407, se empotró contra el muro de un túnel y tanto Fina como María José perdieron la vida tras ingresar en el hospital.

"Pepe se encontraba muy mal, se culpaba de haber matado a su mujer y a su hija", tal y como insiste este familiar. Una fuente de la Guardia Civil corrobora a EL ESPAÑOL que el jubilado "no estaba atravesando un buen momento psicológico", por lo que esta situación centra una de las líneas de investigación, para esclarecer el motivo por el que José Gálvez Sanjuan decidió acabar con la vida de Pablo y Guillermo, tras haber mantenido una -supuesta- discusión con Antonio: el padre de los menores.

"Pepe veía que los críos no tenían futuro y para él no contaba el padre", según apunta este familiar como posible hipótesis del doble crimen. "Esto que ha hecho está mal: ¿Qué culpa tienen los críos? A su yerno, Antonio, lo ha matado en vida. Le ha quitado lo que más quería".

De hecho, tras el trágico siniestro vial del 19 de marzo, los pequeños Pablo, de 10 años, y Guillermo, de 13, eran la única familia que le quedaba a Antonio: administrativo en el IES Américo Castro. "Antonio está sedado en el hospital porque sufre un drama: primero perdió a su mujer y a su suegra en el accidente, hace unos días murió su madre y ahora para colmo, su suegro le mata a sus dos hijos antes de suicidarse".

La relación entre 'El Naveros' y su yerno no era mala antes del accidente. Así lo afirma este familiar: "Pepe siempre se ha llevado bien con Antonio porque estaba casado con su hija, María José". Tanto es así que este empresario retirado construyó un edificio con dos pisos en la calle Alfredo Nobel de este pueblo de Granada, donde se instalaron en la primera planta, Pepe junto a su esposa, Fina, y en la segunda, Antonio, con su mujer, María José, para criar con mucho amor a Pablo y a Guillermo.

Un grupo de vecinos y agentes de la Guardia Civil en la calle Alfredo Nobel de Huétor Tájar donde se produjo el doble crimen.

Un grupo de vecinos y agentes de la Guardia Civil en la calle Alfredo Nobel de Huétor Tájar donde se produjo el doble crimen. Miguel Ángel Molina / EFE

"Pepe hizo un piso para la hija y se llevaba bien con su yerno porque Antonio es una persona muy buena", según corrobora un empresario y amigo del fundador de Áridos del Genil. "Por lo menos, llevaban quince años conviviendo todos juntos en el mismo edificio: el matrimonio de abuelos, la hija, el yerno y los dos nietos".

Este empresario incide en que la boda de María José con Antonio fue uno de los motivos que llevaron a Pepe 'El Naveros' a prejubilarse. "Vendió Áridos del Genil porque estaba harto de trabajar, tenía a su hija colocada y además se iba a casar". María José impartía cursos en el Organismo Autónomo Local de Promoción Económica y Empleo del Ayuntamiento de Huétor Tájar, y su marido, Antonio, es administrativo en el IES Américo Centro, de modo que la pareja tenía garantizada la economía familiar.

"Áridos del Genil comenzó a funcionar hace cuarenta años, primero estaba Pepe con su padre, Abelardo, y después se asoció con dos de sus empleados", según recuerda este amigo del anciano. "En los buenos tiempos, la empresa llegó a tener cuatro o cinco empleados porque vendían arena, compraron máquinas para derribar casas y camiones para transportar los escombros, incluso hacían hoyos para plantar olivos en fincas. El dinero de la venta de la empresa lo repartió con sus dos socios". Desde entonces, Pepe se centró en su mujer, su hija y sus nietos. "Era muy casero".

Este conocido empresario de Huétor Tájar sostiene que la clave de la tragedia que ha consternado a todo el país es el siniestro vial que protagonizó Pepe 'El Naveros', el 19 de marzo, al volante de su Renault, cuando murió su esposa y su hija. Tal pérdida le distanció de su yerno, Antonio, con el que discutió supuestamente por ese motivo, horas antes de perpetrar el doble crimen: "Pepe no era mala persona, lo que ocurre es que se le ha ido la pelota por el accidente. Veía que iba a perder a sus nietos, se lo nublaría la vista y lo hizo. Pero se tenía que haber suicidado él y dejar en paz a los niños".