Actions

Work Header

La flor que nace en la adversidad es la más rara y hermosa de todas

Summary:

Las esperanzas que arden y sucumben ante el fuego como la madera seca caen a la par de las lágrimas amargas del cielo. Ser feliz o alcanzar esa felicidad que parecía tan lejana siempre tiene un precio, puede ser mínimo o elevado pero pagar es seguro.

¿Los milagros existen o son meras coincidencias?

Notes:

La biología de esto es el omegaverse convencional con un poco más de complejidad, se explicará a lo largo del fic para no saturar de información.

El título del fanfic lo saqué de "Mulán" la película de Disney y el de este capítulo es de la canción "Awake" de Jin.

Espero que les guste, trataré de actualizar seguido porque es uns idea que me emociona <3

Chapter 1: Tal vez yo, no puedo tocar el cielo pero aún así, quiero extender mi mano

Chapter Text

La noticia había caído sobre ambos como un balde de fría y dolorosa agua, llegando al grado de tener pequeños y filosos trozos de hielo enterrándose en su piel como si su único propósito fuera de hacerlo sufrir, recordarle de alguna manera que siguió vivo, sin poder escapar. de esa pesadilla. Meng Yao no encontró palabras que se acercaran ni siquiera a lo que sentía, ni siquiera una expresión podría describir el desastre de emociones que era su corazón, la esperanza que plantó superficialmente logró hundirse lo suficiente para echar raíces y crear toda una serie de nubes cargadas con escenarios ficticios a los que se aferraba como si con eso tuviera el poder de volverlos realidad.

Saber que en algún momento podría tener hijos se sentía como si dos gotas de miel se derramasen sobre su lengua, la simple idea de por fin cumplir sus sueños y sentir el omega más feliz de la Tierra generaba una sensación de calidez que sólo aumentaba conforme los días avanzaban. Los finales felices eran su pan de cada día, o al menos lo habían sido desde semanas atrás, cuando tratado de preparase mentalmente para lo peor, asegurándole a Nie Mingjue que no importaba el diagnostico del médico, siempre se mantendría con la frente en alto y Seguiría en pie, no podía ser difícil después de las primeras dos veces y Meng Yao se sentía listo para recibir cualquier golpe que la vida decidiera darle.

Y en verdad habría querido cumplir con sus palabras, salir del hospital tomando de la mano a su esposo ignorando cualquier emoción negativa que quisiera derribarlo era en lo único que pensaba al ver su mundo de fantasías y mentiras creadas por su optimismo caer y agonizar a su lado, como trozos de un castillo de cristal cuyos cimientos eran demasiado débiles para sostenerse por sí solos.

La desilusión y la culpa aún formaban parte de su vida, no importaba cuánto tratase de negarlo, esos sentimientos punzantes siempre encontrarían la manera de resurgir y atormentarlo.

—¿Es algo definitivo? —preguntó Meng Yao con una sonrisa falsa, el tono quebrado de su voz delataba lo que en verdad sentía y enfrentar la mirada cargada de compasión que el doctor enfrente suyo le dedicaba no era algo con lo que quisiera lidiar, suficiente tenía con su propia culpa . A pesar de eso, trataría de mantener la compostura hasta el final, la calma inevitablemente llegaría después de la tormenta, aún se aferraba a creer eso sin importar lo mucho que el mundo entero se hubiera esforzado en hacerle pensar lo contrario.

—Así es, lo siento mucho señores Nie —dijo el hombre de bata blanca y ojeras marcadas, había algo en él que delataba lo acostumbrado que estaba a dar ese tipo de noticias y Meng Yao podía sentir un nudo en el estómago de sólo imaginar cuántos más omegas habrían recibido el mismo diagnóstico— la capacidad que usted posee para quedar encinta son tan bajas que incluso podríamos considerarlo alguien infértil y en el remoto caso de que lograse concebir, el embarazo sería de alto riesgo, tanto para usted como para el cachorro.

Los ojos de Meng Yao se cristalizaron de inmediato, la nieve caía suavemente allá afuera y por alguna razón, aunque no había fisura alguna en el consultorio, ni siquiera el calentador podía quitarle esa sensación de frialdad que ahora lo rodeaba. ¿Qué más debías preguntar? Toda duda había sido resultado desde que la consulta comenzó, no se necesitaron muchas vueltas para que pudiera entender lo que ocurría, Meng Yao casi podía saborearlo en el ambiente.

—¿No existe otro proceso hormonal para aumentar las probabilidades? —de un momento a otro la presencia de Nie Mingjue pareció ser de utilidad, su pregunta salió al mismo tiempo que un latido de esperanza se coló en la marca de unión, creando una fisura más en el corazón ya destrozado del omega.

—Por el momento no. Verá, su esposo no es un omega común y corriente como muchos de los que vienen aquí, su casta está por debajo del promedio y eso afecta en todas las áreas posibles —explicó el doctor tratando de hacerle entender a la pareja que cualquier solución era inútil — de hecho es bastante extraño que aún con un alfa como usted no haya podido quedar encinta, pero los recesivos son así, no se sabe mucho de ellos porque mayormente mueren a los pocos años de vida y al estar más cerca de los betas que de Los omega, los métodos convencionales deben ser más fuertes e invasivos. Puedo darles otras opciones como la adopción o un vientre de alquiler, pero bajo ninguna circunstancia podría aconsejar que el señor Yao de a luz, eso sería irresponsable de mi parte y me arriesgaría a una suspensión por negligencia médica.

Nie Mingjue abrió y cerró la boca rápidamente, tragándose cualquier pensamiento que hubiera podido escaparse, no era el ser más prudente en ese tipo de situaciones y prefería guardar sus opiniones para después. El ceño fruncido que usualmente cargaba desaparecía por instantes y fue ahí cuando Meng Yao supo que preocuparse era vital. Las palabras sobraban entre ellos, el lazo era el encargado de mantener a flote una “conversación” silenciosa, misma que en verdad era un flujo constante y sin filtro de sus sentimientos, suavizando el impacto que las palabras podrían tener en cada uno.

—Los dejaré solos para que puedan conversar —dijo el médico después de unos minutos— estará afuera por si necesitan algo.

La pareja se acercó casi al unísono, manteniendo sus posturas tensas hasta que escucharon la puerta abrirse y cerrarse en tiempo récord, siendo esa la señal que necesitaban para sumergirse en la intimidada pasajera que se les había brindado. El ruido de algunos pájaros cantando a la distancia era el único sonido que se colaba entre ellos, pues contrario a lo que cualquiera de los dos había pensado, el llanto descontrolado no se hizo presente, ni siquiera un lamento cargado de dolor, simplemente se miraron. uno al otro, chocolate y miel chocando por primera vez desde que ingresaron a la habitación, permitiéndose explorar el revoltijo de emociones que se reflejaba en los ojos ajenos.

—¿Estás bien? —preguntó Nie Mingjue con cautela, tratando de sonar lo más reconfortante posible. No era igual de bueno que su esposo en leer sentimientos ajenos pero se esforzaba y eso era algo que Meng Yao apreciaba con su alma.

—Claro, ¿por qué no habría de estarlo? —respondió el omega secando disimuladamente las esquinas de sus ojos, algunas lágrimas traicioneras deseaban escapar y no iba a permitirlo— ¿y tú? Creo que A-Sang estará decepcionado al saber que no habrá sobrinos para consentir. Es una pena, él estaba más emocionado que yo.

“Eso es mentira”, pensó Nie Mingjue, pero prefirió no decidir nada y seguirle la corriente a su esposo. Las palabras de Meng Yao eran un intento forzado de aligerar la situación, el alfa lo sabía mejor que nadie porque él vio la ilusión que le hacía tener un hijo, no había nadie en todo el mundo que pudiera desear un cachorro tanto como lo hacía Meng. Yao y le dolía saber lo poco o nada que podía hacer al respecto.

Nie Mingjue soltó un suspiro y tomó la temblorosa mano de Meng Yao para entrelazarla con la suya, ¿qué podía decir para hacer sentir mejor a su omega? No había nada que pudiera reconfortarlo, ni siquiera estaba seguro de que un abrazo lograra el efecto deseado y como en muchas ocasiones previas, el alfa deseó no depender de la marca para saber lo que sentía su esposo. Expresar sus emociones de manera sincera era algo que todavía se les dificultaba y cualquier cosa que estuviera mínimamente relacionada con los sentimientos era suficiente para hacerlo huir, pero Nie Mingjue trataba de esforzarse día con día.

Su idea siempre fue que si él daba el primer paso y le aseguraba a Meng Yao que el sendero era seguro, su esposo en algún punto terminaría caminando detrás suyo, aferrándose con fuerza a su brazo cuando el miedo a caerse o perderlo fuera demasiado. Para buena suerte suya, ese pensamiento siempre funcionó y Nie Mingjue siempre usó esa técnica cuando deseaba que Meng Yao le mostrara su corazón, así evitaba que su omega se encerrara toda la tarde bebiendo y lo ayudaba a desenredar ese nudo de emociones con el que usualmente Se atragantaba en silencio.

Nie Mingjue podía asegurar con completa seguridad un futuro depresivo y si podía cambiar el sufrimiento de Meng Yao a algo menos gris, definitivamente lo haría.

—En realidad, te seré sincero, me siento de la mierda —dijo el alfa soltando un suspiro demasiado largo para su gusto— pensé que… En serio creí que los resultados serían mejores esta vez, ¡no existe razón alguna para que no sea así! ! Seguimos las instrucciones al pie de la letra, te ayudé en todo el proceso, vi cómo fingías tus muecas de dolor cuando tenías que inyectarte esas malditas cosas ¡¿y todo para qué?! Tu sufrimiento fue en vano y odio eso.

—No te olvides del dinero —reprochó Meng Yao con una sonrisa ladina— gastaste mucho en este procedimiento, incluso más que en los tres anteriores.

—El dinero es lo que menos me importa, gastaría toda mi fortuna si eso garantiza tu felicidad —dijo Nie Mingjue cruzándose de brazos. Todavía no se recuperaba de su pequeño arranque de furia y ya podía sentir su sangre hervir de nuevo—sabes que puedo poner un pie en mi oficina y ese dinero volverá a las cuentas en menos de un pestañeo, ¿pero quién me devuelve tu hermosa sonrisa? ? ¿Quién me hará olvidar lo mal que la pasó con tantos medicamentos? ¿Los efectos secundarios? Lo material es tan insignificante comparado a tu lado que en serio estoy por volverme loco.

Meng Yao soltó una suave risa por la reacción de su esposo, siempre había sido un hombre fácil de irritar y sus reacciones, ya fuesen positivas o negativas, siempre estaban presentes, De hecho, el alfa tendía a soltar más fácilmente los pensamientos enredados de su cabeza si estaba enfadado o irritado y si los años de conocerse eran tan pocos como para creer esa fachada gruñona que Nie Mingjue creaba para ocultar su tristeza, Meng Yao habría sentido su conciencia tranquila

—No fue tan malo como crees, he pasado por cosas peores, ¿recuerdas cuando me quemé con la cafetera? Esto es más como un rasguño comparado a ese dolor infernal —mintió Meng Yao tratando de apagar un poco el buen juicio de Mingjue desviando por completo el tema— lo mejor sería regresar a casa, Baxia seguramente tiene hambre y puedo jurar que Huaisang no lo sacó a pasear.

Nie Mingjue suspir por tercera vez en el da a la par que, accidentalmente, llenaba la mente de Meng Yao con esa inseguridad que siempre rond a su lado, como si fuese la sombra egosta de su pasado que le recriminaba las decisiones tomadas, tratando de hacerle ver que, de haber seguido la dirección incorrecta que su alma le marcaba, probablemente estaría más feliz. Las supersticiones no eran algo a lo que Meng Yao se entregase con facilidad, pero si fuese un hombre cuyas creencias se basan en lo espiritual, podría aceptar con facilidad que sus problemas para concebir se trataran del karma azotándolo con la rudeza que un criminal como él. se merecía.

Los pecados del ayer aún no se habían pagado y Meng Yao seguía temiendo por el precio.

—Bien, cancelaré las reuniones que tengo para hoy, quiero quedarme en casa contigo e ir a otro lugar antes de tener que…

—No es necesario —interrumpió Meng Yao casi de inmediato— es bueno que veas a tus empleados y despejes tu mente un rato. Estoy seguro que te extrañan bastante desde tus “vacaciones indefinidas”, sé lo que significa esa mirada, puedo cuidarme solo, además estaré en casa con Baxia y A-Sang, no hay nada de lo que debas preocuparte.

Nie Mingjue agachó la mirada con cierta vergüenza destellando en sus ojos al verso descubierto, optando por centrar su atención en la pantalla del celular entre sus manos, Meng Yao sabía leerlo como si fuera uno de esos libros que tanto le fascinaban, con una mirada le bastaba para adivinar exactamente lo que estaba pensando o sintiendo, ayudándolo incluso de vez en cuando a descifrar el malestar que aquejaba su cerebro. El omega era una especie de ángel caído, de otro modo Nie Mingjue jamás podría explicarse como alguien era capaz de ser tan perfecto e imperfecto al mismo tiempo, cautivándolo con la más simple de sus sonrisas.

Y en cualquier otro día, Nie Mingjue habría acatado la sugerencia de su esposo como si fuera una orden, pero ahora que el clima no pintaba para algo bueno, el alfa tenía miedo de alejarse tan sólo unos momentos y que al volver, lo único con lo que se encontraría fuera el recuerdo efímero de su amado. Nie Mingjue conoció lo suficiente para saber que si perdía a la arista más importante de su vida no sería nadie, todo habría perdido su color y en algún futuro no muy distante terminaría cayendo en la locura. Meng Yao era esa luz en su vida que lo salvaba de la oscuridad que tanto daño le hacía, por lo que continuar su vida sin la chispa amorosa del omega ojos miel nunca sería una opción para él.

Prefería ser descuartizado antes que perder al ser que amaba con locura.

—Tu bienestar es lo único que me importa, me preocuparía todo el día si no estoy contigo —dijo Nie Mingjue levantándose de su asiento para apresar a su esposo en el abrazo más cálido que podía dar— prefiero estar mil veces a tu lado antes que irme a trabajar. ¿Sabes lo que querrán hacer si voy? ¡Seguramente me obligarán a beber después de la salida! Y créeme, lo último que necesito por hoy es soportar a un grupo de borrachos que no dejan de contar sus malos chistes y que se caen constantemente, pero si quieres deshacerte de mí entonces me iré.

Meng Yao sintió el corazón más ligero cuando una risa sincera salió de sus labios, volviendo la situación agria y tensa en un día como cualquier otro, específicamente uno de esos donde el intimidante alfa que era Nie Mingjue le rogaba por quedarse con él en la cama. , abrazándolo con ternura después de haber hecho el amor en la cocina o en cualquier otro lugar que no fuese la habitación. Y si Meng Yao era sincero consigo mismo, no deseaba otra cosa más que el cariño de Nie Mingjue derramándose sobre él, abrigándolo como una manta caliente en el crudo invierno del dolor, haciendo sentir seguro aún si el mundo terminaba colapsando a la noche siguiente.

Sin embargo, debía aprender a aceptar de nueva esa soledad agria de la que tanto huía, más ahora que sus planos habían cambiado por completo dando un giro de ciento ochenta grados, tambaleándolo sobre su propio eje. Estar pegado a Nie Mingjue sería la perdición para ambos, pues a sabiendas de que dicha necesidad estaba en sus instintos primitivos, buscar a su pareja en momentos difíciles como ese no mejoraría la situación, el peligro de hundirse en la codependencia era algo real y Meng. Yao no deseaba que ninguno de los dos terminara sumido en ese horrible abismo.

Suficientes problemas tenían por ahora y si bien, la compañía de la pareja era indispensable para salir adelante, con alfa y omega heridos ¿quién sacaría a quién de ese pozo inmenso que era la tristeza? No, Meng Yao no podía permitir que se derrumbaran uno al otro como piezas de dominó, daba igual si su omega lloraba y luchaba por acercarse a Nie Mingjue, prefería guardar ese dolor y expresarlo en pequeñas cantidades antes que dejarse caer en una posible depresión.

—Oh vamos Mingjue, prefiero que te relajes un poco con tus empleados antes que tenerte en casa aburrido o en el supermercado de un lado a otro buscando víveres, y estoy seguro de que piensas igual —dijo Meng Yao tratando de convencer a su esposo de desistir, lo cual sería un poco difícil considerando lo terco que era—puede que incluso te encuentres con Lan Xichen, llevan un tiempo sin verso y si se entera que volviste a trabajar seguramente irá corriendo a verte.

—Pero yo no quiero verlo, quiero estar contigo —respondió Nie Mingjue besando con ternura los labios ajenos— mi prioridad eres tú, Lan Xichen puede venir cualquier otro día o llamar como siempre lo hace.

—Nunca le contestas, ¿cómo se supone que va a comunicarse contigo? —le recordó Meng Yao dándole un suave golpe en la frente.

El alfa hizo una mueca de desagrado ante las palabras de su esposo, había una razón específica por la que no deseaba tener a Lan Xichen rondando cerca suyo y es que, posterior al casamiento del Lan, mantuvieron el contacto suficiente para saber que había tenido hijos. con una linda alfa casi un año después de la boda y conociendo a su amigo lo más probable es que deseara hacer una cita doble para hablar sobre los últimos acontecimientos en sus vidas y nada le rompería más el corazón que ver a Meng Yao ensombrecerse por sus problemas de fertilidad. Era obvio que Lan Xichen nunca diría o haría algo para lastimar a Meng Yao, pero Nie Mingjue prefería no arriesgarse.

—Pensaré en eso más tarde, ahora debemos ir a casa o Huaisang terminará asesinado por Baxia —dijo Nie Mingjue cambiando el tema tal y como lo había hecho su minutos esposo antes— ¿quieres que compremos algo para comer antes de irme a trabajar? Me rehúso a irme sin uno de tus deliciosos postres.

La segunda risa de la mañana salió sincera y suave de entre los labios de Meng Yao, entibiando la sala y contagiando su buen humor a Nie Mingjue, mismo que no desperdició la oportunidad de besar ambos hoyuelos de su esposo.

—Entonces debemos ir al supermercado aunque no te guste —dijo el omega tomando las mejillas de Nie Mingjue antes de plantarle un par de amorosos besos— necesito varios ingredientes que no hay en casa y considerando quién nos visita, creo que necesitaré hacer más comida para alimentarte a ti ya tu hermano.

—¿Por qué cocinarás para él? Es un tonto y puedo jurar que ni siquiera hizo lo que le pediste —respondió Nie Mingjue aún envolviendo el cuerpo del omega entre sus brazos, si no fuera por el rostro que sobresalía entre ellos, Meng Yao fácilmente podía pasar desapercibido.

—Aún así, fue muy amable de su parte levantarse temprano para cuidar a Baxia, sabes que él no madruga muy a menudo —dijo Meng Yao levantándose de su asiento para tomar el brazo de Nie Mingjue con cariño, alzándose de puntillas para dejar un beso corto en la mejilla ajena, aprovechando la distracción ajena— y si no quieres que A-Sang se quede con la mayor parte del postre lo mejor es que nos vayamos de una vez, a esta hora el supermercado comienza a llenarse.

Nie Mingjue asomaba con una suave sonrisa adornando su rostro, la tristeza aún no se diluía por completo pero al menos pudo alegrar un poco el corazón de su esposo y si pedirle postres empalagosos lo ayudaba a sentirse mejor, el alfa se acabaría cada una de sus creaciones con tal de conservar su hermosa sonrisa. Ambos abandonaron la habitación y Nie Mingjue caminó hasta donde estaba el doctor para recibir algunos consejos y demás formalidades médicas, no era necesaria la presencia de Meng Yao así que Nie Mingjue lo dejó adelantarse al auto, suficiente tortura había sufrido por un día y escuchar al médico una segunda vez definitivamente no le haría nada bien.

Así que en cuanto Nie Mingjue le dio las llaves del auto y se despidió con un dulce beso, Meng Yao finalmente expresó su tarea en el hospital terminada, dejó que el alfa lo cubriera con su bufanda y casi de inmediato se enfrentó con el aire mañanero. de un invierno cualquiera, soltando un estornudo por el cambio drástico de temperatura. Los rayos de Sol aún no se asomaban, copos de nieve seguían cayendo de forma esporádica, los mismos pájaros cantaban y la copa de un árbol cercano se balanceaba tranquilamente.

Ese escenario fue una bocanada de aire fresco para los pulmones de Meng Yao, saber que ya no estaba en el hospital y por lo tanto su vida era la misma de antes dejó una extraña sensación de alivio en su estómago. A pasos y pesados por la nieve debajo lento suyo caminó hasta el auto, reflexionando sobre lo mucho que odiaba los hospitales y repitiendo en bucle los acontecimientos recientes, como si eso marcara alguna diferencia entre los hechos palpables y la realidad a la que aún se aferraba .

El olor mezclado de ambos lo golpeó en el rostro con calidez cuando finalmente se hundió en su asiento, rápidamente encendió la calefacción y la radio, dejando que la música aleatoria de la estación predeterminada inundara sus sentidos. La soledad que lo rodeaba era ligera, no se sentía sofocante ni incómoda como en otras ocasiones, por lo que se dedicó a observar el paisaje urbanizado; No era un hombre que deseara la ciudad por encima del campo pero si alguna vez tuviera la oportunidad de decidir, definitivamente elegiría el campo.

¿Quién no lo haría? De inmediato se le ocurrieron varias respuestas a su pregunta y sonriendo al pensar en eso, una marea llena de ideas sin sentido lo arrolló, haciendo pensar en una posible redecoración hasta que sintió el aire frío golpeándolo de nuevo.

—Lamento tardar, había cosas sin firmar o algo así, realmente no me interesó —dijo Nie Mingjue una vez que estuvo dentro del auto, frunciendo el ceño como siempre y acelerando de una manera desconocida el corazón del omega— lo mejor habría sido que los leyeras tú, pero has gastado demasiada energía por hoy y…

Nie Mingjue ni siquiera pudo terminar la oración porque los labios de Meng Yao chocaron contra los suyos en uno de esos besos desesperados que se daban cuando eran adolescentes, mostrándose el amor sincero que existía.

—Eres lo mejor que me pudo haber pasado ¿lo sabes no? —preguntó Meng Yao besando una vez más al alfa.

La sonrisa llena de amor que recibió fue lo único que necesitó para saber que esa luz al final del túnel siempre estuvo a su lado, siendo la chispa de alegría que Meng Yao siempre agradecería. Tal vez uno de sus sueños se había marchado, pero aún tenía al hombre que amaba a su lado y eso era suficiente.

Después de todo, ¿qué sería la vida sin amor?