Los libros aragoneses de Domingo Buesa: La jota y el espíritu liberal

Reseña literaria

Los libros aragoneses de Domingo Buesa: La jota y el espíritu liberal

El cuerpo del libro lo forman ocho capítulos en los que Marta Vela trabaja con habilidad ese encuentro entre la realidad histórica y la versión anecdótica

Marta Vela es la autora de ‘La jota aragonesa y  liberal. Zaragoza, Madrid y París’.

Marta Vela es la autora de ‘La jota aragonesa y liberal. Zaragoza, Madrid y París’. / El Periódico

Domingo Buesa

Domingo Buesa

En el estudio 'La música en la construcción de la identidad política', Patrick Durand dice que «la música mantiene su importancia como factor que construye identidades». No en vano, en el siglo II aC, el Memorial de la música china escribe que «los antiguos reyes hacían de la música un medio para modelar a su gobierno; si era buena, las acciones del pueblo imitaban la virtud del príncipe». Sin aportar más referencias históricas, en este apasionante y estudiado encuentro entre la música y la política se ha llegado a valorar que una gran parte de nuestro lenguaje emocional está ligado a la música, que llega hasta lo más profundo de nuestra personalidad.

Con reflexiones de este tipo (que no ampliamos por la limitación del espacio), se entiende mejor el curioso estudio cuya edición debemos agradecer a la editorial Pregunta. Una publicación que lleva por título 'La jota aragonesa y liberal. Zaragoza, Madrid y París' y en cuyas páginas se sostiene la tesis que, junto a la ópera italiana, la jota aragonesa se revela en apoyo fundamental de la incipiente democracia liberal decimonónica, contra el oscurantismo de la monarquía absoluta. Esta es la clave que guía a su autora Marta Vela, doctora en pedagogía y directora de orquesta, investigadora que ya nos regaló la publicación de 'La jota, aragonesa y cosmopolita: de San Petersburgo a Nueva York' (Editorial Pregunta, 2022).

En esta ocasión, después del prefacio de Carmelo Artiaga que dice que conocer la historia de la jota aragonesa es conocer «la historia de Aragón y de España», el prólogo del poeta Miguel Ángel Yusta sugiere con acierto que el gran valor de esta obra es ese mundo de personas, encuentros, desencuentros y colaboraciones, que han marcado ese siglo XIX en torno a músicos no lejanos a la jota.

El cuerpo del libro lo forman ocho capítulos en los que Marta Vela trabaja con habilidad ese encuentro entre la realidad histórica y la versión anecdótica, acompañada de otras personalidades que viajan en torno a Florencio Lahoz, nacido en Alagón en 1815 y muerto en Madrid en 1868, después de una intensa vida dedicado a la música. Personalmente, les confesaré que me ha encantado ese relato que se construye con cartas y reflexiones personales, porque es agradable, cómodo de leer y muy bien tramado hasta convertirse en la guía del discurso del libro. Creo que es un gran acierto de su autora, a la que felicito, porque logra acercarnos ese mundo de la música, no ajeno a nuestra tierra, aunque se protagonice lejos de ella.

No voy a destripar el contenido, pero para orientarles les digo que comenzamos con jotas contra el carlismo, en el episodio del Cinco de Marzo de 1838, y continuamos con la curiosa historia de un organista, el caballero de Iradier, o con Madame García de Viardor, cantante emocionada del sol de España. Los personajes se asoman, incluida Georges Sand en el sueño insular, para seguir construyendo dos relatos titulados 'Entre el retiro y las Tullerías' y 'De Vicalvaro a la Habana'. Y siguen allí, cuando se habla de 'Jotas en Londres y arreglitos en Paris', de Isabel II destronada en París y de Eugenia de Montijo en Londres, mientras la jota a ras de suelo cantaba aquello de «A la jota, jota / de los estudiantes / que con la bellota / se pondrán más grandes».

No se deja sin tratar ese mundo que nace la Gloriosa de 1868, la revolución que acabó con Isabel II ya muerto el compositor Lahoz, ni esas 'Dos jotas parisinas contra el abismo', en puertas de ese cambio de siglo que abriría el mundo de los felices años de 1920. Y no les digo más, que este es un libro que hay que disfrutarlo.

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