Todo hacía presagiar que esta sería una tarde de ensueño. Una de esas que todas las deportistas desean vivir al menos una vez en la vida. Como telón de fondo, el último baile de La Romareda. El hogar de miles de zaragocistas que han sido testigos de noches mágicas y que, durante los dos próximos años, sufrirá una reforma necesaria, pero dolorosa. Esta era su última gran tarde de fútbol, su último gran evento. Y el FC Barcelona y la Real Sociedad han estado más que a la altura del contexto con una final de la Copa de la Reina que ha sido extraordinaria.
Los aledaños de La Romareda ya invitaban a pensar que el FC Barcelona y la Real Sociedad nos iban a regalar una jornada futbolística de las que no se olvidan. Las calles del Tubo estaban infestadas de aficionados culés y seguidores donostiarras. Los alrededores del estadio eran impracticables. En los bares no cabía un alma. Incluso se instaló una ‘Fan Zone’ en el Parque Grande José Antonio Labordeta, justo al lado de La Romareda. Un ambiente festivo el de la Copa de la Reina que se dejó notar en la ciudad de Zaragoza desde las primeras horas del día.
La cosa no terminó ahí, por supuesto. Cuando las horas fueron pasando y nos aproximábamos al inicio del partido, el ambiente creció. Un rugido ensordecedor bañó los aledaños y regueros de personas se apelotonaron en los tornos para acceder al estadio municipal. A un lado, la afición del FC Barcelona, mayoría en La Romareda; al otro, los seguidores de la Real Sociedad, fieles y creyentes, en busca de un imposible. La imagen del emblemático hogar zaragocista era asombrosa. Más de 25.000 personas con camisetas, pancartas y bufandas.
La RFEF sazonó la previa de la Copa de la Reina con un espectáculo de música y fuegos antes de que las jugadores del FC Barcelona y la Real Sociedad saltarán al césped. Un grupo formado por seis bailarines y un saxofonista deleitaron a las abarrotadas gradas de La Romareda mientras una serie de fuegos pintaban el horizonte con su magnético calor. Minutos antes de que las futbolistas ingresaran en el verde, unos jóvenes desplegaron los dos escudos de los finalistas. Las gradas rugieron. Todo estaba preparado para que la magia del fútbol hiciera lo suyo.
Una imagen de La Romareda en la previa de la final de la Copa de la Reina con los escudos de los finalistas (Artículo14)
Hubo espacio también para la polémica, aunque era previsible. Al sonar el himno, la mayoría de las dos aficiones aprovecharon para silbar, posicionándose en contra de la unidad nacional y la corona española. Lo hicieron a pesar (o, tal vez, motivados por ello) de la presencia de la reina Letizia en el palco de La Romareda, quien no quiso perderse esta cita tan especial incluso en el veinte aniversario de su matrimonio con el rey Felipe VI. Más allá de las reivindicaciones políticas que intoxicaron la previa, el balón echó a rodar, independientemente de los silbidos.
Un torbellino blaugrana desde el principio
El partido comenzó como se esperaba. El FC Barcelona se adueñó del esférico desde el minuto uno y comenzó a apuntalar el área donostiarra en un asedio progresivo. Al principio, dubitativo, pero poco a poco con más claridad y agresividad. Sin prisa, pero sin pausa. El primer disparo a puerta llegó de la mano de Claudia Pina. Una internada por la banda izquierda acabó en las manos de Elene Lete. Tan solo un minuto después, en el cinco de la primera mitad, una subida de Ona Batlle doblando la misma banda terminó con el balón dentro de las mallas (1-0). El VAR se lo pensó durante varios minutos —más de los que son habituales—, pero el gol acabó subiendo al marcador.
El asedio blaugrana no acabó ahí. Otra internada por la banda izquierda, en esta ocasión de Salma Paralluelo, permite a Lucy Bronze llegar en el segundo palo y mandarla a las nubes. Desde luego, no echaría de menos esa oportunidad porque apenas un minuto después Mariona cuelga un balón desde el costado derecho y Salma en el segundo palo remata a placer (2-0).
Quiso responder pronto la Real Sociedad, con un desborde de Synne Jensen por la banda derecha, pero la pelota acaba con seguridad en las manos de Sandra Paños. De poco le sirvió al conjunto donostiarra la aproximación. Ni susto ni nada de nada. El FC Barcelona siguió a lo suyo, asediando la portería de Elene y demostrando la enorme superioridad que tiene, tanto en Liga como aquí, en la Copa de la Reina. En el minuto dieciocho, una combinación por el interior permite a Salma encañonar a puerta. Elene salva los muebles con una gran parada, pero Caroline Graham Hansen recoge el rechace y poner el 3-0 en el marcador.
El FC Barcelona ataca la portería donostiarra en la final de la Copa de la Reina (Artículo14)
A pesar de no llevar no estar ni en el ecuador de la primera mitad y haber dejado vista para sentencia la final de la Copa de la Reina, el FC Barcelona no bajó ni una sola marcha. La Real Sociedad tampoco bajó los brazos y siguió intentándolo a su manera, con jugadas de pocos pases y diagonales largas en busca de sus dos delanteras. El balón le duraba poco y el Barça lo abrazaba, lo hacía suyo, lo mimaba y lo cuidaba, basculando de uno a otro lado y haciendo las delicias de su afición, que no cesaba de cantar y animar a las suyas, llevándolas en volandas. En una de esas llegó un extraordinario balón de Salma Paralluelo desde el costado izquierdo que Hansen volvió a definir sin problemas (4-0).
Solo las intervenciones esporádicas de Elene no permitieron que la distancia en el marcador fuera todavía más abultada. Pero el FC Barcelona no cejó en su empeño y otra combinación por la banda izquierda acabó en los pies de Ona, que hizo subir el 5-0 y firmó un doblete en la primera mitad. La fiesta culé en las gradas comenzó a percibirse como una especie de rutina. Era una delicia ver jugar a las futbolistas blaugranas, pero la final de la Copa de la Reina se fue desinflando en emoción con cada gol que subía al luminoso. Y así fuimos acercándonos al término de la primera mitad, con el título ya entregado de antemano.
La fiesta del FC Barcelona frente a la agonía de la Real Sociedad
La segunda parte comenzó de la misma forma que terminó la primera, con el FC Barcelona arrollando a la Real Sociedad sin contemplaciones ni miramientos. Dos minutos necesitó Salma Paralluelo para pelear un balón con Emma Ramírez, robarle la cartera dentro del área y ceder la pelota a Mariona para que la punta remate a puerta vacía y ponga el 6-0 en el marcador.
El vendaval blaugrana estaba lejos de detenerse. Tres minutos después, Mariona se queda mano a mano con Elene y Claudia Pina remata a puerta vacía. La árbitro anuló el gol, pero tras consultar con el VAR terminó rectificando y haciéndolo subir al luminoso (7-0). La agonía de la Real Sociedad era más que evidente. La superioridad táctica, física y de calidad del FC Barcelona estaba sepultando los sueños donostiarras ante la cruda realidad. Y aún quedaba más de media hora para el pitido final.
Pese al grotesco resultado y las diferencias obvias sobre el tapete verde, la Real Sociedad trató de sorprender al FC Barcelona con balones largos a la espalda de las centrales. Agua. Y, para colmo, pagaron el precio. Con las líneas adelantadas, Nahia Aparicio falla en el pase y el rebote cae en las botas de Mariona que, ante Elene, golpea duro y arriba para poner el 8-0. Demasiado castigo para las donostiarras. Honor para su afición, que trató de animar a las futbolistas cantando en el fondo sur de La Romareda, orgullosa de sus colores.
Momento del pase de Salma Paralluelo a Mariona para poner el 6-0 en el marcador (Artículo14)
El orgullo en las gradas pareció trasladarse momentáneamente al césped. El conjunto donostiarra se echó arriba sin vergüenza y trató de asediar el área blaugrana sin fortuna. Varios arreones por la banda con centros poco peligrosos rondaron la portería de Sandra Paños. La guardameta no dudó ni falló. La sensación de seguridad no se fue diluyendo con el constante goteo de la Real Sociedad, que no terminaba de acertar con el último pase. Hubiera sido el gol de la honra, una forma de maquillar el abultado resultado en una final de Copa de la Reina que llegó a su conclusión con el definitivo 8-0 en el marcador.
¡Y llegó la décima Copa de la Reina!
Las jugadoras del Barcelona celebran el séptimo gol ante la Real Sociedad, durante la final de la Copa de la Reina de fútbol que FC Barcelona y Real Sociedad disputan este sábado en el estadio de La Romareda, en Zaragoza
Insuperables. Imbatibles. Inigualables. El FC Barcelona arrolló a la Real Sociedad como si fuese una apisonadora y se alzó con su décimo título copero en La Romareda, demostrando una vez más la enorme superioridad que posee en el fútbol femenino. El deporte rey en la parcela femenina todavía tiene unas cuantas asignaturas pendientes para alcanzar el nivel de élite futbolística que se espera, pero está avanzando a pasos agigantados. El proyecto culé no ha surgido de la noche a la mañana, no ha brotado del aire. Han sido muchos años de inversiones y aportaciones, y de aquellos barros, estos lodos. Otro triunfo más a la constancia y la apuesta por el fútbol femenino. La décima… ¡Y las que quedan!
