El look más royal de Sophie de Wessex: dos piezas esmeralda a la altura de Kate Middleton

Ante la ausencia de Kate Middleton en eventos y actos oficiales, y el cuidado que está teniendo Carlos III para no sobrecargar sus fuerzas, ambos por motivos de salud conocidos por todos, otros miembros de la familia real británica, entre ellos mujeres como la princesa Ana o Sophie de Wessex, han dado un paso al frente para poder llevar a cabo ciertos compromisos de la agenda real.

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Bruno Mulero

El pasado viernes, el duque y la duquesa de Edimburgo visitaron el Palacio de Holyroodhouse y participaron de la tradicional ceremonia de Las Llaves durante su estancia en la capital escocesa. Esta tradición se lleva a cabo cada vez que el monarca o algún representante oficial de la monarquía realiza una visita a la ciudad.

Ambos fueron recibidos con todos los honores. El hijo de la difunta reina Isabel II charló animadamente junto al mayor general reservista del ejército británico, Alastair Bruce, y luego recibió las llaves de la ciudad de Edimburgo de manos del concejal Lord Provost, Robert Aldridge, durante el evento.

La pareja se mostró muy sonriente y encantada. En concreto, la duquesa de Edimburgo lució especialmente elegante con un look a la altura de las circunstancias que ahora mostramos al detalle.

Se decantó por el conjunto en color esmeralda de Suzannah, formado por la chaqueta y la falda conocidas como Remy y elaboradas con coqué, un tejido con un patrón confeccionado en relieve y de apariencia fruncida o acolchada. El precio de la chaqueta, corta y con cremallera, es de 650 euros, y el de la falda, semiabullonada, con cintura ancha y largo midi, asciende a 950 euros.

La duquesa de Edimburgo completó su look con sus zapatos de Prada en color crema y un bolso de mano de Sophie Habsburg a juego con su vestimenta.

Por su parte, su marido se decantó por un traje azul marino y corbata color salmón.

A principios de esta semana, el príncipe Eduardo y su esposa se convirtieron en los primeros miembros de la familia real en visitar una nueva estatua conmemorativa de la reina Isabel II en Oakham, Rutland, en East Midlands.

La llamativa estatua de bronce, de dos metros y medio, representa a la difunta reina con sus corgis, a los que la duquesa no pudo resistirse a acariciar. Su relación con Isabel II era excepcional y la monarca tenía plena confianza en ella, a la que consideraba un valioso activo para la Corona.