El desafío migratorio en Panamá se ha intensificado dramáticamente, con más de 520,000 personas, en su mayoría venezolanos, cruzando la peligrosa selva del Darién en 2023. Este flujo migratorio ha llevado al gobierno panameño a destinar significativos recursos para asistir a los migrantes. En respuesta a esta crisis, José Raúl Mulino, el presidente electo de Panamá, ha prometido tomar medidas drásticas.
La Inhóspita Travesía del Darién
El Darién, una selva de 266 km de longitud y 575,000 hectáreas de superficie, ha visto un flujo constante de migrantes intentando cruzar sus territorios. Solo en el primer trimestre de 2023, más de 110,000 personas hicieron esta arriesgada travesía, según cifras oficiales. Esta situación ha obligado al Gobierno panameño a incrementar los esfuerzos y recursos para manejar la creciente crisis humanitaria que representa este flujo migratorio.
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Promesas Electorales y Políticas de Deportación
Durante su campaña, José Raúl Mulino anunció su intención de «cerrar» el Darién, transformando esta frontera selvática que ha servido de corredor para migrantes sudamericanos que buscan llegar a Estados Unidos. «Para terminar la Odisea del Darién, iniciaremos con ayuda internacional un proceso de repatriación con todo apego a los derechos humanos de todas las personas que están allí», afirmó. Estas declaraciones reflejan un cambio significativo en la política migratoria del país, buscando desincentivar el uso del Darién como ruta de tránsito.
Contexto Internacional y Repercusiones
La migración también es un tema clave en la campaña electoral de Estados Unidos, donde el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, anunció 578 millones de dólares en ayuda para América Latina y sanciones para quienes faciliten la “migración irregular”. Estas medidas internacionales y las promesas de Mulino resaltan la creciente presión sobre los gobiernos de América para controlar la migración irregular.
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La elección de Mulino, quien asumirá el cargo el 1 de julio, viene en un momento crítico para Panamá en términos de gestión migratoria. Reemplazando al exmandatario Ricardo Martinelli, Mulino enfrenta el desafío de implementar políticas que equilibren la seguridad fronteriza con el respeto a los derechos humanos de los migrantes.
