El tradicional «cabreo» deteriora las arterias

Un nuevo estudio explica cómo los episodios de ira afectan a las arterias y aumentan las probabilidades de sufrir un infarto de miocardio

arterias
Se conocía la relación de los enfados con el infarto.

Fact checked

×

Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.

Las explosiones de ira pueden dañar temporalmente la capacidad de las arterias para dilatarse y dejar circular debidamente la sangre, de acuerdo con una reciente investigación. Este hallazgo se ha dado a conocer en el último número de la revista oficial de la Asociación Médica Americana, y supone un paso para explicar por qué la ira aumenta el riesgo de padecer un infarto de miocardio. El trabajo analiza los «efectos de las emociones negativas en la salud vascular endotelial». El endotelio es la cobertura interior de los vasos sanguíneos.

El investigador principal, Daichi Shimbo, cardiólogo y codirector del centro para el tratamiento de la hipertensión en el Centro Médico Irving de la Universidad de Columbia (Nueva York, Estados Unidos), ha declarado: «La ira es dañina para los vasos sanguíneos, dificulta el funcionamiento de las arterias, lo cual guarda relación con el riesgo de sufrir un ataque al corazón en el futuro».

Había estudios previos que relacionaban claramente las emociones negativas -ira, ansiedad y tristeza- con un mayor riesgo de ictus (infarto cerebral) e infarto de miocardio. No obstante, hasta ahora se sabe poco sobre cómo esas emociones provocan cambios en el modo en el cual funciona el sistema cardiovascular.

En este análisis se ha incluido a 280 adultos jóvenes aparentemente sanos, sin historia de enfermedad cardiovascular ni ictus, sin factores de riesgo, enfermedades crónicas ni condiciones que afectaran seriamente a la salud mental. En el laboratorio, se les pidió que se relajaran durante 30 minutos y después se midió su presión arterial y su tasa cardiaca, junto con varias pruebas con marcadores de la salud endotelial. El deterioro del endotelio guarda relación con el desarrollo de aterosclerosis (el endurecimiento de las arterias), que puede desembocar en infarto de miocardio o ictus.

Como ya había investigaciones previas que habían asociado el estrés con el funcionamiento alterado del endotelio, los autores de este trabajo exploraron la respuesta de los vasos sanguíneos y su capacidad de dilatarse y repararse después de que los sujetos experimentaran varios sentimientos negativos.

Después de tomar las mediciones iniciales, a los individuos se les pidió al azar que realizaran una de las siguientes tareas: ocho minutos recordando episodios personales de mal humor; ocho minutos evocando acontecimientos que generan ansiedad o bien leer en voz alta frases que inspiraban tristeza. A un último grupo de sujetos se les pidió que contaran en voz alta para mantenerlos en un estado emocional neutro. Después todos ellos volvieron a relajarse en silencio.

Los científicos volvieron a medir la presión arterial y realizar el resto de pruebas tres, 40, 70 y 100 minutos después de las tareas asignadas.

¿Y si me enfado 10.000 veces?

Comparados con el grupo emocionalmente neutro, las personas que recordaron episodios de enfado tenía menor capacidad de dilatación de los vasos sanguíneos. Casi la mitad. El efecto era particularmente grave a los 40 minutos del episodio de enfado. Después volvían a funcionar con normalidad.

Aunque el efecto de las emociones negativas fue temporal, Shimbo considera importante tener en cuenta que era el resultado de pasar solamente ocho minutos dándoles espacio, lo cual hace que se pregunte cuál es será el efecto acumulado del enfado en la función del endotelio a lo largo del tiempo.

«Hemos mostrado que, si te enfadas una vez, eso hace que tu capacidad de dilatar se deteriore, pero ¿qué pasa si te enfadas 10.000 veces a lo largo de tu vida?, ese daño crónico a tus arterias puede hacer que el deterioro sea permanente, y eso es lo que creemos que sucede», ha dicho.

Ni la ansiedad ni la tristeza alcanzaron impacto significativo en el estudio, lo cual sorprendió a los científicos.

Lo último en OkSalud

Últimas noticias