La Revolución Industrial fue un proceso de importantes transformaciones tecnológicas, sociales y económicas que se inició en Inglaterra en el siglo XVIII. Fue un hito en la evolución de la humanidad.

Antes de este período, la mayoría de las actividades económicas se basaban en la agricultura, donde la gente trabajaba en el campo para producir alimentos.

Antes de la Revolución Industrial, la mayoría de la gente vivía en zonas rurales y trabajaba en la agricultura. Con la llegada de la industria, muchas personas migraron a las ciudades en busca de trabajo en las fábricas. 

Esto supuso un cambio radical en el modo de vida de las personas, que empezaron a vivir en entornos urbanos y a trabajar en fábricas.

¿Qué fue la Revolución Industrial?

La Revolución Industrial fue un proceso histórico de transformación económica y social ocurrido entre 1760 y 1840, aproximadamente, y que desencadenó cambios sin precedentes en las sociedades occidentales y, posteriormente, en todo el mundo.

Se caracteriza por el uso de nuevas tecnologías, la producción en masa y la concentración de fábricas en las ciudades.

El invento más importante de la época fue la máquina de vapor, que funcionaba con carbón y cuyo uso aumentó la producción y el transporte a niveles sin precedentes.

Comenzó en Inglaterra, donde convergieron una serie de condiciones económicas, políticas, sociales y tecnológicas favorables a este gran cambio. Durante el siglo XIX se extendió a otros países de Europa occidental, Estados Unidos y Japón.

Causas de la Revolución Industrial

La expansión del comercio internacional en los siglos XVI y XVII trajo un extraordinario aumento de riqueza para la burguesía. Esto permitió la acumulación de capital capaz de financiar el progreso técnico y el alto coste de instalación en las industrias.

La burguesía europea, fortalecida y enriquecida, comenzó a invertir en el desarrollo de proyectos para mejorar las técnicas de producción y en la creación de máquinas para la industria.

Pronto se descubrió que se lograba una mayor productividad y aumentaban las ganancias cuando las máquinas se utilizaban a gran escala.

Consecuencias de la Revolución Industrial

Una de las principales consecuencias económicas de la Revolución Industrial fue la mecanización del trabajo, que aceleró el tiempo de producción, redujo los costos y permitió la producción a gran escala en las fábricas.

La Revolución Industrial supuso la sustitución de los artesanos, que trabajaban con métodos tradicionales en los talleres, por trabajadores industriales que vendían su trabajo a cambio de salarios en las fábricas.

Otra consecuencia fue el surgimiento de la gestión empresarial, basada en cálculos de beneficios y de inversión de capital, y del sistema crediticio mediante la aparición de los bancos modernos.

Fases de la Revolución Industrial

Fue en Inglaterra donde se inició el fenómeno de la industrialización y por eso la Revolución Industrial inglesa fue pionera. Varios factores explican las razones de esta primacía.

Inglaterra tenía el capital, la estabilidad política y el equipo necesarios para liderar el avance de la industria.

Desde finales de la Edad Media, una parte importante de la población se trasladó a las ciudades debido al cercamiento del campo. Sin tierra, los campesinos acabaron entrando en las fábricas que aparecieron.

También tenía colonias en África y Asia que garantizaban un suministro de materias primas con mano de obra barata.

La Primera Revolución Industrial se produjo a mediados de los siglos XVIII y XIX. Su principal característica fue el surgimiento de la mecanización, que provocó transformaciones significativas en casi todos los sectores de la vida humana.

En la estructura socioeconómica hubo una separación definitiva entre el capital, representado por los propietarios de los medios de producción, y el trabajo, representado por los asalariados. 

Con ello se eliminó la antigua organización de cofradías o gremios, que era el modo de producción utilizado por los artesanos.

La mecanización se extendió desde el sector textil a la metalurgia, el transporte, la agricultura, la ganadería y todos los demás sectores de la economía, incluido el sector cultural.

Desde finales del siglo XIX, el capitalismo se volvió cada vez menos competitivo y más monopolista. Sólo unas pocas empresas o países dominaban la producción y el comercio. 

Fue la fase del capitalismo financiero o monopolista, una característica sorprendente de la Segunda Revolución Industrial.

En esta época, el Imperio Alemán emergía como una gran potencia industrial. 

Con abundancia de mineral de hierro y una cultura militar, los alemanes, liderados por Prusia, llevaron a cabo reformas políticas y económicas que unificarían el país y le proporcionarían una poderosa industria.

La culminación del desarrollo industrial, en términos de tecnología, comenzó a mediados del siglo XX, alrededor de 1950, con el desarrollo de la electrónica. Esto permitió el desarrollo de la tecnología de la información y la automatización de las industrias.

De esta forma, las industrias empezaron a prescindir del trabajo humano y empezaron a depender cada vez más de las máquinas para fabricar sus productos. El trabajador intervino como supervisor o sólo en algunas etapas de la producción.

Esta fase de nuevos descubrimientos caracterizó la Tercera Revolución Industrial o revolución informática y tecnológica.

Principales inventos de la Revolución Industrial

Bomba de vapor - Fue inventada por el inglés Thomas Savery en 1698. Esta creación constituyó un avance monumental en la industria minera, ya que las aguas subterráneas eran un grave problema para las obras mineras antes de su invención. 

Esto ocurrió porque las bombas existentes no tenían la capacidad necesaria para extraer agua de estas profundidades.

Termómetro de mercurio - Fue inventado por el ingeniero alemán Daniel Gabriel Fahrenheit en 1714. Su invento consistió en un tipo de termómetro que permitía medir las temperaturas de cualquier material seleccionado mediante una lámpara reflectora de color blanco, que impedía la absorción de radiación presente en el ambiente.

Automóvil - Muchos creen que el primer automóvil fue producido por el francés Nicolas-Joseph Cugnot en 1770. 

Lo que sí se puede decir es que Cugnot fabricó varios modelos de vehículos propulsados ​​por máquinas de vapor y cuyo objetivo era arrastrar cañones pesados ​​para acelerar la lucha.

Turbina de gas - Fabricada por el británico John Barber en 1791. Esta máquina permitía aumentar el aire inflamable con el objetivo de obtener movimiento para facilitar el trabajo metalúrgico. 

El diseño de Barber incluía una turbina, una cámara de combustión y un compresor de gas alternativo.

Iluminación de gas - El inventor escocés William Murdoch fue el primero en utilizar la inflamabilidad del gas con el objetivo de aplicarlo a la iluminación. Murdoch logró iluminar su propia casa en 1792, luego, en 1798, utilizó gas para iluminar algunos edificios de Soho Foundry. 

En 1802 realizó una exposición pública, sorprendiendo a la población local con su iluminación.

Batería eléctrica - Fue inventada por el conde italiano Alessandro Volta en 1799. En términos generales, se puede establecer que una batería eléctrica es un formato comercializado e industrializado de la pila voltaica. 

Consiste en un dispositivo capaz de convertir energía química en energía eléctrica mediante un proceso químico transitorio.

La bicicleta - En 1816, el investigador alemán Karl Drais desarrolló el primer velocípedo de dos ruedas, ahora conocido como bicicleta. Era un tipo de coche pequeño, formado por un manillar y dos ruedas, colocadas una detrás de la otra.

Producción de acero - El hierro se utilizó durante la Revolución Industrial para todo tipo de maquinaria y proyectos de construcción, pero el acero es muy superior en resistencia y maleabilidad, además de ser más liviano. 

Esto significó que el acero era particularmente útil para proyectos más grandes, como la construcción de puentes y elementos que soportan peso, como vías de tren.

Pero, fabricar acero era un proceso caro. Como suele ocurrir con los inventos de la Revolución Industrial, una nueva idea se basaba en una pirámide de inventos anteriores y se producía debido a la búsqueda de eficiencia y rentabilidad.

Henry Bessemer inventó un convertidor en 1856 que hizo que la producción de acero fuera mucho más barata y fiable.

Los convertidores Bessemer más grandes, llenos de arrabio fundido, podrían producir hasta 30 toneladas de acero en 20 a 30 minutos, eliminando carbono y otras impurezas al forzar aire a alta presión a través del metal fundido. 

Las impurezas forman óxidos y se separan como escoria, dejando atrás un acero puro y resistente.

Sheffield se convirtió en uno de los mayores productores de acero del mundo, fabricando, en particular, vías de ferrocarril para Gran Bretaña, Estados Unidos y muchos otros países alrededor del mundo.