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sábado, junio 8, 2024

Aceite de uva traería beneficios para la salud

Bajo en calorías, con propiedades que permitirían prevenir la obesidad en humanos y con resultados prometedores para el consumo de personas con hígado graso, así es el aceite de semillas de uva que transformaron y vienen analizando dos investigadores de la UdeA.

Por: Julián David Ospina Sánchez

Periodista UdeA

Transformar el aceite de semillas de uva en un alimento funcional que proporcionara beneficios para la salud y con el que se pudiera prevenir la obesidad, fue el objetivo que se trazaron Angie Vanessa Caicedo Paz, estudiante del doctorado en Biotecnología de la Universidad de Antioquia, y Julián Paul Martínez Galán, docente e investigador de la Alma Máter. Con ese propósito en mente, los dos investigadores han avanzado en el desarrollo del proyecto «Biosíntesis de lípidos estructurados, efectos sobre la microbiota intestinal y alteraciones metabólicas en un modelo murino de obesidad».

Se trata de una investigación aplicada que podría representar el desarrollo de alimentos y suplementos útiles para la salud de las personas y, especialmente, para enfrentar la obesidad, una condición médica que la Organización Mundial de la Salud —OMS— advierte como «uno de los principales factores de riesgo de enfermedades crónicas, incluidas la diabetes, las afecciones cardiovasculares, la hipertensión y los accidentes cerebrovasculares, así como de varios tipos de cáncer».

Los investigadores eligieron un tipo de aceite que fuera rico en ácidos grasos esenciales o no saturados —omega-3 y omega-6—, y al cual pudieran hacerle modificaciones enzimáticas, con el fin de convertirlo en un lípido estructurado, dietético o bajo en calorías. Así, finalmente, se decidieron por el aceite de semillas de uva, que ya se comercializa en el mercado.

«Quiere decir que, a través de procesos bioquímicos —reacciones enzimáticas—, retiramos los ácidos grasos que no eran de interés, conocidos como de cadenas largas o saturados, y los reemplazamos por otros que contribuyen al proceso de metabolismo humano, conocidos como de cadenas medianas o cortas», explicó Caicedo Paz, quien amplió que el contenido de calorías de los ácidos grasos de cadenas cortas o medianas es mucho menor al de cadenas largas.

La transformación química del aceite de semillas de uva realizada por los investigadores arrojó un lípido estructurado, es decir, un alimento fabricado para un fin específico: la prevención del aumento de peso.

«Es una línea de trabajo en la que venimos avanzando desde 2016, con el apoyo de Ariela Veloso de Paula, investigadora de la Universidad Estadual Paulista —Unesp, de Brasil—, y que Angie había abordado en su maestría. Ahora, decidimos robustecerla con la creación del aceite bajo en calorías», expresó Martínez Galán, asesor de Caicedo Paz en su trabajo de grado de doctorado, y coordinador del Laboratorio de Investigación en Alimentación y Nutrición Humana —LANH—, adscrito a la Escuela de Nutrición y Dietética de la UdeA.

La sustancia lograda por estos investigadores fue sometida a un proceso conocido como secado por aspersión, que permitió obtener microcápsulas protegidas de condiciones ambientales como la luz, la oxidación y la temperatura. «Dichas microcápsulas se pueden convertir en productos comerciales como el aceite de cocina, polvo para la preparación de alimentos o píldoras nutracéuticas, como las de omega-3 que se venden en el mercado», explicó Caicedo Paz.

Resultados satisfactorios en pruebas «in vivo»

Los investigadores realizaron pruebas de laboratorio «in vivo», en ocho grupos de ratones. «En un escenario los animales fueron sometidos a condiciones de obesidad y luego se les suministró el lípido bajo en calorías, en su presentación de polvo, y en el otro se les suministró el lípido funcional desde el inicio», manifestó Martínez Galán.

«Generamos un pellet —porción adecuada— de carbohidratos, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales, que contenía el polvo de nuestro aceite, y empezamos con el suministro a los ratones, para hacer evaluaciones en prevención y en reversión, durante 12 semanas», acotó Caicedo Paz.

De acuerdo con el estudio, hechas las comparaciones con dietas ricas en grasas y con el aceite de uva sin modificar, el lípido estructurado por los investigadores de la UdeA tiene efecto frente a la prevención de la obesidad, pues su consumo cotidiano no significó ganancia de peso.

De otra parte —aunque la literatura científica demuestra que el efecto de reversión de la obesidad por el consumo de alimentos funcionales no es notorio—, los investigadores señalan que pudieron «determinar que los ratones que tuvieron una dieta para incrementar su peso, con el consumo del aceite que creamos —señaló Caicedo Paz— empezaron a perder peso».

Producción para el consumo humano

En los siguientes dos años los investigadores continuarán con los análisis de toxicidad de su aceite para, con ello, avanzar en las condiciones técnicas, los ensayos exigidos y las solicitudes de aprobación requeridas por las autoridades sanitarias competentes, hasta lograr que el producto sea adecuado para el consumo humano. «Aquí tenemos un avance significativo y es que las pruebas en ratones no mostraron efectos secundarios», dijo Martínez Galán.

Adicional al desarrollo científico, los investigadores también están elaborando un plan de reducción de costos para que la producción de su aceite sea atractiva a los ojos de las empresas interesadas. Como parte de las proyecciones, estiman que el precio al consumidor sería similar al que hoy tienen en el mercado los aceites de oliva.

Además, los investigadores seguirán ampliando el portafolio de lípidos funcionales con estudios en aceites de aguacate y sacha inchi —semilla amazónica—, entre otros vegetales.

Sus microcápsulas demostraron efectividad en las pruebas «in vivo» en laboratorio, y podrían convertirse en productos comerciales como el aceite de cocina, polvo para la preparación de alimentos o píldoras nutracéuticas.

Hígado graso

Otro hallazgo significativo es que, con el consumo del aceite estructurado por los científicos de la UdeA, se pudo prevenir la esteatosis hepática —hígado graso— y también se pudo ver la reversión de dicha patología con la dieta que contenía el nuevo lípido. «En resumen, este producto tiene propiedades para prevenir y revertir la obesidad y la dolencia conocida como hígado graso», concluyó Martínez Galán.

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