El hombre de los sueños – Crítica de la película con Nicolas Cage

El hombre de los sueños – Crítica de la película con Nicolas Cage

Seguramente, en más de una ocasión, se han cuestionado el significado de un sueño. No importa qué o quién aparezca mientras dormimos, la duda por saber qué lo llevó ahí es una que ha inspirado todo tipo de teorías. La nueva película de Nicolas Cage, El hombre de los sueños, se suma a estas dudas con una premisa interesante, pero también pretende hacer una crítica de temas más actuales tomando como pretexto el mundo onírico de sus personajes. El resultado es, cuando menos, fascinante.

Paul Matthews es un profesor bastante común que, por alguna razón, comienza a aparecer en los sueños de las personas. Al principio, todo parece una coincidencia y muchos lo toman como algo gracioso. Pero la situación se torna complicada cuando la fama lo acecha y también sus consecuencias. Antes, no muchos notaban su existencia, y ahora todos lo aman. Cuando la aparición de Paul en los sueños comienza a provocar daños, éste tendrá que poner todo a flote para saber qué ocurre.

Explotar esa longeva curiosidad por los sueños, y más con una figura como Nicolas Cage, sin duda es algo que podría llevar a muchos a las salas. Afortunadamente, la película no tarda mucho en introducirnos el conflicto, y lo hace poco a poco. Esto da tiempo para entender la dinámica de Paul junto a su esposa e hijas. La trama se complica minuto a minuto, pues cada vez más personas ven a Paul cuando cierran los ojos. Eso da pie a momentos que juegan tanto con el drama como con una comedia surrealista.

Nicolas Cage vuelve a esos roles sumamente creativos a los que tanto provecho les saca, y a pesar de que Paul es un hombre verdaderamente aburrido, lo hace empático. El personaje es un reflejo de esas figuras que dominan las redes sociales con una fama efímera. Todos lo veneran, los medios quieren entrevistarlo, e incluso llega a “perder el piso” con tremenda facilidad. Quizá su historia les recuerde a muchos “famosos” de los últimos tiempos, y es justo ahí donde la cinta encuentra su punto más fuerte.

Con una mezcla adecuada de drama y comedia, El hombre de los sueños explora otro fenómeno relacionado con las celebridades (sin importar su trayectoria): la cultura de la cancelación. Podrán opinar lo que sea del tema, pero esta película lo retrata de forma digerible e incluso hilarante. Conforme pasan los minutos, el patetismo de Paul llega cada vez más lejos. Mucho nos recuerda a aquellos que hacen todo por estar vigente en las redes sin importar que sea a costa de su dignidad o reputación. Aunque el tema puede recordarnos a títulos como De Roma con amor (el segmento protagonizado por Roberto Benigni), o incluso Cayó de la gloria el diablo (con Ignacio López Tarso), la forma de abordarlo resulta dolorosamente actual.

El hombre de los sueños película
El hombre de los sueños – Crítica de la película con Nicolas Cage.

En cuanto a las secuencias que abordan los sueños, estas cuentan con una realización destacada. El hombre de los sueños no es un título que recaiga en una saturación de efectos visuales. Sin embargo, aquellos que sí se hacen presentes son competentes. Los planos y ángulos de cámara, la música y la fotografía se mezclan correctamente para exaltar esa rareza que predomina en los sueños. La puesta en escena de Kristoffer Borgli, quien sorprendió en 2023 con la retorcida Enferma de mí, es al mismo tiempo simple, atrapante y con personalidad.

Aun cuando los dos primeros tercios de la cinta son muy sólidos, es en el tercer acto donde la cinta presenta atisbos de ser lo que crítica. Así como los sueños de los personajes no tienen mucho sentido, la película se desmorona y aleja de los temas que atraen. El drama gana más peso, y no es que eso sea malo. Simplemente, la película no tiene la inteligencia necesaria para cerrar sus tramas de forma coherente o provocar un final abierto intrigante.

De nada sirve tener un planteamiento y desarrollo potentes, o una propuesta visual atractiva, si la forma de concluirlo todo resulta tan triste como la vida de su protagonista. Aun con todo eso, Nicolas Cage sale bien librado y demuestra que, cuando se lo propone (o le dan un guion medianamente solvente), puede mostrar todas las virtudes con la que se dio a conocer.

Aunque El hombre de los sueños tiene un inicio prometedor y un desarrollo atractivo, nunca termina por explotar el potencial de su trama. De pronto, se siente como si el director y guionista hubiera olvidado lo que verdaderamente quería decir con la cinta. Todo se torna un tanto confuso. No es, bajo ninguna circunstancia, una mala película, pero tiene más de un momento donde se evidencia que pudo ser mejor. Irónicamente, cuando empiezan los créditos surge la sensación de haber tenido uno de esos grandes sueños interrumpidos, y que jamás se pueden retomar.

autor Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.

Contenido original de Cinepremiere.com.mx

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