Michael Schumacher también pudo celebrar alocadamente sus éxitos. Un ingeniero de McLaren informa ahora sobre esto.
Michael Schumacher (55) no sólo fue el campeón mundial récord de Fórmula 1, sino también un campeón de fiesta… El siete veces poseedor del título siempre fue considerado un gran trabajador, pero una vez hecho el trabajo, Kerpener era un verdadero fiesta animal.
La celebración en Suzuka en 1999, por ejemplo, fue legendaria. En aquel entonces, Schumacher estaba tan feliz de que su compañero de equipo en Ferrari, Eddie Irvine, no le arrebatara ante sus narices el primer título del campeonato mundial de Ferrari desde 1979, que se rompió la pierna. Llevaba su ropa Toyota. El hermano Ralf arrojó un frigorífico fuera de la hospitalidad. Hasta el día de hoy, las fotografías aún dan testimonio de la noche húmeda.
Pero no fue sólo en Japón donde el paddock vio al Schumi desatado, que prefirió brindar con Bacardí-Cola. Ahora, el ex ingeniero de McLaren Marc Priestley también informa en los medios ingleses sobre su experiencia con el fiestero Michael Schumacher.
Priestley trabajó para McLaren entre 2000 y 2009 y fue testigo de una velada que «terminó en caos». Priestley: “Un gran recuerdo fue después del Gran Premio de Alemania. Había un bar en la pista. Debió ser un domingo después de la carrera porque Schumacher estaba muy borracho, como todos los demás. En un momento dado, se paró en lo alto de la barra y se sirvió champán en la cabeza”.
Del podio a la fiesta: Cuando terminó el fin de semana, Schumacher pudo desconectarse. La obligatoria ducha de champán adquirió entonces un significado completamente nuevo. “El champán cubrió su cuerpo y fluyó por todas partes”, recuerda el hombre de McLaren. “Otras personas empezaron a tirarle bebidas, era puro caos. Recuerdo tener un Bacardí y una Coca-Cola en la mano y decirme: 'No perderé la oportunidad de tirarle una copa a la cara a Michael Schumacher'.
Michael Schumacher: desaparecido de la vista del público desde su accidente de esquí
Antecedentes: McLaren fue el mayor oponente de Schumacher entre 1998 y 2004. Para un ingeniero del tradicional equipo británico, esta debió ser una oportunidad única para golpear literalmente a su gran rival.
“Corrí hacia él y le tiré mi Bacardí y mi Cola a la cara”, continúa el británico. “Él me devolvió el favor con un gran abrazo, así que yo también quedé cubierta por toda la bebida. Schumacher supo divertirse, desahogarse después de la carrera y nadie tiene nada malo que decir sobre él”.
Schumacher con el champán ganador en la mano – y a veces con un cigarro por la noche con el famoso presentador Karl-Heinz Zimmermann – los fanáticos y conocedores recuerdan los tiempos exitosos del siete veces campeón. Desde su grave accidente de esquí en diciembre de 2013, Schumacher ha desaparecido de la vista del público.
«Es una pena que ya no veamos a Michael en la escena de la F1, especialmente cuando Mick estaba corriendo», dice Priestley. «Habría sido una gran figura en el paddock, era un tipo inspirador dentro y fuera de la pista».
