Las realidades paralelas (5): la consciencia - Grupo Milenio
Cultura

Las realidades paralelas (5): la consciencia

  • 30-30
  • Las realidades paralelas (5): la consciencia
  • Fernando Fabio Sánchez

Las interpretaciones del experimento de la doble rendija, como hemos leído en las columnas anteriores, colocan en un lugar de privilegio a la conciencia humana en la creación del mundo físico.

En inglés, hay dos palabras para designar “conciencia”. Por un lado, tenemos “awareness”, que significa “la cualidad o condición de estar consciente: el conocimiento y comprensión de que algo está sucediendo o que existe”, según el diccionario Merriam-Webster.

Y, por otro lado, encontramos “consciousness”, que significa “la cualidad o condición de estar consciente en especial de algo que ocurre dentro de uno mismo”.

El significado al que aluden los físicos sintetiza los dos, aunque enfatizan el segundo. No solo se refieren al hecho de percibir, sino a medir y dar una explicación “consciente” a la medición.

Niels Bohr, Werner Heisenberg (así le llamaban al personaje principal de la serie “Breaking Bad”) y Max Born, entre otros, proponían que la partícula que atraviesa las rendijas dejaba de comportarse como una onda cuando una consciencia medía su trayectoria.

Y si esa consciencia no estaba allí, la partícula era, como ya sabemos, una onda. Y una onda era una serie de probabilidades sin materialidad todavía.

En otras palabras, la consciencia causaba que la onda “se volviera una partícula”. Es decir, la consciencia influía en el comportamiento de la onda. La consciencia creaba su realidad.

Podríamos decir que esta interpretación está fuera del orden lógico de la experiencia empírica y que nos lleva a un tipo de conocimiento que linda con lo esotérico.

¿Por qué los físicos ahora intentaban describir qué era la consciencia? Y decir consciencia, ¿era lo mismo a decir “alma” o “espíritu”?

¿Dónde estaba? ¿De dónde venía? ¿Qué era?

¿Los animales poseían algo similar?

¿Y qué decir de los seres humanos que tenían dañadas sus facultades de percepción y entendimiento?

Por siglos, la filosofía y la religión habían proporcionado una respuesta. Ahora le tocaba a la física cuántica.

Una propuesta implicó que la consciencia poseía, paradójicamente, una existencia “no física”, que pertenecía a un plano diferente al de los objetos concretos y que no estaba sujeta a las leyes de la mecánica cuántica.

En corto, mencionaba que consciencia y realidad percibida eran dos realidades distintas, que ese “observador” (la mente) realizaba sus labores de medición en el cerebro (casi como un turista) desde un plano exterior a lo observado.

¿Es esta una propuesta increíble, estimado lector? Así lo parece. Pero sigamos investigando.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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