Pilar Alegría, ministra portavoz, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Minsitros.

Pilar Alegría, ministra portavoz, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Minsitros. EP

Política CONSEJO DE MINISTROS

Moncloa da por "muerto" el 'procés' pero Illa no hablará con Puigdemont y Junqueras hasta el 10-J

"Habrá Gobierno en Cataluña, porque los votantes han hablado con claridad", vaticina Alegría, que ante las amenazas del 'expresident' fugado de retirar su apoyo a Sánchez, responde: "A esta legislatura le quedan más de tres años".

14 mayo, 2024 14:48

Moncloa se empeñaba en hacer una rueda de prensa multitemática, hablando de economía, Inteligencia Artificial, una nueva ley de universalidad de la Sanidad... pero la inmensa mayoría de las preguntas fueron, claro, sobre Cataluña. Y el diagnóstico de la portavoz, Pilar Alegría, leído entre líneas, es que el Gobierno da por "muerto" el procés tras el 12-M, pero que, por lo que pueda pasar, el candidato del PSC no se va a sentar con nadie hasta el día después de las elecciones europeas, el 10 de junio.

Sobre las negociaciones: "Ese día se constituye el Parlament, y el anterior hay otro proceso electoral", ha explicado Alegría, "así que respetemos los tiempos".

Sobre la defunción del desafío separatista: "Permítanme que le aconseje una cosa al señor Alberto Núñez Feijóo", ha apuntado con sonrisa socarrona. "Antes de diagnosticar, que se aclaren, porque si él dice que el procés sigue vivo, su candidato en Cataluña, Alejandro Fernández, dijo justo lo contrario".

El Gobierno no se ve en riesgo por Puigdemont: quedan tres años de legislatura.

Esta consideración la hizo Alegría con mucha prudencia, advirtiendo de que iba "a responder estrictamente a la pregunta que me han hecho". Porque sus manifestaciones en la sala de prensa de Moncloa están siendo objeto de escrutinio por la Junta Electoral Central (JEC), en este rally de comicios que comenzó en abril con las vascas, ha seguido con las catalanas el pasado domingo y no termina hasta junio, con las europeas.

El Gobierno se felicitaba este martes por el resultado de las elecciones catalanas del 12-M.

Primero, porque la victoria de Illa y la derrota sin paliativos del independentismo (que, por primera vez desde 1980 no tiene mayoría en el Parlament) se interpreta como un aval a las políticas de Sánchez con Cataluña. Y segundo, porque las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros son, tradicionalmente, terreno abonado para la propaganda del PSOE.

No en vano, esta misma semana la JEC volvía sancionar a la portavoz, Pilar Alegría, por acusar desde la Moncloa a Alberto Núñez Feijóo, presidente del PP,  de lanzar "bulos". En su resolución dictada el pasado domingo, la Junta Electoral indica que este expediente supone una multa de entre 300 y 3.000 euros.

No obstante, ofrece a la ministra de Educación la posibilidad de dejar esta multa en 1.800, si "reconoce voluntariamente su responsabilidad" antes de que se resuelva el expediente y renuncia a recurrir la resolución por la vía administrativa. Fuentes de Moncloa confirman a este diario que Alegría va a recurrir la sanción, porque la considera injusta.

Estamos ya en periodo preelectoral, de nuevo, ante las europeas del 9-J. Y habrá que ver si desde el Ejecutivo se cambia de actitud. Porque el mismo presidente ha sido ya sancionado en varias ocasiones. Y lo fue la antecesora de Alegría, la hoy ministra de Vivienda Isabel Rodríguez, y sus predecesoras, María Jesús Montero e Isabel Celaá.

Argumentos prefabricados

En todo caso, y a pesar de la noticia de que Cegona puede comprar Vodafone España, o de que habrá una nueva ley de Sanidad que no exigirá ni el empadronamiento para que cualquiera utilice el Sistema Nacional de Salud español, las preguntas se repetían.

Por ejemplo: "¿En qué se basa el Gobierno para garantizar que la legislatura no peligra, si Puigdemont insiste en que Junts hizo presidente a Sánchez en las mismas circunstancias en las que él exige ser ahora investido?"

La respuesta, de manual argumentario, también se reiteraba. "Habrá Gobierno en Cataluña, porque los catalanes y las catalanas han hablado con claridad", vaticinaba Alegría. Y cuando se le inquiría por si eso significaba que habrá negociación con Oriol Junqueras para garantizar el apoyo de ERC, replicaba: "Ustedes van demasiadas pantallas por delante, queda otro periodo electoral, y la lógica indica que debemos esperar".

Entonces, ¿las amenazas del expresident fugado de retirar su apoyo a Sánchez se verán compensadas con las negociaciones en Suiza?: "Este Gobierno ha demostrado que mediante el diálogo ha sido capaz de sacar muchas leyes adelante, y en esta legislatura vamos a actuar del mismo modo", apuntó Alegría en varias ocasiones, sin reparar en que hablaba como si empezara ahora la legislatura, y no lleváramos un año casi desde las elecciones.

Tampoco parecía atender a que enfrente, sus socios, no hablan de "diálogo", sino de "negociación". Y de que lo único que le da estabilidad al presidente y a su Consejo de Ministros es la expectativa de negociar una "financiación singular" para Cataluña y un "reconocimiento nacional" para la Comunidad Autónoma.

Y que, uno, si no hay avances en esos puntos, los dos partidos independentistas catalanes no tendrán incentivo alguno para aprobarle los Presupuestos a Sánchez... y sin cuentas púbicas en 2024 ni en 2025, no habría modo de mantenerse en el poder.

Y, dos, que con Illa en el Govern no parece posible que dos socialistas constitucionalistas vayan a dialogar, negociar y acordar esas medidas, poco o nada acordes con el sistema de "convivencia" de 1978.

Sin embargo, la portavoz, insistía a cada cuestión: "A esta legislatura le quedan más de tres años", dijo una vez. "A esta legislatura le quedan tres años, al menos", apuntó luego. "Sólo llevamos casi un año de legislatura y nos quedan tres y un poco más", concluyó más tarde. 

Así, las expectativas de pacto para que el candidato del PSC forme Gobierno fueron despachadas con otro argumento de manual: "El Gobierno de Cataluña se va a decidir en Cataluña"... que pretende ser una manera de conjurar las acusaciones de Puigdemont y Junqueras de que Illa es un mero "encargado" del PSOE en la región; o de desmentir la afirmación de Feijóo de que "Sánchez volverá a engañar, esta vez a su candidato, para entregarle la Generalitat a Puigdemont".

Un mes de espera

Queda, pues, un mes para que se empiecen a despejar las incógnitas.

En Moncloa daban palmas con el último sondeo del CIS, publicado durante la comparecencia de los ministros, que le ha otorgado cinco puntos de ventaja al PSOE sobre el PP. Los socialistas basarán su campaña, de nuevo, en la "convivencia" y, más aún, en la "gestión eficiente y responsable" que vendieron este martes Carlos Cuerpo, José Luis Escrivá y Mónica García ante los periodistas.

Por su parte, el Partido Popular alimentará la especie de que todo es un "engaño", que la amnistía (vetada este martes en el Senado, pero que será aprobada el día 30 en el Congreso) es "el inmoral precio del poder", además de un "atentado contra el Estado de derecho" y -sobre todo, ante las urnas europeas- "contraria al derecho de la UE".

De este modo, hasta que llegue el verano no sabremos si será Illa o Puigdemont quien se someta al debate de investidura. Tampoco estará claro quién de ellos la ganará, o si ninguno lo hará. O si, finalmente, nos iremos a una repetición electoral

A pesar de que es lo que ha marcado los últimos 10 años en España y la clave de lo que pase en los venideros, como decía tantas veces el primer president de la democracia, todo eso "hoy no tocaba".