Sus nacimientos abrieron telediarios y ocuparon titulares de periódicos aunque estaban abocados a un papel secundario que no siempre ha sido así. Hablamos de los seis sobrinos de Felipe VI: los dos hijos de la infanta Elena (Felipe Juan Froilán y Victoria Federica Marichalar) y los cuatro hijos de la infanta Cristina (Juan, Pablo, Miguel e Irene Urdangarin). Si su infancia transcurrió entre los mimos de sus abuelos y la comodidad de pertenecer a la familia real, su adolescencia y juventud ha estado marcada por la separación de sus padres, la lejanía del abuelo, Juan Carlos I, quien vela por sus intereses, y la escasa relación con su tío, Felipe VI.

De todo ello sabe mucho Silvia Taulés, periodista y especialista en casas reales, que trabajó durante más de dos décadas en El Mundo, colabora con diversos medios y se dio a conocer en Estados Unidos con sus artículos sobre Iñaki Urdangarin y el caso Nóos en The New York Times. Su último trabajo, en forma de libro, se titula Los sobrinos del rey, y es un minucioso repaso a la vida de estos seis primos que gozan de una fama que no siempre es una ventaja.

¿Por qué decidió escribir un libro sobre los sobrinos del rey?

Hablamos mucho de todos ellos, sobre todo de los Marichalar, y también de algunos de los Urdangarin. Damos muchísima información pero nos centramos en polémicas que surgen a su alrededor y los conocemos poco. Tenía mucha información sobre ellos que no tenía cabida en los medios diarios porque no es tan suculenta. Y me daba la sensación de que estábamos hablando de unos personajes que conocíamos poco. Pensé que quizás escribir sobre ellos y contar quiénes son, tanto en lo público como en lo privado, podría servir para dar una visión más global sobre ellos y entender cómo funciona la familia del rey.

En el libro reitera en varias ocasiones que en los privilegios de esta camada de aristócratas se encuentran unas responsabilidades que a veces superan con creces los beneficios de ser hijo de… ¿Quién cree que lo lleva peor de los seis sobrinos del rey?

Irene Urdangarin lo lleva muy mal, por ejemplo. Es una chica que se agobia muchísimo y ahora se está publicando información sobre si tiene pareja o sus semanas de cooperación en Camboya. Todos son conscientes y aceptan su papel, pero a veces les pesa muchísimo. A Felipe Froilán también, porque al final se ha tenido que ir del país, no se sentía cómodo aquí. Todo lo que hacía era mirado con lupa y al final ha tenido que irse para encontrar un trabajo y vivir un poco más tranquilo.

Por el contrario, ¿quién cree que lo lleva mejor?

Creo que Victoria de Marichalar lo lleva bastante bien porque ha sabido darle la vuelta y utilizarlo a su favor. Aunque le agobia y está aprendiendo poquito a poco, sí que se ha dado cuenta de que su papel como sobrina del rey o nieta de los reyes eméritos es un punto a su favor para su carrera en el mundo de la moda. Le está sirviendo para abrirse camino en un mundo en el que quizás, si no fuera quién es, no habrían tenido lugar.

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Mientras que los Marichalar se han ganado fama de más díscolos, los Urdangarin siempre han parecido más comedidos. ¿Cree que la prensa ha tratado mejor a los Urdangarin que a los Marichalar?

No lo creo, no es cuestión de cómo la prensa les ha tratado, sino de las oportunidades que han tenido de informar de unos y otros. De los Marichalar hemos informado muchísimo porque vivían en España, y los teníamos muy a mano. En cambio, los Urdangarin se fueron a vivir primero a Washington y luego a Ginebra, y no hemos podido informar tanto de ellos. Si han salido de noche o si han hecho alguna locura, no nos hemos enterado. En cambio de los Marichalar, nos hemos enterado casi de todo. Además, los Marichalar han confiado mucho en su entorno y, a veces, se han llevado decepciones, porque les han traicionado algunos amigos, incluso.

Recoge en el libro que a todos les preocupa mucho lo que piensa el abuelo Juan Carlos, ¿cómo es su relación con ellos?

Es una cuestión que me ha sorprendido mucho. Se habla muchas veces de que don Juan Carlos es una persona muy poco apegada a la familia. Y en cambio, está muy encima de sus nietos, se encarga de sus gastos, pero también de sus carreras y de lo que hacen. Está pendiente de que vayan aquí o allá, de cómo actúan en cada acto que van. Y es una persona muy cercana que para ellos es como un segundo padre.

¿Cree que tiene algún favorito?

Con Felipe Froilán se lleva muy bien, porque es el primero y además es chico. Tiene un carácter muy parecido al suyo y ahora que se ha ido a vivir con él, a la misma ciudad, están más cerca.

Aunque los seis son hijos de padres separados en este momento, ¿cree que la vida familiar que llevaron en la infancia y primera adolescencia ha sido muy diferente?

Sí. El divorcio de la infanta Elena y Jaime de Marichalar marcó muchísimo a sus hijos y ha marcado su educación. Han sido niños que se han sentido muy desamparados durante muchos años, porque sus padres estaban más centrados en discutir entre ellos o en los desacuerdos que tenían que en la educación de sus hijos. Muchas veces a las reuniones de profesores no iba ninguno de los dos, iba un militar que trabajaba a las órdenes de su abuelo y que era el que se encargaba de la educación de los niños, de llevarles a un internado, de hablar con los profesores, y eso ha hecho mella en sus personalidades. Han sido niños muy rebeldes que además daban la nota a sus padres con sus travesuras. Cuando eran pequeños eran travesuras, pero cuando entraron en la adolescencia, afectó a su forma de ser y a su día a día. Y eso ha creado muchos problemas.

Uno de los temas que genera curiosidad es la verdadera relación que tiene Felipe VI con sus sobrinos, y estos con Leonor y Sofía. ¿Cómo es esa relación?

Es bastante distante, sobre todo ahora por la edad y por las funciones que cada uno tiene. Han intentado que estuvieran juntos de alguna manera. La reina Sofía se encargaba de compartieran tiempo en verano. Después, Irene, Leonor y Sofía han tenido más relación porque la reina Sofía invitaba de tapadillo a Irene cuando no podía ir al Palacio de la Zanzuela para que estuvieran juntas. La relación entre los Urdangarin y los Marichalar es muy muy cercana y eso, comparado con sus primas Borbón, crea una diferencia. Y con el rey tienen relación pero no es muy intensa. A Felipe Froilán por ejemplo intentó ayudarle en algún momento cuando veía que el chico se torcía del camino. Y con quien tiene muy buenas relaciones es con Miguel Urdangarin, que además es su ahijado, es un chico muy trabajador, muy estudioso y brillante.

Cita a Miguel, ¿quizás diría que de los seis es el más desconocido de todos?

Sí. Cuando se fue de España era muy pequeño y no lo teníamos muy localizado, a diferencia de su hermano Juan, que ya era conocido. Miguel ha vivido siempre fuera y va a seguir viviendo fuera, no quiere volver a España de ninguna manera, porque aquí se siente muy presionado y muy perseguido por la prensa.

¿Cree que precisamente a alguno de ellos dos le hubiera gustado no tener su apellido en el sentido de llevar una vida anónima?

Sí, sí, Juan preferiría ser anónimo, ahora su padre está en ese camino de ser anónimo y sus hijos le apoyan en eso. Juan es el que peor lo ha pasado siendo hijo de quien es y vive totalmente apartado. Incluso cuando le vimos en la boda del alcalde Almeida se apreciaba que su aspecto no tiene nada que ver con el de un royal, con su barba, con sus patillas, se desmarca bastante de todo lo que es la realeza.

La separación de Iñaki y la infanta Cristina además de inesperada está siendo muy dolorosa para sus hijos. ¿A quién cree que le ha afectado más?

A Juan le afectó bastante, porque además estaba muy cerca de su padre, se había trasladado a Madrid para ir a verle a prisión y estar con él, y esa traición le dolió muchísimo. Pero a quien más afectó es a Irene. Era una chica que sacaba buenas notas, muy aplicada en la escuela, y empezó a sacar malas notas, a bajar su rendimiento escolar, incluso se ha tomado un año sabático para estar más tranquila y tomar distancia. Para todos fue un golpe muy duro porque lo habían pasado muy mal y solo esperaban que sus padres pudieran volver a reunirse después de la travesía en el desierto que habían pasado con el caso Nóos y con el encarcelamiento. Y el desenlace no fue el que esperaban.

Después de haber estado investigando para escribir el libro, ¿alguno de los seis ha convertido en su favorito?

Pablo siempre ha sido mi favorito y el favorito de todo el mundo porque es un chico muy cercano, normal, educado y consciente de quién es, acepta tener un papel royal por decirlo de alguna forma, su condición de sobrino del rey, de hijo de infanta y de nieto de los reyes eméritos, y actúa en consecuencia. Eso es importante porque todos lo son y a veces se les olvida.

¿Qué ha sido lo más difícil de escribir este libro?

Lo más difícil era intentar que los Marichalar no quedaran como los malos y los Urdangarin como los buenos. Que nunca es todo blanco o negro. Intentar comprender la situación de Victoria y de Felipe fue lo que más trabajo me dio, y al final creo que lo he conseguido. Son muy jóvenes y tienen derecho a tener sus malos momentos.

¿Cree que en un futuro no muy lejano sí que veremos una foto de todos ellos con la princesa Leonor y la infanta Sofía?

Lo veo complicado porque la princesa Leonor va a ser reina, o intentarán que sea reina. Y la familia real ha decidido que el núcleo duro sean ellos cuatro y la reina Sofía. Tiene que estar muy blindada y en estos momentos la situación política tampoco es muy favorable a una monarquía, con lo que van a blindarla todo lo que puedan.