EJÉRCITO DEL AIRE Y EL ESPACIO TELDE | El niño que soñó ser piloto tras ver Top Gun y hoy surca el cielo en un F-18

El niño que soñó ser piloto tras ver 'Top Gun' y hoy surca el cielo en un F-18

El teniente coronel Fernando Ramírez lideró la expedición del Ala 46 que participó en abril en unos ejercicios internacionales en Grecia, una oportunidad para entrenar en situaciones de combate simuladas

El niño que soñó ser piloto tras ver 'Top Gun' y hoy surca el cielo en un F-18

José Pérez Curbelo

"Sé que suena a tópico, pero quise ser piloto cuando con once años vi Top Gun", reconoce sonrojado Fernando Ramírez, quien años después del estreno de esa película y aunque siempre tuvo un plan b, cumplió su sueño. Hoy es teniente coronel y jefe del Grupo 46 de las Fuerzas Aéreas que lideró la expedición canaria que partió de Telde para participar entre el 2 y el 19 de abril en los ejercicios internacionales Iniochos en Grecia junto a países como Arabia Saudí, Austria, Chipre, Francia, Estados Unidos, España, Reino Unido, Rumanía y Qatar, además de los griegos y españoles.

A pesar de que las aventuras de Maverick, el apodo del personaje interpretado por Tom Cruise, no reflejan con total exactitud el trabajo del piloto de cazas, fueron muchos los jóvenes que se alistaron animados por la película, sobre todo en Estados Unidos, pero también en España. Fue "la mejor propaganda y la película fue un éxito, y casualmente volaba en el mismo avión que volamos aquí, el F-18", aunque esta es una versión más avanzada, relata Ramírez.

Las escenas en el aire de la película bien podrían parecerse a los ejercicios que realizaron en la base aérea griega de Andrávida los 70 militares desplazados durante el mes de abril bajo el mando del teniente coronel Ramírez.

El teniente coronel Fernando Ramírez, en la cabina de un F-18

El teniente coronel Fernando Ramírez, en la cabina de un F-18 / José Pérez Curbelo

Combates simulados

"Fue un destacamento largo", reconoce. "Hay ejercicios que duran una o dos semanas y este es equivalente al que se hace en Canarias, el Ocean Sky".

Para los pilotos de cazas "es una gran oportunidad de entrenamiento porque aunque gracias a Dios estamos en tiempo de paz, tenemos que estar constantemente entrenados". En el día a día, hay un plan de instrucción y adiestramiento avanzado que se combina con las misiones permanentes, como la de policía aérea, para garantizar que están "constantemente listos ante cualquier eventualidad e incluso cuando hacemos misiones en el exterior".

Sin embargo, estos ejercicios internacionales permiten simular situaciones de combate y compartir experiencias con unidades de otros países, enriqueciendo así los entrenamientos.

Al igual que en otros lugares, el teniente coronel Ramírez y el resto del equipo desplazado pudieron "hacer misiones muy avanzadas, muy complejas que normalmente en casa no podemos hacer", comprobando que "podemos cumplir esos requisitos que exige ese plan de adiestramiento" e incrementando sus aptitudes y calificaciones operativas.

Ramírez, a la derecha, junto a otros compañeros, mostrando una bandera canaria en la base aérea de Grecia

Ramírez, a la derecha, junto a otros compañeros (dos de ellos con las camisetas de la UD Las Palmas), mostrando una bandera canaria en la base aérea de Grecia / LP / DLP

Capacidad de despliegue

Además, "es mucho más enriquecedor que volar dos, tres, cuatro aviones como hacemos habitualmente en casa, donde normalmente volamos entre nosotros", ya que acuden otras unidades de la península y de otros países, por lo que pueden simular situaciones más complejas.

Por otro lado, brindan la oportunidad de fortalecer la capacidad de despliegue. "Salir de Canarias e ir a Grecia dice mucho también de la unidad y de su capacidad expedicionaria". Y es que participar en ejercicios como el Iniochos supone planear un vuelo para ir directo a Grecia y eso "es un hito". La primera vez fue el año pasado y esta ha sido la segunda vez que "el Ala 46 participa en esta misión y para nosotros nos supone un reto estar coordinando, calculando combustible, contingencias que normalmente no hacemos porque son vuelos locales", detalla con orgullo este grancanario que ocupa el segundo lugar de mando de la Base Aérea de Gando.

Así, pues, el Ala 46 ha demostrado una vez más su capacidad de desplegarse tan lejos y volver, además de resolver las misiones planteadas allí.

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Parte del éxito de estas expediciones, por otro lado, radica en la colaboración con los ejércitos de otros países, que "viene bien para aprender a trabajar en conjunto y fomentar las relaciones internacionales". En ese sentido, el teniente coronel Ramírez se ha traído "una muy buena imagen del personal griego, de su fuerza armada y de sus capacidades".

"Los militares nos dedicamos a sacar el máximo rendimiento a ese entrenamiento aprendemos de ellos, ellos aprenden de nosotros, generamos lazos de amistad y, en última instancia, lo que se busca con este ejercicio, es lo que se llama interoperabilidad, que es aprender a trabajar en conjunto, porque el día de mañana tienes que hacer una misión por dentro de la OTAN, por ejemplo y hay que saber cómo cooperar".

El próximo reto será Sirio, organizado por el Mando de Combate que tiene su sede en Torrejón, donde Ramírez estuvo destinado anteriormente, y que implica también al Ejército de Tierra.

El piloto Fernando Ramírez junto a uno de los cazas de la Base Aérea de Gando

El piloto Fernando Ramírez junto a uno de los cazas de la Base Aérea de Gando / José Pérez Curbelo

El primer vuelo

A sus espaldas, lleva ya muchas horas de vuelo, pero nunca olvidará el primero.

"Ser piloto de caza me parecía algo inalcanzable", confiesa, y por eso estudió en el instituto con el objetivo de convertirse en médico, abogado o ingeniero de telecomunicaciones, aunque la influencia de su padre, al que le gustaba todo lo relacionado con los ejércitos y las películas bélicas, y su afición por la historia, no permitieron que olvidara ese sueño que comenzó con las escenas de Top Gun. Por eso, justo antes de empezar en la universidad quiso arriesgarse y presentarse a las oposiciones para acceder al Ejército, algo que pudo hacer gracias al apoyo de sus padres. Y aprobó a la primera.

"Tenemos varios primeros vuelos, pero solo uno de verdad, que es el que hacemos solos, sin instructor". En la academia recibió dos años de formación militar y formación teórica, y el único vuelo que tiene es en un planeador que debían pagar ellos mismos "para coger confianza en los controles del avión".

Luego, uno de hélices, un pequeño reactor y después un reactor de combate, pero "el que consideramos el primer vuelo es el del avión con hélice, que es más difícil de volar que los reactores porque por física, cuando la hélice gira en un sentido hace que el avión quiera girar el motor hacia el otro, por lo que requiere por parte del piloto mucha corrección de pies cosa que un reactor no lo tiene; un reactor es un chorro de propulsión y es más fácil".

Esta parte de su formación fue de las más exigentes porque "si el profesor no te veía lo suficientemente hábil para ser capaz de volar solo, no te daba lo que se llamaba la suelta y se acababa tu vida aeronáutica de una manera muy brusca".

Esto requería una gran presión psicológica y "en el primer vuelo estás excitado, comprobando todo mil veces". Fue "muy emocionante". Ese día "te rapan una T en la coronilla y repartíamos caramelos y puros por las mesas de los alumnos. Es inolvidable".

"El día que vuelas por primera vez solo es el que mejor recuerdas durante toda tu vida", asevera sonriendo con cierta nostalgia.

Nuevo estreno

La Base Aérea de Gando sustituirá entre 2025 y 2026 los F-18 por Eurofighters, lo que podría suponer una nueva oportunidad para este apasionado piloto para sumar nuevas veces.

Reconoce que tienen "el corazón partido porque estamos enamorados de este avión (F-18) que es de los años 80 y es muy bueno" y en Grecia "ha hecho un buen papel en los combates simulados que hacíamos entre nosotros". En los combates cercanos, "los que nosotros llamamos peleas de perros", estas aeronaves muestran un gran potencial y a todos les gustan. Pero también conoces las potencialidades del nuevo avión. "Al final, como decía el Pete Michell en Top Gun, no es el avión, es el piloto y yo creo que los dos son excelentes aeronaves".

"Me parece increíble que me paguen por cumplir mi sueño", concluye Fernando Ramírez. "Estoy enamorado de mi trabajo y de los aviones".