Se abren los tiempos de calamidad, de la discordia, de las convulsiones inesperadas. Cuando la guerra...
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Se abren los tiempos de calamidad, de la discordia, de las convulsiones inesperadas. Cuando la guerra...

(Corre a la Confesión Sacramental, reza mucho) Algunos de vosotros estaréis más afectados que otros, pero rezad los unos por los otros, porque no sois de ninguna manera responsables de las tensiones políticas a las que os están llevando vuestros líderes incrédulos, impíos y orgullosos. Rezad también por ellos para que Dios y sus Ángeles Custodios les iluminen

(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa...) - 21 de mayo de 2024

La guerra

«Queridos Fieles, queridísimos Hijos, Me sois tan queridos que no puedo separarme de vosotros. No puedo ni quiero hacerlo, sois Míos, Mis Hijos, Mis muy queridos, y siempre cuidaré de vosotros.

En los tiempos venideros sufriréis, porque ahora se abren los tiempos de calamidad. No todos sufriréis de la misma manera, pero todos notaréis una dureza creciente, un desgarramiento de la Cristiandad porque el mundo en su conjunto ha llegado a ser impío. Pero vosotros, Mis Fieles, que esto no os separe de Mí, al contrario, sed más piadosos, más convencidos de Mi Fuerza y de Mi Poder.

Si dejo que los hombres de la tierra se agoten en rivalidades, desunión y querellas, quiero que vosotros seáis indiferentes a estas fechorías.

Vosotros sois Míos y por eso permaneceréis confiados en Mi Amor. Si los problemas aumentan, no los temeréis. Si la guerra se extiende más allá de las fronteras donde ha estado confinada hasta ahora, no tengáis miedo.

El demonio es actualmente el amo de la tierra, pero vosotros, hijos Míos, no pertenecéis a su milicia.

El instigador de todos los sentimientos de odio

No, vosotros pertenecéis a Mi ejército, el de Jesucristo victorioso. Yo he vencido la ira de los demonios y nunca más podrán vencerme. Ellos creen que desestabilizando a los hombres en la tierra, ganarán una victoria sobre Mí, pero no, nunca ganarán una victoria sobre Mí.

Pero vosotros, hijos Míos, estáis Conmigo, sois Mis fieles y permaneceréis firmes en la adversidad.

  • Cuando la guerra se expanda más allá de las fronteras dentro de las cuales se ha mantenido hasta ahora, permaneceréis confiados en Mi Omnipotencia porque Yo permaneceré a vuestro lado. Conmigo en este lugar tan cercano a vosotros, no debéis temer nada.
  • La guerra es una gran tristeza porque personas inocentes son ofrecidas como holocaustos y aquellos que dejan la tierra de esta manera no siempre están espiritualmente preparados para el sacrificio de sus vidas.

Por eso, Hijos Míos, Fieles Míos, os pido que recéis mucho por los inocentes que partirán sin preparación y también por los muchos pecadores que se verán envueltos en las consecuencias de los golpes o errores, que también serán muchos.

Hijos Míos, Fieles Míos, ha llegado el tiempo de la discordia, de la incomprensión y de las convulsiones inesperadas.

Sed siempre mansos como Yo, sed siempre caritativos como Yo soy caritativo y, finalmente, sed misericordiosos como Yo soy y como siempre he sido, incluso con Mis verdugos. No fui impaciente, fui penitente y me entregué a los Míos en pensamiento, palabra y obra. Haced lo mismo, permaneced amistosos, permaneced tranquilos y amables, permaneced ecuánimes pase lo que pase y os afecten los acontecimientos.

Algunos de vosotros estaréis más afectados que otros, pero rezad los unos por los otros, porque no sois de ninguna manera responsables de las tensiones políticas a las que os están llevando vuestros líderes incrédulos, impíos y orgullosos. Rezad también por ellos para que Dios y sus Ángeles Custodios les iluminen, si es que sus almas no están ya irremediablemente cerradas a la gracia. Todos pueden convertirse, incluso los más reacios.

Rezad, rezad y rezad de nuevo porque el relámpago está cerca y hablo aquí del relámpago espiritual.

Os amo, hijos Míos, sí, ¡os amo tanto! Devolvedme vuestro amor y juntos estaremos unidos para la grande y bella Eternidad que os está prometida y que os espera.

Yo os bendigo y no os abandono. No, nunca os abandonaré mientras permanezcáis fieles a Mí.

En el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Así sea.

Vuestro Señor, Jesucristo victorioso.»

Fuente: srbeghe.blog