Esto podría significar que los dos primeros grupos habrían desarrollado endotermia, la habilidad de generar calor internamente- mucho antes de lo que se creía. La paleontología ya había encontrado algunos indicios de esto en investigaciones anteriores, como la formación de plumas y protoplumas, que servían para mantener el calor interno.
El cambio climático, la clave
"Nuestros análisis muestran que surgieron diferentes preferencias climáticas entre los principales grupos de dinosaurios en la época del evento Jenkyns hace 183 millones de años, cuando la intensa actividad volcánica provocó el calentamiento global y la extinción de grupos de plantas", explicó Alfio Chiarenza, el autor principal del estudio.
El investigador agregó que "la adopción de la endotermia, quizás como resultado de esta crisis ambiental, puede haber permitido a los terópodos y ornitisquios prosperar en ambientes más fríos, permitiéndoles ser muy activos y mantener su actividad durante períodos más largos, desarrollarse y crecer más rápido y producir más descendencia".
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Los saurópodos también evolucionaron para preservar su temperatura interna.
La Dra. Sara Varela, co autora, señaló además que en este período también se produjo otro gran cambio: "Los saurópodos, por otro lado, que permanecieron en climas más cálidos, crecieron hasta alcanzar un tamaño gigantesco alrededor de esta época, otra posible adaptación debido a la presión ambiental".
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Además explicó la ventaja evolutiva de este cambio: "Su menor relación entre superficie y volumen habría significado que estas criaturas más grandes perderían calor a un ritmo reducido, lo que les permitiría permanecer activos durante más tiempo".