Crítica de Lo que sucede después con Meg Ryan y David Duchovny
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Crítica de Lo que sucede después: una comedia romántica que no es comedia ni romántica

Lo que sucede después

Crítica de Lo que sucede después (What Happens Later), comedia romántica con Meg Ryan como directora y coprotagonista junto a David Duchovny. Estreno el 17 de mayo de 2024.

El segundo proyecto de Meg Ryan como directora tras Ithaca, de 2015, es un regreso a uno de los géneros en los que ha sido más prolífica y celebrada como actriz: el de la comedia romántica. Lo que sucede después es una película de 103 minutos de duración y sorprendente calificación R por el uso del lenguaje, referencias sexuales y consumo de drogas.

Pero que nadie espere una cinta especialmente descarada o alocada que busque romper el molde. Es cierto que tiene poco de comedia (el humor no es el punto fuerte de la historia, bastante taciturna, de dos amantes que se reencuentran en una etapa de sus vidas más madura en la que tienen que afrontar retos) y menos aún de romanticismo, en la medida en que hay muy poca química entre ellos.

Perdieron la conexión literal y figuradamente

Bill y Willa se reencuentran de forma inesperada en un aeropuerto regional mientras buscan un enchufe en el que cargar sus dispositivos móviles. Las condiciones climatológicas impiden la salida de los vuelos, que se retrasan mientras una nevada azota la ciudad.

Willa, armada con un gigantesco palo de lluvia, cree en las energías que conectan a las personas de forma casi mágica, mientras que Bill es presa del pánico porque le pone nervioso tener que improvisar y tiende a ser bastante catastrofista.

 

La historia de amor que vivieron en su juventud no terminó bien y la perspectiva de un par de décadas de vivencias personales les da a ambos un nuevo punto de vista desde el que mirar sus logros y fracasos. A pesar de su tira y afloja, terminarán confesándose sus sentimientos y comparando los sueños que tenían con la vida con la que han tenido que lidiar.

Atrapados por la nieve durante toda una intensa noche, sentirán de nuevo esa peculiar conexión del pasado y llegarán a plantearse si, quizás, la magia podría volver a funcionar entre ellos. ¿Tomarán sus respectivos vuelos o cambiarán el rumbo de sus vidas? ¿Terminarán sus viajes siendo un traslado más o una travesía?

El mayor problema de Lo que sucede después no es en sí mismo que no sea una comedia romántica al uso... al fin y al cabo la chispa del proyecto es la de tener a dos examantes que empiezan rechazándose y que examinan su pasado para darse cuenta de que son complementarios (la versión fresca sería la de Cualquiera menos tú).

Tampoco tiene que ver con la poca química entre Meg Ryan y David Duchovny, ambos bastante machacados por la vida, pero que a su vez casan con sus personajes previsamente por eso mismo. 

El problema es que es una película mortalmente aburrida con unos diálogos extenuantes y a la vez pobres que solo se entona en su media hora final, cuando por fin los personajes empiezan a sincerarse. Para entonces es muy probable que el público esté ya cansado si no ha desconectado del todo.

Hay que tener en cuenta que los primeros dos tercios de película son repetitivos a más no poder. Lo que debería ser un encuentro primero casual y tenso, luego encantador y misterioso y finalmente sexy se convierte en una carrera de larga distancia... aunque la meta está más que clara. El argumento es previsible y cursi.

Lo que sucede después

AContracorriente Films

El planteamiento, eso sí, tiene su gracia, con una única localización de rodaje, el aeropuerto, y solo dos personajes (más la voz de la megafonía), pero precisamente por eso tendrían que ser mucho más atractivos y carismáticos como para conseguir atrapar la atención de los espectadores en su historia común del pasado y las experiencias vividas por separado hasta reencontrarse.

También debido a lo fácil que es controlar una puesta en escena tan contenida como la de Lo que sucede después, habría sido imperativo que no hubiera fallos de raccord o continuidad, que sobre todo en la parte final son muy notorios. 

En suma, como propuesta entre la oferta que llega a carteleras cada semana, es bastante floja y probablemente solo conseguirá encandilar a los fans acérrimos de Meg Ryan.

VALORACIÓN:

Lo que sucede después quiere ser una comedia romántica para adultos pero no consigue su propósito de hacer reír, ni de ser lo suficientemente sensual ni profunda como para proporcionar un rato agradable ni sesudo. En terreno de nadie, está abocada a un rápido olvido.

LO MEJOR:

Muy al final de la película, da la sensación de que Ryan y Duchovny empiezan a pasárselo bien y lo contagian.

LO PEOR:

A los diálogos les falta ingenio y humanidad, es empalagosa y tediosa.
Hobby

35

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