Uno de los principales objetivos de la Dirección General de Tráfico es garantizar la seguridad de todos los ciudadanos que circulan por las calles y carreteras de nuestro país, asegurándose de que los conductores cumplan con las normas y reglamentos creados precisamente para evitar accidentes. Entre los métodos en como la DGT busca reducirlos es a través de los radares fijos y móviles, colocados en distintos puntos de carreteras y autovías para hacer que los conductores se mantengan en los límites de velocidad permitidos.
Pero hay señales de que estos objetivos de seguridad y control vial no parecen estar funcionando del todo, pues durante el primer trimestre de este año hubo un notable aumento en el número de siniestros, en comparación con el número de accidentes durante el mismo período en 2023. Debido a esto, la DGT ha decidido tomar varias medidas, como instalar 95 nuevos radares en diferentes carreteras y autovía, y ajustar los radares existentes, reduciendo el margen por el que hasta ahora los conductores podían excederse.
El fin de la regla del 5 y del 7%
Hasta hace poco, los radares de la DGT se activaban cuando un conductor iba un poco más allá de la velocidad permitida. Este margen es conocido entre muchos conductores como la regla del 7, porque en teoría se podía ir hasta un 7% por encima de la velocidad permitida. A modo de ejemplo: si el límite de velocidad era de 100 km podíamos ir a velocidades cercanas a los 107 km/h sin que el radar se activara y se registrara como infracción.
Pero esto no es exactamente así. Los porcentajes permitidos estaban relacionados con el tipo de radar y con el límite de velocidad. En el caso de los radares fijos y de tramo, el margen permitido era de 5 km en tramos con límites por debajo de los 100 kilómetros, y de un 5% en velocidades superiores a los 100 km/h, como en las autovías. En el caso de los radares móviles, el margen era de 7 km en sitios con límites por debajo de los 100 km/h, y de un 7% cuando la velocidad permitida era superior a los 100 km.
Este porcentaje no es una especie de regalo que la DGT ofrece a los conductores, sino una manera de incluir el margen de error que puede tener un radar cuando calcula la velocidad de un vehículo. Por eso el porcentaje es un poco mayor en el caso de los radares móviles, pues puede haber error humano al manipular el equipo de detección.
La nueva regla es del 3%
Debido al aumento del número de accidentes ocurridos a principios de este año, entre las medidas que ha tomado la DGT se encuentra la de ajustar los radares y reducir el porcentaje por el que se pueden exceder los conductores.
La nueva norma establece que, con los radares fijos, los vehículos pueden sobrepasar hasta 3 km en vías con límites por debajo de los 100 km/h; y hasta un 3% en tramos con límites por encima de los 100 km/h. Con los radares móviles se permiten hasta 5 km en lugares con límites por debajo de los 100 km; y hasta un 5% en los tramos donde el límite sea superior a los 100 km/h.
Un ejemplo con radar fijo que sirve para ilustrar todos estos escenarios posibles: si vamos por una carretera donde el límite de velocidad es de 90 km, podremos ir a 93 km/h sin que se active el radar o se considere que estamos cometiendo una infracción. En cambio, si vamos por una autovía donde el límite son 120 km, podremos ir a 106 km/h sin estar cometiendo una infracción.