John Brealey, Jefe del Departamento de Restauración del Museo Metropolitano, fue elegido por la dirección y el Patronato, con el aval del Ministerio de Cultura, para realizar la restauración de Las meninas de Velázquez. Esta restauración se inició el 14 de mayo de 1984 y duró aproximadamente tres semanas.
El buen estado de conservación de la capa pictórica y su perfecta adherencia al soporte, así como la ausencia de daños graves, facilitaron los trabajos de eliminación de un espeso barniz de masilla resinosa, en el que se pudieron determinar dos capas aplicadas en diferentes momentos. Esta gruesa capa de barnices amarillentos, en algunas zonas opacas y blanquecinas, alteró por completo el aspecto estético de la obra de Velázquez, quedando oculta en una tonalidad ámbar unificadora que hacía imposible distinguir la infinita variedad de matices que el genial pintor había conseguido en su obra. . obra maestra.
El siguiente paso de la limpieza realizada por John Brealey corrió a cargo de varios restauradores del Taller del Museo del Prado. El trabajo de Rocío Dávila, María Teresa Dávila, Clara Quintanilla y Enrique Quintana consistió no sólo en la reintegración de los daños, sino también en la unificación tonal de los repintados dejados, y un ligero trabajo de retoque en las zonas desgastadas del lienzo.
Estas intervenciones se realizaron sobre una primera capa de barniz y con materiales perfectamente reversibles, lo que garantiza sucesivos tratamientos de restauración.
Sin embargo, esta restauración no estuvo exenta de polémica porque como señaló Brealey, cuando una obra maestra de la pintura universal es admirada en todo el mundo, “deja de ser una obra de arte y se convierte en un símbolo y a nadie le gusta ver un símbolo cambiar”. De hecho, ya en 1895 se criticó la intervención propuesta por el entonces Director del Museo Nacional de Pintura y Escultura, Vicente Palmaroli, que consistía en tapar la obra.
Financiación de la restauración de Las Meninas
Hilly Mendelssohn, nacido en Berlín, corrió con los costes de la restauración de Las Meninas, que ascendieron a casi 3 millones de pesetas. Esta donación fue realizada por la señora Mendelssohn porque, como ella misma declaró en una entrevista publicada en la revista Interviú en los años 1980: “…estoy muy agradecida a los españoles por la ayuda prestada durante la guerra (Segunda Guerra Mundial)…”.
John Brealey (1925-2002) y el Prado
John Brealey llegó a Madrid en mayo de 1984 para restaurar Las Meninas, una obra maestra barroca pintada por Velázquez en 1656.
Una vez finalizada la limpieza regresó a Nueva York para regresar el 5 de julio de 1984, fecha en la que fue entregada la Medalla de Oro de Bellas Artes por Juan Carlos I en un acto celebrado en el Salón de Actos. del Museo Nacional del Prado.
En septiembre de ese mismo año, Brealey regresó al Museo del Prado para aplicar con spray el último barniz al cuadro.
Gracias a la generosidad de Plácido Arango que sufragó los gatos, en octubre de 1987 el Real Patronato decidió incorporar a John Brealey al Museo del Prado para “dirigir, orientar y enseñar a nuestros restauradores en palabras de Alfonso Pérez Sánchez.
El 11 de enero de 1988, John Brealey, acompañado de Zahira Véliz, regresó al Museo del Prado para dirigir los talleres de restauración.
En el otoño de 1989, John Brealey sufre un derrame cerebral en Nueva York. Hospitalizado durante mucho tiempo, no se recupera por completo. Aún regresará al menos un par de veces al Museo del Prado, donde recorre las salas para contemplar obras restauradas desde su última estancia.
