Ana Estuardo, primera reina de Gran Bretaña. Por Susana del Pino - La Paseata

Ana Estuardo, primera reina de Gran Bretaña. Por Susana del Pino

Ana Estuardo

«A pesar de su enfermedad Ana Estuardo demostró sus habilidades políticas logrando unir una gran nación que siempre ha tenido un papel determinante en la historia de Occidente»

  Ana Estuardo (1665-1714), la última monarca de la Casa Real que lleva su nombre, no fue educada para ser reina pues no estaba previsto que ocupara el trono. Su abuela la reina Enriqueta María (1609-1669) y su tía Ana Enriqueta, Duquesa de Orleans (1644-1670) se ocuparon de los primeros años de su educación. Tras la temprana muerte de la duquesa viviría en Holanda y después en Escocia. De carácter amable y aficionada a las artes, supo mantener buenas relaciones sociales y con gran dedicación y ahínco consiguió hacer frente a las adversidades y acontecimientos convulsos que se presentaron a lo largo de los años en los que ocupó el trono.

 

  Sin embargo, su vida estuvo marcada por la enfermedad. Padeció lupus, patología que le ocasionaría muchos problemas y que marcaría su vida.

 

  El lupus eritematoso sistémico es una enfermedad autoinmune que puede afectar tanto a las articulaciones, a la piel y a los órganos vitales. Los retratos de la reina muestran claramente el conocido como “eritema malar” que aparece en muchos de los pacientes con lupus, una erupción rosada con forma de alas de mariposa que aparece en la cara, característica de esta enfermedad; además se aprecia también en los retratos la inflamación en sus articulaciones, otro de los síntomas comunes en el lupus.

 

  Jacobo II (1633-1701), padre de Ana, es depuesto de su cargo por ser un ferviente católico en una Inglaterra completamente dirigida por la iglesia anglicana, por lo que el trono pasaría a manos de su hija María y su marido de origen holandés Guillermo III de Orange (1650-1702); al morir la pareja sin descendencia la corona pasaría a Ana Estuardo que se convertiría en reina en 1702. 

Ana Estuardo y Jorge de Dinamarca

  Aunque su boda fue concertada con Jorge de Dinamarca (1653-1708), algo que fue criticado en su momento debido al apoyo danés a Francia, su matrimonio fue feliz; era necesario que Ana se casara con un protestante que asegurara la continuidad de la iglesia en el trono. Su marido era un hombre con pocas inquietudes intelectuales y amante de la caza que siempre apoyó a su esposa, a pesar de los momentos difíciles que tuvo que pasar a causa de la enfermedad. Mantuvieron una relación en armonía, basada en el respeto, la admiración y el cariño mutuo. Ambos tuvieron una fuerte unión y una relación estable, a pesar de su delicado estado de salud. Ana y Jorge engendraron dieciocho hijos de los cuales sobrevivieron algunos, siendo el más longevo de ellos el príncipe Guillermo que vivió once años, circunstancia que sumió a la Reina en una profunda depresión que agravó aún más su precaria salud. Este hecho de embarazos frustrados o bebés que nacen con el conocido como lupus neonatal es también característico de muchas mujeres que padecen lupus, hoy en día esta circunstancia se puede controlar en gran medida y no tiene que tener un mal desenlace afortunadamente.

 

  Los acontecimientos convulsos que se vivieron en esos momentos en Europa como la Guerra de Sucesión Española, hizo que se demostrara el papel destacado de la Reina como estratega y negociadora.

Felipe d´Anjou

  Inglaterra no era partidaria de la subida al trono español de Felipe d´Anjou (1683-1746) nieto de Luis XIV (1638-1715), el Rey Sol, ya que al ser francés, la fuerza del país galo con España, siendo ambos católicos y una posible unificación, les preocupaba ante la posibilidad de que los borbones llegaran a conseguir un inmenso poder tanto en el continente como en las colonias de ultramar.

 

  En el Parlamento existían dos grandes partidos, los whigs (liberales) y los tories (conservadores) que ante la situación política que se vivía en Europa mostraban posturas opuestas a la hora de posicionarse ante una posible intervención militar en España. Los liberales eran partidarios de la guerra y los conservadores no.

 

  La Reina era más cercana al partido conservador, sin embargo, una dama de compañía, muy unida a ella, Sarah Jennings (1660-1744) ejerció una notable influencia en el conflicto. Sarah consiguió que la reina Ana otorgara el título de capitán general del Ejército y el ducado de Marlborough a su marido John Churchill (1650-1722). Cercanos al partido liberal,  el matrimonio Churchill consiguió que éste adquiriera mayor notoriedad, sin embargo la Reina comenzó a percatarse de la mala influencia y la manipulación de la que durante años había sido una gran confidente, es entonces cuando entra en acción  una prima de ella, Abigail Masham (c. 1670-1734) que a partir de entones ocupará su puesto consiguiendo poco a poco posicionarse en la Corte y  aunque nunca llegará a tener la estrecha relación que unía a la monarca con Sarah Jennings, sin embargo su aparición será decisiva para romper completamente relaciones con el matrimonio Churchill. 

La Favorita

   Situada en este contexto histórico, en 2018 el director de cine griego Yorgos Lanthimos (1973) dirigió la película La Favorita en la que narra la estrecha relación de la Reina con las dos damas de compañía que tanta influencia ejercieron sobre ella; obtuvo una buena crítica. 

 

   En 1713 se firma el Tratado de Utrecht que pone fin a la Guerra de Sucesión en España, admitiendo a Felipe de Borbón como rey de España y con soberanía en los territorios de ultramar, a cambio, se repartieron diversos territorios entre varias potencias europeas y Gibraltar, Arcadia, Terranova y Menorca pasan a ser británicos convirtiéndose Gran Bretaña en la mayor potencia naval en el mundo.  

Tratado de Utrecht

   El acontecimiento más relevante que tuvo lugar en su reinado sería la firma del Acta de Unión, por el que en 1707 Ana es nombrada Reina de Inglaterra, Escocia e Irlanda, hecho de extremada relevancia por el que se fusionaban los parlamentos y distintas instituciones, algo muy beneficioso para Escocia que atravesaba dificultades económicas en esos años y de esta manera pudo obtener ayudas que fueron decisivas para su recuperación.

 

La Reina murió sola, triste y aquejada de fuertes dolores debido a un empeoramiento de su enfermedad. Ana Estuardo, una reina digna, una buena monarca, ignorada por muchos y que la historia no ha querido otorgarle el reconocimiento que se merecía, resaltando ante todo su fragilidad física ante la difícil enfermedad que padeció             y que incluso a la hora de narrar su funeral lo hicieron con sarcasmo.

 

  A pesar de todo consiguió mantener un matrimonio estable, tuvo dieciocho embarazos y demostró sus habilidades políticas logrando unir una gran nación que siempre ha tenido un papel determinante en la historia de Occidente.

 

Susana del Pino

Malagueña y amante del arte, una de las pasiones de mi vida. Me gusta la belleza, la armonía y quiero siempre la verdad. Me siento afortunada y agradecida por muchas cosas, entre ellas haber viajado y conocido otras culturas que me han aportado tanto. Italia me fascina, nunca me cansaré de visitarla, siempre que regreso siento que una parte de mí se queda allí.

La vida es una oportunidad maravillosa para aprender, conocer, soñar, compartir, sentir... y siempre amar.

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