Los desplantes del Rey Carlos III con su hijo, el Príncipe Harry, abren aún más la brecha

Los desplantes del Rey Carlos III con su hijo, el Príncipe Harry, abren aún más la brecha

El anuncio de que el Rey otorgará a su otro hijo, el Príncipe Guillermo, un honor militar que alguna vez se pensó destinado al Príncipe Harry ha intensificado la exclusión del duque de Sussex

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Ivannia Salazar

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El Príncipe Harry dejó atrás el Reino Unido el pasado jueves, un día marcado por una dualidad de eventos. Mientras él partía, su padre, el Rey Carlos III, se encontraba inmerso en su trabajo tras la fiesta en los jardines del Palacio de Buckingham del miércoles, y su hermano, el Príncipe Guillermo, disfrutaba de una partida de voleibol en la playa. Esta separación, aunque física, refleja el abismo emocional y simbólico que hay entre el Príncipe y su familia y que parece estar haciéndose más grande cada vez.

El duque de Sussex se despidió del Reino Unido tras una brevísima visita que incluyó un servicio especial en la catedral de San Pablo para conmemorar el décimo aniversario de los Juegos Invictus, que el ayudó a crear, y donde fue recibido con cariño por la familia de su difunta madre, la Princesa Diana.

El hecho de que la Familia Real no estuviera presente en la ceremonia en la catedral fue notable. Sin embargo, el apoyo de los parientes de Lady Di, el conde Spencer y Lady Jane Fellowes, destacó la conexión de Harry con su legado materno. Su padre, el Rey Carlos III, y su hermano, el Príncipe Guillermo, decidieron no encontrarse con él, a pesar de la cercanía geográfica.

En declaraciones exclusivas a The Mirror, el autor real Tom Quinn dijo que «cuando el Rey Carlos escuchó que su hijo planeaba regresar para los Juegos Invictus, bromeó diciendo que si veía a Harry tendría que hacer que lo registraran primero para ver si estaba grabando su conversación». «Y, por supuesto, en muchos niveles esto no es una broma», reconocía Quinn.

Tom Quinn añadió el gran peso de esta separación, incluso en los gestos más sutiles. Y es que la elección de la vestimenta de Harry durante el servicio en la catedral de San Pablo, con sus medallas, fue interpretada como un mensaje simbólico hacia su padre y su hermano. Un gesto que evoca su papel pasado como miembro destacado de la Familia Real británica, aunque ahora eso haya pasado a la historia.

La noticia de que Harry no se reuniría con su padre durante esta visita, confirmada por un comunicado de su portavoz, refleja una realidad difícil de ignorar: la distancia emocional entre ellos es enorme y no se esfuerzan en disimularlo públicamente, aunque bajo el pretexto de las agendas llenas de compromisos oficiales, aunque para el público está claro que hay más que simplemente falta de tiempo en esta separación.

El anuncio de que el Rey Carlos otorgará a su hijo Guillermo un honor militar que alguna vez se pensó destinado al Príncipe Harry solo intensificó la sensación de exclusión que el duque de Sussex puede estar experimentando. Según Tom Quinn, este movimiento estratégico no sólo es un reconocimiento a los méritos del heredero, sino también un golpe a la autoestima de Harry.

Y es que el cargo de Coronel Jefe del Cuerpo Aéreo del Ejército que recibió el Príncipe de Gales era un reconocimiento que se creía que le pertenecía a Harry por sus años de servicio en Afganistán. Para Quinn, este anuncio «es un verdadero golpe para el hijo que siempre se sintió marginado y subestimado» y aunque «el duque de Sussex sirvió en el Cuerpo Aéreo del Ejército en Afganistán, el Palacio de Buckingham dice que el Rey le dará el papel de coronel en jefe a su hijo mayor». Harry sirvió como piloto de helicópteros entre septiembre de 2012 y enero de 2013.

«Lo que hace que sea mucho peor es que el papel se le está dando al mismo hombre que Harry ve como la causa de tantos de sus problemas: su hermano. Y el anuncio se hizo deliberadamente durante la breve visita de Harry al Reino Unido para tener el máximo impacto; muestra a Harry que realmente ya no es bienvenido», dijo el experto.

Mientras Harry se aleja física pero sobre todo emocionalmente de su tierra natal, su viaje a Nigeria con Meghan Markle parece ofrecer un refugio temporal de las tensiones familiares en el Reino Unido. Sin embargo, la brecha que se ha abierto entre él y su Familia Real sigue siendo un recordatorio doloroso de la fragilidad de los lazos familiares y las complejidades del deber y la lealtad en la realeza.

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