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Pedri sentencia la segunda plaza para el Bar�a

El canario, con dos goles en la segunda parte, remach� una victoria ante el Rayo (3-0) no exenta de suspense a pesar del madrugador primer tanto anotado por Lewandowski

Pedri celebra su segundo tanto, este domingo.
Pedri celebra su segundo tanto, este domingo.Joan MonfortAP
Actualizado

Al Bar�a, haciendo honor a la irregularidad mostrada esta temporada, le cost� sentenciar su partido ante el Rayo. Por mucho que Lewandowski inaugurara el marcador con un gol tremendamente madrugador, los azulgrana no lograron cerrar finalmente el partido hasta que Pedri, en la recta final de la segunda parte, marc� dos tantos pr�cticamente consecutivos que dejaron definitivamente el segundo puesto en manos azulgrana y aseguraron su presencia en la pr�xima edici�n de la Supercopa.

Con el 3-0, los inicialmente t�midos gritos a favor de la continuidad de Xavi en el banquillo, puesta en duda en los �ltimos d�as por un posible enfado de Laporta con unas declaraciones del entrenador, se hicieron tremendamente patentes. Mucho m�s que las protestas de una grada que, por momentos, lleg� a pedir tambi�n que dejara el cargo. En la entidad azulgrana, la tranquilidad parece ahora mismo un objetivo poco menos que imposible.

Con el Bar�a inmerso en su en�simo l�o esta temporada en relaci�n con la continuidad o no de Xavi en el banquillo, el duelo ante el Rayo se convirti� en una suerte de plebiscito, m�s all� de la trascendencia del triunfo local para asegurarse el segundo puesto y, con �l, la presencia en la pr�xima edici�n de la Supercopa de Espa�a. Desde la grada, peri�dicamente, se escuchaban proclamas como �Laporta, dimisi�n�, �Bar�a s�, Laporta no� o �Xavi s�, Laporta no�, pero con escaso volumen, visto lo acontecido en situaciones comparables, y r�pidamente sofocadas tambi�n por algunos pitos.

El arranque de Yamal

Los azulgrana, por lo menos, se afanaron para encarrilar el partido lo m�s r�pido posible. En apenas tres minutos, ya mandaban en el marcador gracias a un tanto de Lewandowski, que recogi� en el �rea una asistencia de Lamine Yamal y fusil� a Dimitrievski para establecer el 1-0.

El gol, no obstante, no sirvi� para serenar a los barcelonistas. Como ha sido una costumbre a lo largo de la temporada, el Rayo tuvo sus opciones para volver a poner la igualada en el luminoso muy pronto. Ter Stegen tuvo que estar atento para frustrar dos remates peligrosos de Path� Ciss y De Frutos, el segundo con algo de suspense. Y Sergio Camello, por su parte, cont� con una en apariencia inmejorable oportunidad de batir al germano tras ganarle la espalda a la zaga barcelonista, pero la par�bola que trat� de buscar se march� por encima del travesa�o.

El Bar�a no acababa de estar del todo c�modo. Pero, aun as�, tuvo tambi�n sus opciones para poner algo m�s de distancia, con una internada de Lewandowski que la zaga rival acab� enviando a c�rner y un disparo de falta de Raphinha que no acab� de coger por sorpresa al arquero visitante. El marcador, a pesar de todo, no volver�a a moverse en un primer tiempo en gran parte desangelado.

El momento de Pedri

El Bar�a, tras el descanso, flirte� en demasiadas ocasiones con el desastre. El Girona venc�a en Mestalla y el empate del Rayo pod�a condenarlo a caer de nuevo hasta la tercera plaza. Los visitantes, envalentonados, lo intentaron, pero sus mejores opciones, desde la botas de �lvaro e Isi, acab� por desbaratarlas un siempre atento Ter Stegen. Ferm�n dio la r�plica con un zapatazo desde fuera del �rea que oblig� al meta visitante a lucirse para mandar el bal�n a c�rner. La irrupci�n de Pedri, con un cambio t�ctico de por medio para colocarlo en una situaci�n m�s adelantada, fue al final providencial para que los azulgrana sentenciaran el duelo.

El canario, con dos goles en apenas tres minutos, el primero tras una gran acci�n personal de Joao F�lix y el segundo rompiendo desde atr�s para aprovechar una buena asistencia de Araujo, afianz� a los suyos en el subcampeonato. Con el 3-0, los gritos y c�nticos a favor de Xavi resonaron con m�s fuerza en las gradas. La gran duda es si bastar�n o no para que el futuro del entrenador no vuelva a dar finalmente otro giro radical. Esta vez, ya a todas luces definitivo.