Una vecina de Torre Urzaiz: "Desde que compré la casa, he tenido que marcharme cinco veces por crecidas del Ebro"
Rebeca, vecina de Torre Urzáiz, explica las necesidades de los vecinos de las parcela de Movera cercanas al Ebro
Cuando Rebeca compró su vivienda hace 20 años, nadie le habló de conexiones a la red de saneamiento ni de que se erigía sobre terreno inundable. Y eso que el agua había entrado un año antes. Con su hija de apenas seis meses en brazos, cerró la compra y pagó por la casa un coste elevado. Era 2004, cuando la burbuja inmobiliaria casi estaba en su punto álgido.
Cinco veces ha tenido que salir desde entonces de su hogar, en Torre Urzáiz, por culpa de crecidas del Ebro. "El agua alcanza 1,60 o 1,70 metros en casa. Al volver, tengo que tirar todo, buscarme la vida y pelear con el perito del seguro", explicaba esta semana, mientras trabajaba en reparar los desperfectos que ocasionó la riada de diciembre 2021. En la de este año les desalojaron, pero quedó en nada. Afortunadamente.
Recuerda que la peor fue la de 2015. Pasaron meses sin poder entrar. "El Ayuntamiento de Zaragoza me dio la oportunidad de ir a una pensión un mes, pero después tuve que buscar un piso de alquiler cerca del instituto de mi hija. Tardamos siete meses en regresar", explica.
Acaba de adquirir una cámara de vídeo que funciona con energía solar. La luz les llega a través de paneles y, cuando les desalojan, los tienen que desconectar. Con la videocámara podrán ahorrarse la angustia que sufren cada vez que el Ebro crece y les expulsa de su casa. ¿Hay que dragar el río para limitar las afecciones de las crecidas? Rebeca no tiene ninguna duda. "Los ecologistas piensan más en los mejillones que en los que en nosotros. Somos un barrio aunque la gente dice que no debemos estar aquí porque es una zona natural pero, ¿y los pueblos? Es injusto", lamenta.
En su caso no tiene abierto ningún expediente en Urbanismo, como les ha ocurrido a algunos vecinos, pero, visto lo visto, se teme lo peor. Hay preocupación entre los propietarios después de que la sociedad municipal Ecociudad, que se encarga del saneamiento de Zaragoza, haya empezado a sancionar por las conducciones irregulares de vertidos en esta zona. Muchos dueños ni siquiera conocían cómo se hizo la instalación hace años. El Ayuntamiento, tampoco. Lo averiguó hace unos meses, mientras inspeccionaba con una cámara una irregularidad en una conducción.
En Torre Urzáiz hay 68 parcelas, aunque de diario viven unas diez o quince familias. Entre ellas, la de Rebeca. Otras son segundas viviendas y a ellas acuden vecinos de la capital para disfrutar de las vacaciones y los fines de semana.
A los vecinos les han prestado en Pastriz buzones para que puedan disponer de una dirección postal. Cuando compran por internet, la entrega de la paquetería es todo un reto. A través de los buscadores en Internet, les remiten al Camino de Torre Urzáiz, sin salida, lo que obliga a los repartidores a dar toda la vuelta de nuevo.
La luz llega de placas solares, cuando salen de la urbanización deben llevarse la basura y el camino es muy estrecho, de tierra y está repleto de baches. El arreglo, cuenta Rebeca, debería correr a cargo de los vecinos, y en alguna ocasión se han planteado acondicionarlo. A pesar de los inconveniente, no tiene ninguna duda de que "merece la pena vivir en Torre Urzáiz". Varias familias llevan años haciéndolo. y pagando el Impuesto de Bienes Inmuebles al Ayuntamiento.
