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La nueva Armada: los Programas Especiales de Armamento que cimentarán su futuro

El objetivo es actualizar las capacidades existentes y recuperar algunas perdidas en los últimos años. La sustitución del Harrier es el gran culebrón.

El objetivo es actualizar las capacidades existentes y recuperar algunas perdidas en los últimos años. La sustitución del Harrier es el gran culebrón.
Infantes de marina utilizando el equipo de radio PR4G | Armada

La invasión rusa de Ucrania ha supuesto una dura llamada de atención para los países de la OTAN y la Unión Europea que habían reducido drásticamente sus inversiones en Defensa, incluso obviando durante años el compromiso alcanzado en la OTAN de destinar al menos el 2 por ciento del PIB a este tipo de inversión. Uno de los casos más claros de este fenómeno ha sido España.

El recorte presupuestario sufrido por las Fuerzas Armadas durante la crisis económica que se inició en 2007 se quedó instaurando en una España que prefería las políticas populistas a la seguridad, la capacidad de disuasión y los compromisos internacionales, haciendo incluso que se perdieran capacidades militares importantes o no renovando algunos sistemas que han permanecido hasta ahora operativos prologando su vida útil más allá de lo recomendado.

Actualmente, el Ministerio de Defensa tiene en marcha una treintena de Programas Especiales de Modernización (PEM) para modernizar las capacidades de las Fuerzas Armadas. Algunos son específicos para un solo ejército y otros son transversales. Algo más de una quincena afectan directamente a la Armada, aunque todavía quedan más programas que sacar adelante, como la modernización de media vida operativa o MLU de las fragatas F-100.

Submarinos S80

Es otro de los grandes programas de modernización de la Armada y durante muchos años uno de sus grandes quebraderos de cabeza. Trata de dotar al arma submarina de cuatro unidades de última generación que permitan recuperar unas capacidades que se han ido perdiendo por la falta de inversión primero y por los grandes problemas de este programa después. No en vano suma ya algo más de una década de retrasos.

El primer submarino debió entrar en servicio, según los planes iniciales, en 2013. La situación ahora mismo es que el S81 Isaac Peral está en fase de pruebas de mar y no entraría en servicio hasta 2025. Ahora preocupan los problemas internos de Navantia, porque están provocando que la construcción del S82 Narciso Monturiol acumule retrasos y haya dudas de que pueda ser entregado a finales de este año para comenzar sus pruebas de mar.

La previsión en estos momentos es que el S83 Cosme García y el S84 Mateo García de los Reyes estén a flote en 2026 y 2028, respectivamente. Entre un año y un año y medio después estaría prevista la entrada en servicio de ambos. Estas dos unidades vendrían de serie ya sí con el novedoso sistema AIP de inmersión con el que las dos primeras unidades no podrán contar hasta su primera gran carena.

El coste total del programa es de 3.900 millones de euros, de los que hasta ahora ya se han pagado algo más de 1.299 millones. Está previsto que este año 2.024 se paguen otros 200 millones de euros, cantidad idéntica a la que está programada para 2025 y 2026. Quedarían pendientes de pagar todavía otros 2.000 millones de euros que deberían hacerse efectivos en el sexenio 2027-2032.

Fragatas F110

Es uno de los programas clave sobre los que pivota la modernización de la Armada. Se trata de la construcción de cinco fragatas de escolta polivalentes con capacidad antiaérea y antisubmarina que tiene que desarrollar el astillero público Navantia y que están destinadas a sustituir a las actuales fragatas F80 de la clase Santa María, que empiezan a enfilar el último tramo de su vida operativa.

La primera de las unidades, la F-111 Bonifaz, comenzó a construirse en agosto de 2023 y se está trabajando en 24 de los 33 bloques que conforman su estructura completa. Está previsto que se entregue a la Armada a finales de abril de 2028. Más reciente, del pasado diciembre, es el corte de chapa de la F-112 Roger de Lauria, que marca el inicio de la construcción. Está previsto que la última entrega, la de la F-115 Barceló, se realice en el segundo trimeste 2032.

El coste total del contrato se sitúa en los 4.325 millones de euros, de los que hasta ahora ya se han pagado más de 685 millones. Está previsto que en 2024 se paguen 398 millones, que en 2025 se hagan efectivos 650 millones y que en 2026 se destinen 836 millones de euros. El calendario de pagos vigente en estos momentos indica que el programa terminaría de pagarse con su última anualidad en el año 2032.

Sustitución de los Harrier AV-8B

Es otro de los dolores de cabeza que hay en estos momentos en la Armada. Los cazas de despegue y aterrizado vertical Harrier AV-8B están al final de su vida operativa y muchos de sus usuarios han dejado ya de emplearlos para dar el salto a los cazas F35B, el único sustituto posible que hay en estos momentos en el mercado. La previsión es que puedan estar en servicio hasta 2028-2029.

El Gobierno lanzó en 2022 un programa llamado "Avión sustituto del AV-8B y C-15M", es decir, para sustituir a los cazas Harrier y a los F18 Hornet del Ejército del Aire y que no van a ser reemplazados por cazas Eurofighter Typhoon. El único modelo que cumple los requisitos es el F35, con sus variantes A (despegue y aterrizaje convencional) y B (despegue y aterrizaje tanto convencional como vertical). Todo ello con una bolsa económica asociada de 6.500 millones.

El gran problema que hay en torno a este programa es político. El Gobierno de Pedro Sánchez no quiere gastar una millonada en un avión de fabricación estadounidense que no va a dejar un retorno industrial en España y del que no puede vender que va a crear un importante número de empleos en territorio nacional. De hecho en los pasillos del Ministerio de Defensa y de los tres ejércitos se le denomina irónicamente como "el innombrable".

Las entregas de los cazas son a varios años vista por lo que se va estrechando peligrosamente el margen de maniobra para que la Armada no pierda su ala embarcada. El Ministerio de Defensa, siempre desde la lejanía, observa también el desarrollado que la empresa turca Baykar –dueña de los famosos RPAS Bayraktar TB2– está haciendo de un RPAS de ataque específico para incorporar a su barco gemelo del Juan Carlos I después de ser expulsada del programa del caza F35.

Helicóptero MH-60R

El programa está destinado a dotar a la Armada española de un nuevo modelo de helicóptero multipropósito que sustituya a los vetustos SH-60B, que se encuentran al final de su vida operativa. No en vano, está previsto empezar a dar de baja las primeras unidades en 2025. El MH-60R, denominado coloquialmente Romeo, es una moderna evolución del SH-60B que aporta además una importante capacidad contra submarinos.

Con un coste total de 820 millones de euros, se incluyen ocho unidades de esta aeronave, así como diverso material y repuestos necesarios. La previsión actual es que el primer helicóptero Romeo sea entregado a la Armada a finales de 2025 y pueda entrar en servicio en la Décima Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves (FLOAN) para principios de 2026. Las últimas entregas, las que completarían el programa, se deberían hacer en 2028.

BAM de intervención submarina

Es un programa íntimamente relacionado con el de los submarinos S80. Se trata de dotar a la Armada de un Buque de Acción Marítima (BAM) especializado en intervenciones submarinas, para que preste apoyo a las tripulaciones de estos sumergibles (también puede dirigir labores de salvamento y rescate de submarinos). Sustituiría al buque nodriza de submarinos A-20 Neptuno, que está en servicio desde el año 1975. El nuevo buque entraría en servicio en el año 2026 y se le daría el nombre de Poseidón.

El coste total del programa del BAM-IS, cuya construcción comenzó en agosto de 2023 en los astilleros de Navantia en Puerto Real (Cádiz), es de 181,4 millones de euros. Hasta 2023 ya se habían pagado 80 millones de euros a la empresa pública por esta embarcación. Este año 2024 está previsto pagar otros 26 millones de euros. El resto del dinero, hasta completar el pago completo del programa, está previsto hacerlo efectivos entre los años 2025 y 2026.

Sustituto del Contramaestre Casado. La Armada está buscando de manera urgente un buque de transporte ligero. El único que tiene en estos momentos en servicio es el A-01 Contramaestre Casado, una embarcación que entró en servicio en 1982, pero que ya entonces fue comprado de segunda mano en una subasta pública. El buque, originariamente, fue construido en 1951 en Suecia, por lo que lleva más de 70 años en los mares y cualquier avería puede hacer que deje de prestar servicio en cualquier momento.

Hay un presupuesto aproximado de 20 millones de euros para comprar una embarcación en el mercado de segunda mano. Entre las características que se buscan para este buque es que no debe estar construido antes de 2008, la eslora debe ser de menos de 105 metros y el calado inferior a 6,8 metros. Debe tener una autonomía de 7000 millas náuticas a una velocidad de hasta 12 nudos, un área utilizable para helicópteros y RPAS y una capacidad para llevar a 30 pasajeros (transporte de tropas), entre otras.

Buques Hidrográficos Costeros (HSC)

La Armada tiene entre sus misiones la de desarrollar la cartografía náutica oficial de las costas y mares de soberanía. Una empresa que es bastante complicada teniendo en cuenta que nuestro país tiene algo más de 7.800 kilómetros de costa, casi 250 puertos marítimas y su Zona Económica Exclusiva (ZEE) que se extiende por más de 1.300.000 kilómetros cuadrados. Esto lo desarrolla actualmente con dos buques hidrográficos.

El programa, con un coste de 330 millones de euros, supone encargar la empresa pública Navantia la construcción de dos nuevos y modernos buques hidrográficos para desempeñar estas funciones, que ahora mismo desempeñan embarcaciones que entraron en servicio hace casi 50 años. Exactamente, están operativos el A-31 Malaspina y el A-32 Tofiño, que empezaron a desempeñar estas funciones en 1975.

Modernización de los cazaminas

La Armada tiene actualmente en servicio seis unidades de buques cazaminas, que conforman la Primera Escuadrilla de Medidas Contraminas (MCM), con base en el Arsenal de Cartagena. Los mismos entraron de forma progresiva en servicio entre los años 1999 y 2005, por lo que llevan entre 20 y 25 años de media en el mar. Actualmente se considera que están a mitad de su ciclo de vida, pero que deben ser modernizados para añadirles la tecnología mucho más moderna que hay ahora en el mercado.

Su MLU estaba diseñada desde hace varios años, pero la falta de presupuesto la tenía parada, hasta que finalmente fue aprobada en septiembre de 2023. El programa asociado a la modernización de estas unidades tiene un coste de 135,2 millones de euros, que se empezarán a pagar este 2024 con una anualidad de 19,8 millones y que se terminaría de pagar en el año 2027 (39,9 millones en 2025, 41,3 millones para 2026 y 34,9 millones en 2027).

Helicóptero NH90 fase 2

Es uno de los programas transversales del Ministerio de Defensa. En la primera fase las unidades fueron a parar al Ejército de Tierra y el Ejército del Aire, pero en esta segunda fase están incluidos –dentro de las 23 unidades solicitadas– siete unidades de la nueva variante naval, denominada MSPT. También está en estudio una segunda variante naval con capacidad antisubmarina, denominada HSPN.

El inicio de las entregas está previsto para este 2024. El coste total del programa es de 1.450 millones de euros. El último libro verde de los Presupuestos Generales del Estado detalla que este año 2024 se deberán pagar 311 millones a Airbus, constructora de la aeronave, y 178 millones en 2025 y 209 millones en 2026. Todavía habría que seguir pagando varios años más para terminar con los compromisos de pago.

Modernización misiles Mistral

Es otro programa transversal del Ministerio de Defensa. Se trata de modernizar la capacidad de disparo de misiles tierra-aire que ya están en servicio en las FAS, la gran mayoría de versiones más primarias, aunque el Gobierno compró en mayo de 2021 un total de 91 unidades del Mistral 3 que tenían en stock las Fuerzas Armadas francesas. En el caso de la Armada, serán recibidos por unidades de la Infantería de Marina.

El coste del contrato es de 325 millones de euros en total e incluye más de 500 unidades del nuevo Mistral 3, además de equipos de entrenamiento y el apoyo logístico integrado junto con la actualización de los puestos de tiro Mistral encuadrados en los dos Ejércitos y la Armada, en sus diferentes configuraciones. Esta adquisición convertirá a las Fuerzas Armadas españolas en el segundo usuario mundial de Mistral por detrás de Francia.

Misil contracarro Spike 2ª fase

Se trata de otro de los programas que sirven para modernizar a más de un arma de las FAS. Algunos de estos sistemas llegarán a la Infantería de Marina, aunque la mayor parte de ellos irán destinados al Ejército de Tierra. Se trata de un sistema de misiles ligero, portátil, multiplataforma (puede ser portado por soldados o situado en vehículos, buques o helicópteros), de guiado electroóptico y de quinta generación.

Los Spike LR2 van a ser destinados a reemplazar a los misiles TOW en servicio y a parte de los contracarro Spike LR de primera generación en servicio desde hace una década. La compra incluye 168 puestos de tiro y 1.680 proyectiles y tiene un presupuesto de 287 millones de euros. El sistema pertenece a Rafael, una de las empresas punteras de Israel, aunque buena parte de su producción la va a desarrollar su filial española (Pap Tecnos).

Mortero Eimos

Es otro de los programas transversales del Ministerio de Defensa, pues va a aprovisionar de los modernos sistemas de mortero embarcado al Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire. En este caso, la Infantería de Marina recibirá 18 de las 103 unidades que se han comprado. Este sistema viene embarcado en vehículos URO VAMTAC, de los que ya se han recibido las primeras tres unidades. El presupuesto total de este programa es de 125 millones de euros.

Helicóptero H135

No sólo es un programa transversal dentro de las Fuerzas Armadas, pues se van a adquirir unidades para el Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire y la Unidad Militar de Emergencias (UME), sino que va más allá del propio Ministerio de Defensa, ya que el Ministerio del Interior también participa con la petición de unidades de este aparato tanto para la Guardia Civil como para la Policía Nacional.

Este aparato es una versión más amplia y moderna del EC135, un aparato que ha sido uno de los líderes de ventas de Airbus a nivel mundial y que presta servicio actualmente tanto en las FAS como en las Fuerzas de Seguridad del Estado. El programa en vigor tiene un presupuesto de 178 millones de euros.

Sistema Conjunto de Radio Táctica (SCRT)

Es un programa destinado a la renovación de las radios de comunicaciones tácticas de las Fuerzas Armadas, aunque repercute principalmente en el Ejército de Tierra, también afecta de lleno a la Infantería de Marina. Cambia los actuales sistemas de comunicación UHF/VHF y HF por el moderno sistema de radio definido por software (SDR), algo que ya están haciendo la gran mayoría de los países aliados de la OTAN.

El presupuesto total es de 738 millones de euros, de los que los 80 primeros millones de euros se hicieron efectivos en 2023 y, según el último libro verde de los Presupuestos Generales del Estado, está previsto pagar 86 millones de euros anuales durante los años 2024, 2025 y 2026. Todavía habría que seguir pagando varios años más para terminar con los compromisos de pago.

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