La sentida carta de Óscar Wilde a su amante desde prisión

La sentida carta de Óscar Wilde a su amante desde prisión

¡HOLA, lector! Los escritores de la historia han experimentado tribulación y situaciones conmovedora al filo del abismo. Muchos de ellos por amor, como es el caso del aclamado Óscar Wilde, un rebelde para su época, pero dotado de una sensibilidad que lo llevó incluso a prisión. Hoy te cuento un poco más acerca de cómo llegó ahí y la historia de amor que envuelve la carta 'De profundis' ¡Leamos! 

De profundis: carta de Óscar Wilde a su amante desde prisión


Cómo dije al inicio, este texto es una carta de Óscar Wilde (1854-1900) a su amado, lleva el título de "De profundis" y es considerada una de las obras más personales y conmovedoras del escritor irlandés. La redacción de la epístola se dio durante el encierro de Wilde en la cárcel de Reading donde fue sometido a trabajos forzados por dos años. El delito: indecencia grave. 

Fragmentos de "De profundis"

En este artículo te mostraré fragmentos reveladores de la extensa carta de Óscar Wilde al joven Lord Alfred Douglas, quien fue su amante y posteriormente el enemigo más cercano del escritor. En los párrafos que leerás a continuación, Wilde reflexiona sobre su vida y su relación con Douglas desde su experiencia en prisión. Podemos encontrar manifestaciones de dolor, arrepentimiento y nostalgia, así como un deseo voraz de redención y reconciliación espiritual. 

La vida de Óscar Wilde

Han pasado 124 años desde que Óscar Wilde dejó este mundo y un legado importante en la literatura universal. El escritor de "El retrato de Dorian Gray", saboreó la fama gracias a su impecable destreza para escribir y plasmar emociones; sin embargo, también tuvo una vida llena de tormentos y melancolía. 

Al ser homosexual, Wilde sufrió el rechazo de una época donde serlo era indecente. Es por esta razón que el escritor irlandés fue a prisión tras conocerse la relación que mantenía con Alfred Douglas, mejor conocido como Bosie. 

¿Quién era el amante de Óscar Wilde?

Lord Alfred Douglas era un joven acomodado, hijo del noveno marqués de Queenberry y mundialmente conocido por escribir las reglas modernas del boxeo. Sucedió que, cuando Wilde tenía 45 años, fue enviado a la cárcel de "Reading", por la disputa entre Douglas y su padre, donde se acusaba al escritor de sodomía. 

Esto significó un golpe duro en la vida del Wilde, pues paso de ser afamado y respetado a ser un preso que no podía recibir ni siquiera visitas, siempre señalado por su vida personal. 

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DE PROFUNDIS, la carta


La estancia en prisión hizo que la relación con Douglas se enfriará, éste se había desentendido de antiguo amante y para 1897, Wilde comenzó a considerarlo un "examigo", por lo que empezó a escribir esta carta. 

En ella, Wilde desnudó su espíritu, "tanto por ti como por mí", le dice a Douglas, "pues no me gustaría pensar que he pasado dos largos años de prisión sin recibir de ti ni una sola línea, ni noticia, ni mensaje que no me diera dolor", se lee.

Podemos apreciar en toda dimensión como Wilde expone sus deseos personales; habla del miedo, la decepción, la angustia y la ansiedad que le produce estar tras las rejas.

"No me cabe duda de que en esta carta en la que tengo que escribir de
tu vida y la mía, del pasado y el futuro, de cosas dulces que se tornaron
amargura y cosas amargas que pueden trocarse en alegría, ha de haber
mucho que hiera tu vanidad en lo vivo",  escribió.


Un hecho que marcó la vida de Óscar Wilde


La prisión del escritor irlandés no solo encendió su desprestigio, sino que también perdió a su amor 'Bosie' y la custodia de sus hijos, su fortuna y el control para vender su obra. Había perdido gran parte de su dinero por ceder a cumplir los caprichos de Douglas.

"A pesar de tu conducta hacia mí, siempre he sentido que en el fondo me amabas", confiesa Wilde tras reclamar todas las veces en las que no le importó lo monetario con tal de verlo sonreír. 

Lo más doloroso de esta carta, es saber que Wilde no podía mandar ni recibir cartas mientras cumplía con su sentencia, por lo que solo pudo esconder el borrador de «De profundis» hasta que estuvo en libertad.

Cuando salió de prisión Wilde confió sus escritos al periodista Robert Baldwin Ross, quien hizo copias de ellos («La balada de la cárcel de Reading» y «De Profundis») para esperar el momento indicado de publicarlos en 1897. 

Aquí algunos fragmentos...

... Todo esto ocurrió a principios de noviembre del año antepasado. El fluir de un gran río de vida me separa de fecha tan remota. Para ti es casi imposible ver a través de ese desierto. Para mí todo parece haber ocurrido no digamos ayer sino hoy mismo. El dolor es un instante inmenso. No podemos dividirlo en estaciones. Sólo podemos registrar sus caprichos y hacer la crónica de su retorno. Para nosotros el tiempo no avanza: da vueltas. Parece girar en torno de un centro de dolor. Nuestra vida tiene una inmovilidad paralizadora y está regulada en todas sus circunstancias por un diseño inmutable: comemos, bebemos, dormimos y rezamos, o al menos nos arrodillamos para rezar, de acuerdo con las leyes inflexibles de una fórmula de hierro. Y esta cualidad inmóvil hace que cada día terrible sea como su hermano hasta en el mínimo detalle. (...)


Para nosotros sólo hay una estación: la estación del dolor. Se diría que nos han arrebatado hasta la luna y el sol. Afuera el día puede ser de oro y azul, pero es gris y miserable la claridad que se filtra a través del vidrio empañado y opaco de la ventana bajo cuyas rejas nos sentamos. En nuestra celda y en nuestro corazón siempre es la hora del crepúsculo. Y nada se mueve en la esfera del tiempo ni en la esfera del pensamiento. (...) Recuerda esto, y podrás comprender un poco por qué te escribo y lo hago de esta manera.(...)


Donde hay dolor hay un suelo sagrado. Algún día la gente comprenderá lo que esto significa. Hasta entonces no entenderá nada de la vida. Robbie y quienes son como él pueden darse cuenta. Cuando, entre dos policías, me trasladaron de la cárcel al Tribunal de Quiebras, Robbie me esperaba en el largo y sombrío corredor: al verme pasar con la cabeza baja y las manos esposadas, me saludó respetuosamente quitándose el sombrero. Por menos que eso muchos han ganado el cielo. Y lo hizo delante de la multitud, y con un gesto tan dulce y sencillo la redujo al silencio. Con este mismo espíritu y esta misma forma de amor los santos se arrodillaron para lavar los pies del pobre o se detuvieron a besar la mejilla del leproso. Nunca le he dicho a Robbie una palabra acerca de lo que hizo y hasta hoy no sé si él se dio cuenta de lo que su gesto significó para mí. No es algo que pueda agradecerse con las fórmulas habituales. Lo guardo entre los tesoros de mi corazón. Lo conservo allí como una deuda secreta y me alegra pensar que nunca podré pagarla. La embalsaman y la preservan en su dulzura la mirra y la cacia de muchas lágrimas. Cuando la sabiduría me resulta ineficaz, la filosofía estéril y los proverbios y frases de quienes han tratado de consolarme son en mi boca como polvo y ceniza, el recuerdo de esa pequeña, humilde, silenciosa demostración de afecto me abre las compuertas de todos los manantiales de la piedad; hace que el desierto florezca como una rosa y me libra de la amargura del solitario exilio para ponerme en armonía con el gran corazón del mundo, roto y herido. El día en que puedas entender no sólo qué hermoso fue el gesto de Robbie sino por qué significó y significará siempre tanto para mí, entonces, quizá, te darás cuenta de cómo y en qué estado de espíritu debiste haberte acercado a mí para pedirme el permiso de dedicarme tus versos.


Ah, si estuvieras en la cárcel, no diré por culpa mía –la idea me resulta intolerable– sino por una falta tuya, un error tuyo, fe en amigos desleales, un desliz en el pantano de la sensualidad, confianza mal otorgada o amor mal conferido, por todas estas causas o por ninguna, ¿crees que hubiera dejado que devoraras tu propio corazón en la soledad y las tinieblas sin tratar de algún modo, por mínimo que fuera, de ayudarte a resistir el amargo peso de tu desgracia? ¿Crees que no te hubiera hecho saber que si tú sufrías yo también sufría, que si llorabas también había lágrimas en mis ojos, que si yacías en el cautiverio y los hombres te despreciaban, yo había hecho con mis sufrimientos una casa para habitarla hasta que tú llegaras y acumulado un tesoro en el que todo lo que los hombres te negaron estaría esperándote para curarte, para darte cien veces más de lo que te quitaron? (...). Muchos hacen esto por mí. Cada tres meses la gente me escribe o se propone hacerlo. Sus cartas y mensajes son retenidos. Me los darán cuando salga de la cárcel. Tengo la certeza de que están allí. Conozco los nombres de quienes me han escrito. Sé que están llenos de compasión, afecto y amabilidad. Esto me basta. No necesito saber más. Tu silencio, en cambio, ha sido horrible. No ha sido un silencio de semanas y meses sino de años. Y, dejando aparte todas las demás razones, tu indiferencia, tu habilidad mundana, tu insensibilidad, tu prudencia o como quieras llamarla, se vuelve doblemente amarga para mí por las circunstancias que acompañaron y sucedieron a mi caída.


Otros desdichados, cuando se les arroja en prisión y se les despoja de todas las bellezas, están en cierta medida a salvo de las pedradas y de las flechas más mortales que arroja el mundo. Pueden ocultarse en la oscuridad de sus celdas y convertir su desgracia en una especie de santuario. El mundo ha hecho su voluntad y sigue su camino y los deja sufrir sin molestarlos. Conmigo ha sido diferente. Un dolor tras otro ha venido a llamarme a las puertas de la prisión y a todos los dejaron entrar. Casi ninguno de mis amigos ha soportado el verme. Pero mis enemigos siempre han tenido acceso a mí. Dos veces en mis comparecencias ante el Tribunal de Quiebras, otras dos al ser públicamente transferido de una prisión a otra, fui mostrado en condiciones de indecible humillación a la mirada y al escarnio de los hombres. El mensajero de la muerte me trajo sus noticias y se fue. Tuve que soportar el peso intolerable del dolor y el remordimiento que el recuerdo de mi madre me causó y me sigue causando en completa soledad y aislado de cuanto pueda darme consuelo o insinuarme alivio. Apenas el tiempo mitigó, aunque no curó, esta herida, los abogados de mi esposa me enviaron cartas acerbas, severas y violentas. Sufría al mismo tiempo el reproche por mi pobreza y la amenaza de la miseria. Soy capaz de resistirlas. Puedo disciplinarme para hacer frente a peores cosas; pero me arrebataron a mis dos hijos mediante procedimientos legales. Esto es y será siempre para mí un motivo de infinita aflicción, de infinito dolor, de desdicha sin límites ni término. Es horrible para mí que la ley decida que soy indigno de vivir con mis hijos. Ante esto la desgracia de la prisión no es nada. Envidio a los hombres que caminan conmigo por el patio. Estoy seguro de que sus hijos los esperan, aguardan su regreso, serán cariñosos con ellos.

Los pobres son más sabios, caritativos, bondadosos y sensibles que nosotros. Para ellos la cárcel es una tragedia en la vida de un hombre, una desgracia, un accidente, algo que despierta la compasión de los demás. De quien se halla en la cárcel dicen tan sólo que "está en dificultades". La frase, que invariablemente utilizan, encierra una perfecta sabiduría de amor. Entre las personas de nuestra clase es diferente. Para nosotros, la cárcel convierte al hombre en un paria. Yo, y todos los que están en mis condiciones, apenas tenemos derecho al aire y al sol. Nuestra presencia enturbia el placer ajeno. Somos mal recibidos al salir de prisión. Y no es para nosotros el vislumbrar los destellos de la luna. Nos arrebatan a nuestros hijos. Rompen los lazos amados que nos ligan a la humanidad. Nos condenan a quedar solitarios mientras nuestros hijos siguen viviendo. Nos niegan lo único que podría consolarnos, sostenernos, ser un bálsamo para nuestro lacerado corazón y devolver la paz a nuestra alma en zozobra (...).

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Los dioses me concedieron casi todo. Tuve genio, un nombre distinguido, alta posición social, brillantez, audacia intelectual; hice del arte una filosofía y de la filosofía un arte; cambié las ideas de los hombres y los colores de las cosas; ninguno de mis actos ni de mis palabras dejó de asombrar a la gente. (...) Traté el arte como la suprema realidad y la vida como una forma de ficción. Desperté la imaginación de mi siglo hasta hacerlo crear mitos y leyendas en torno a mí. Resumí todos los sistemas en una frase y toda la existencia en un epigrama. Junto con estas cosas tuve otras diferentes. Porque me dejé extraviar y caí en largos encantamientos de insensatez y sensualidad. Me divertía ser un flâneur (un deambulante), un dandy, un hombre a la moda. Me rodeé de las naturalezas más pequeñas y de las mentes más mezquinas. Me convertí en el derrochador de mi propio genio y encontré un goce extraño en malgastar mi eterna juventud. Cansado de la cima bajé deliberadamente al abismo, en busca de nuevas sensaciones. En la esfera de la pasión, la perversidad fue para mí lo que la paradoja en la esfera del pensamiento. A la postre, el deseo fue una enfermedad, una locura o ambas cosas. Llegué a despreocuparme de las vidas ajenas. Tomé el placer de donde quise y seguí mi camino. Olvidé que hasta la mínima acción diaria...

Continúa


Cómo ves, querido lector, la carta de Óscar Wilde aborda temas como el amor, el sufrimiento y la amistad. Es un testimonio conmovedor que nos hace reflexionar sobre la intolerancia de una época y la ingratitud. Ahora cuéntame ¿Qué te pareció el fragmento de esta carta? Recuerda poner tu nombre al final del comentario para saludarte :). 
Mar de fondo

𝑆𝑜𝑦 𝐵𝑟𝑦𝑎𝑛 𝑉𝑖𝑙𝑙𝑎𝑐𝑟𝑒𝑧 (Lima, 1990) creador del Blog de Mar de fondo. Estudié Comunicaciones, Sociología y estoy escribiendo un libro. Soy un amante de los cuentos, cartas, diarios y novelas. Convencido de que "𝑈𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑙𝑒𝑖́𝑑𝑜 𝑛𝑜 𝑒𝑠 𝑢𝑛 𝑑𝑖́𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑑𝑜"

32 Comentarios

  1. Excelente , presenta a wilde como un gran ser humano , sensible y gran genio d las letras m encanta su forma d escribir .

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    1. Gracias por tu comentario. Hay mucho más por descubrir...

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  2. Muy sensible,en la actualidad podemos ver lo injusto que fue la sociedad con el poeta.

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  3. Nunca lo sentí tan humano gracias por compartir

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  4. Excelente fragmento, un gran escritor. A pesar de la excelencia de Wilde, fácil de comprender.
    JUAN ALBERTO SÁNCHEZ CRUZ, saludos desde El Salvador.

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  5. Gracias por compartir el fragmento . No conocía la existencia de la carta. Marcela / desde Argentina

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    1. Gracias Marcela :D un gusto poder saludarte y darle la bienvenida al Blog

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  6. Tuvo todo y fue traicionado por la persona que mas quiso, despuès de sus hijos, muy triste, pero mostro que se puede amar a una persona del mismo sexo en esa època tan reaccionaría a la homosexualidad.

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  7. Soy Elizabeth Ingunza , para hacerla corta ; escritora de 4 novelas con relativo éxito en Perú , mi patria “El tren de la codicia “ entre otras . Pocos libros me engancharon como el retrato de Dorian Gray ! Grande Oscar Wilde , magnífico escritor e intelectual ! Se adelantó a su época , dos años perdidos de una vida tan productiva y de una creatividad sensacional ! Incomprendido: eso es lo que le tocó sentir tan profundamente! Gracias

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    1. Hola Elizabeth, qué gusto que hayas leído el Blog. He visto tu página también, espero te esté yendo bien con el libro.
      Saludos

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  8. Muy interesante y de un gran contenido gracias por compartir

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  9. Divina lectura, me encantó, me da gusto que ahora la preferencia sexual no sea vista de esa manera tan injusta, y que haya derramado sus sentimientos en esa carta para que el mundo lo conociera a fondo y viéramos como han cambiado las cosas, si hubiera vivido en este siglo hubiera sido muy feliz.

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  10. Divina lectura, me encantó, me da gusto que ahora la preferencia sexual no sea vista de esa manera tan injusta, y que haya derramado sus sentimientos en esa carta para que el mundo lo conociera a fondo y viéramos como han cambiado las cosas, si hubiera vivido en este siglo hubiera sido muy feliz, YESICA SANTELIZ, Venezuela

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    1. Ha sido un camino a la tolerancia que ha costado mucho!

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  11. Demostró a flor de piel sus sentimientos así como el arrepentimiento tardío al perder a sus hijos; la sociedad de esa época retrógrada e injusta le cobró con creces su proceder.

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    1. Lamentablemente. Como digo, no estaban preparados para él

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  12. Soy una admiradora de los grandes Escritores y de Oscar Wilde , sus Novelas, Cuentos, y leyendas.Esta tormentosa carta que desconocía, me ha tocado profundamente..
    con humildad le escribo estas líneas, Hace poco lancé un libro, donde el personaje principal nos invita a celebrar la diversidad, cosa que es tan importante en el mundo de hoy,, donde se es muy necesario aceptar a las personas, con habilidades especiales, o con cualquier condición e integrarlas a la humanidad, Mi libro ha sido muy bien acogido en los colegios.
    Soy de de Copiapó, Tercera Región de Chile, mi nombre Ninfa Labra Tello

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    1. Hola :D gracias por tu comentario Ninfa. Tienes mi correo mardefondope@gmail.com envíame tu texto :D

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  13. Se atrevió a amar libremente en medio de una sociedad pacata y Moralina que hacía a escondidas lo que el hizo a la luz del día haciéndole pagar de una manera cruel y dolorosa, quitándole lo que más amaba , sus hijos. Sufriendo hasta el desprecio de quien fue la causa de sus desvelos.

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  14. Gilberto Hernández Castro20 de mayo de 2024, 15:49

    Creo que la mejor versión de De profundis en español es la traducción de José Emilio y Cristina Pacheco espléndida

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  15. NO SIN ANTES AGRADECER POR COMPARTIR UN EXELENTE FRAGMENTO DE PROFUNDIS, QUISERA ACCEDER A LA INFORMACION COMPLETA . Atte; Mijail

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