Crítica: El planeta de los simios: Nuevo reino (Kingdom Of The Planet Of The Apes) - Rolling Stone en Español
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Crítica: El planeta de los simios: Nuevo reino (Kingdom Of The Planet Of The Apes)

Comienza una nueva trilogía de la saga de El planeta de los simios y aunque suene contradictorio, esta historia sobre primates mantiene intacta su humanidad.

Wes Ball 

Por  ANDRÉ DIDYME-DÔME

Cortesía de Cinecolor

Aunque esto puede parecer inconcebible para muchos geeks, hay personas (especialmente los más jóvenes) que conocen poco o nada sobre la saga de El planeta de los simios y de ahí la necesidad de algo de contexto.  

El Planeta de los Simios es una franquicia del ámbito de la ciencia ficción, que parte de una novela, pero que ha abarcado numerosas películas, series de televisión, cómics y videojuegos. Todo comenzó cuando Pierre Boulle publicó en 1963 su libro en el que un astronauta, el Capitán Taylor, aterriza en un planeta desconocido donde los simios han evolucionado hasta convertirse en la especie dominante, mientras que los humanos han retrocedido en la cadena evolutiva y son tratados como animales o esclavos. 

Sin embargo, la popularidad del relato comenzó realmente con la adaptación cinematográfica de 1968 dirigida por Franklin J. Schaffner y protagonizada por Charlton Heston como el Capitán Taylor. El tremendo éxito de la cinta dio lugar a varias secuelas, incluyendo Regreso al Planeta de los Simios (1970), Huida del Planeta de los Simios (1971), La Conquista del Planeta de los Simios (1972) y La Batalla por el Planeta de los Simios (1973), las cuales no pudieron superar en calidad y en ingresos de taquilla a la cinta original, pero no por eso deben considerarse malas películas. Todo lo contrario. 

La franquicia también incluyó dos adaptaciones televisivas, como la serie de televisión de acción real de 1974 y su secuela animada Regreso al Planeta de los Simios (1975). Además, Tim Burton dirigió un fallido remake de la cinta original en el 2001 y a partir de 2011, se decidió realizar una trilogía de precuelas conectadas con la saga original que comenzó con El Origen del Planeta de los Simios, dirigida por Rupert Wyatt, seguida por El Amanecer del Planeta de los Simios (2014) y La Guerra del Planeta de los Simios (2017), ambas dirigidas por Matt Reeves. Para sorpresa de los amantes de la saga, esta trilogía rinde homenaje a las cinco cintas originales y está conformada por tres excelentes películas.  

Ahora llega lo que parece ser el inicio de una nueva trilogía, con la cinta llamada El planeta de los simios: Nuevo reino. Los seguidores acérrimos de la saga temblamos de miedo cuando nos enteramos de que Wes Ball, el artífice de la terrible trilogía conocida como Maze Runner, se iba a encargar de esta nueva entrega y más aún cuando supimos que el nuevo equipo de guionistas era el mismo de la desastrosa secuela de Avatar. Pero ¡Oh sorpresa! Ball y su grupo hacen un trabajo más que digno al regresarnos a ese planeta donde los humanos le han cedido su lugar en la línea evolutiva a los primates.

La película da inicio con un prólogo en el que presenciamos el funeral del chimpancé César (Andy Serkis), el primer simio inteligente y líder de la revolución de primates en contra de los humanos. Casi nunca es una buena señal que la secuela de una saga comience con la muerte de uno de sus protagonistas (piensen en Terminator: Destino Oscuro o Mamma Mia 2 y lo entenderán), pero aquí se presenta una inusual excepción a la regla.

Se hace un salto de 300 años para mostrarnos una aldea de chimpancés pacíficos que viven de una forma muy similar a los Na’vi de Avatar (¡ouch!). Noa (un estupendo Owen Teague de It), nuestro nuevo protagonista, es el hijo del líder del clan. Él y sus amigos Soona (Lydia Peckman) y Anaya (Travis Jeffrey), están buscando los huevos de un águila para un rito de pasaje que los convertirá de jóvenes a adultos. Sí, los chimpancés crían águilas, así como los Na’vi domestican a los Banshees de montaña (¡doble ouch!).

Pero las cosas comienzan a distanciarse de Avatar y, afortunadamente, se acercan a las premisas de Conan el bárbaro y la gloriosa Apocalypto, cuando un grupo de simios enmascarados y armados con unos bastones eléctricos muy similares a los que los humanos usaban para domesticar a los animales salvajes, invaden la aldea, matando al padre de Noa y capturando a los sobrevivientes de la asonada para convertirlos en esclavos. Es imposible no pensar en el Scar King de esa otra película sobre primates que está en cartelera, un malvado monarca primate que hace lo mismo con un grupo de gorilas. Así como King Kong inevitablemente se enfrenta a Scar King para liberar a sus congéneres, Noa, quien afortunadamente no logró ser capturado y al que se le dio por muerto, tendrá la misión casi imposible de salvar a su pueblo (el talón de Aquiles de esta cinta es su falta de originalidad). 

Noa tiene su momento “Hakuna matata” cuando se encuentra con Raka (un maravilloso Peter Macon de The Orville), un orangután que nos recuerda mucho a Bill, el personaje del memorable episodio 3 de The Last Of Us. Raka le cuenta a Noa que al perder a su compañero y quedar solo (sí señores, Raka es gay) encontró refugio en unos libros que, como se lo explica al joven chimpancé, contienen la clave sobre los orígenes de los primates.    

Al no tener nada que perder, el orangután ilustrado decide acompañar al chimpancé a llevar a cabo su misión. Pero se topan con un tercero en el camino, una mujer humana que los sigue buscando algo de abrigo y comida, y a la que Raka bautiza como Nova (Freya Allen de The Witcher). Ese nombre resonará en todos aquellos que hemos seguido con tiempo, amor, esfuerzo y disciplina toda la saga. 

Por cierto, el ejército que secuestró a la madre, a los amigos y, en últimas, al clan de Noa obedece a un chimpancé que se hace llamar Proximus César (un Kevin Durand canalizando tanto a Shakespeare como a Thulsa Doom). Todo parece indicar que este rey se autoproclamó como heredero de César el chimpancé, pero lo cierto es que Proximus se inspira en Julio César, el emperador romano ¿Cómo sabe Proximus sobre la historia de la humanidad? Hasta aquí se puede contar por aquello de los spoilers.

Claramente Ball y su equipo se inspiran en Avatar, pero no por ello caen en cursilerías y diálogos insulsos. Los efectos especiales fallan a veces (especialmente en los movimientos de los simios y el vuelo de las águilas), pero el espectador rápidamente dejará de reparar en ello por las magníficas interpretaciones de los actores que, gracias a la captura de movimiento, logran darles humanidad a los primates, así suene terriblemente contradictorio. 

El que Ball y su equipo se hayan copiado descaradamente de las premisas de Conan y Apocalypto se alcanza a felicitar, ya que El planeta de los simios siempre ha sido una saga dura y agreste, muy centrada en la acción y la crueldad. Asimismo, los aspectos sobre la vida sexual de los simios siempre se han tocado de manera tímida por aquello de la censura y de apuntar a un público infantil (los seguidores de la saga todavía recordamos el beso entre Zira y Taylor). Pero la idea de un orangután con una identidad de género constituye algo realmente interesante (¿habrá simios humanofílicos?). El planeta de los simios: Nuevo reino se toma el tiempo suficiente para construir a sus personajes y hacer que nos importen. Nunca llega a empantanarse en su ritmo y está llena de sorpresas. Es toda una fortuna que esta saga mantenga su ímpetu y calidad, y estamos a la espera de una nueva entrega (ojalá que Ball no lo estropee todo, ya que las expectativas forjadas con la primera parte de Maze Runner, se fueron al traste con sus pésimas secuelas). Por ahora, quedamos más que satisfechos y solo el tiempo lo dirá.

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