Las monedas conmemorativas siempre concitan expectación entre los coleccionistas que suelen perseguir esas joyas de la numismática. Y la moneda de 2 euros del XXX Aniversario de la Bandera de Francia ha cautivado en el último tiempo por su enorme cotización, que está por encima de su valor nominal.
Camino a convertirse en un tesoro con valor histórico y cultural, la moneda de 2 euros conmemorativa del XXX Aniversario de la Bandera de Francia, emitida en 2015, ha ganado terreno entre las preferencias de los cultores de la numismática.
Sucede que su emisión limitada y su diseño distintivo la hacen sobresalir de entre las demás. Recordemos que todos los años, desde 2002, los países de la Eurozona pueden acuñar monedas conmemorativas no solo para honrar sucesos históricos, monumentos, personajes y espacios naturales, sino también para introducir volumen monetario a sus economías.
¿Cómo es la moneda de 2 euros del XXX Aniversario de la Bandera de Francia?
La moneda de 2 euros de la Bandera de Francia salió en circulación en 2015 con un diseño que celebra un hito histórico para esa nación y, poco a poco, se convierte en un valioso ejemplar para coleccionistas de objetos de numismática en todo el mundo.
En el anverso podemos observar la icónica bandera tricolor francesa, símbolo nacional cargado de historia y significado. Las franjas verticales de colores azul, blanco y rojo, presentes desde la Revolución de 1789, representan los valores fundamentales de la República Francesa: libertad, igualdad y fraternidad.
El diseño de la moneda conmemorativa de 2 euros se completa con la leyenda “XXXème Anniversaire du Drapeau Tricolore” (Trigésimo Aniversario de la Bandera Tricolor), marcando la fecha de este importante acontecimiento.
Esta moneda ha alcanzado una cotización de 1.600 euros en el mercado de objetos de numismática. La valoración se basa en varios factores, incluyendo su rareza, su estado de conservación, la demanda de coleccionistas y el contexto económico en el momento de la valuación.
Para los coleccionistas y numismáticos, adquirir una moneda de tal calibre no solo es una inversión financiera, sino también una oportunidad para poseer un pedazo tangible de la historia y la cultura francesa.