De Porfirio Díaz a la Constitución de 1917: claves de la transformación en México

De Porfirio Díaz a la Constitución de 1917: claves de la transformación en México

Tras la caída del Imperio de Maximiliano, Benito Juárez lideró un periodo de estabilidad en México basado en la Constitución de 1857. Sin embargo, su muerte llevó a la inestabilidad política y al surgimiento de Porfirio Díaz en 1876. Aunque inicialmente parecía seguir el camino de Juárez, Díaz se convirtió en un dictador al modificar la Constitución para permitir su reelección continua a partir de 1884, lo que cortó la participación política y parlamentaria en el país.

De Porfirio Díaz a la Constitución de 1917: claves de la transformación en México (Eduardo Montagut)

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El porfiriato y las causas de la revolución

Por su parte, Díaz emprendió una decidida política económica fomentando la exportación de los recursos mineros y de productos agrícolas, además de buscar inversiones de capital extranjero. El país se integró en los circuitos de la primera gran globalización que supuso la Segunda Revolución Industrial, pero eso mismo trajo consigo que las crisis cíclicas del capitalismo afectaran de lleno a México, todavía muy frágil económicamente. Así pues, en la transición entre el siglo XIX y el XX el país padeció un alto costo social, porque los salarios reales cayeron por la fuerte subida de los precios de los alimentos y por el aumento del desempleo. Los sectores medios de la sociedad mexicana, eminentemente urbanos, y compuestos por empleados, funcionarios y profesionales liberales, terminaron por ser protagonistas de las revoluciones ante las dificultades por conseguir salidas profesionales. Por su parte, el porcentaje de obreros seguía siendo bajo en México. Se encontraban concentrados en los centros industriales, padeciendo no sólo por la desocupación o los bajos salarios, sino también por las duras condiciones de trabajo, especialmente en relación con la jornada laboral.

No obstante, resulta evidente que fue en el campo, donde vivían y trabajaban hasta once millones de campesinos, donde la revolución social tuvo su principal escenario. El problema del acceso al agua frente al poder y el crecimiento de las haciendas, en manos de una minoría que acumulaba aproximadamente el 65% de la tierra cultivable, y que empleaba a unos tres millones de jornaleros. El conflicto fue muy evidente en el estado de Morelos, el vértice del movimiento zapatista. Pero, además, los campesinos no sólo buscaban el libre acceso al agua, sino también a los pastos y no verse obligados a convertirse en peones. No olvidemos que la Ley sobre Terrenos Baldíos, de 1894, agravaba aún más la situación al favorecer el deslinde de tierras sin propietarios o con títulos de propiedad poco claros, favoreciendo con ello la extensión de los latifundios.

Con la muerte de Maximiliano, 1867, se pasó a un capítulo que auguraba cierta estabilidad política; no ocurrió, y la inestabilidad desembocaría en la dictadura de Porfirio Díaz en 1876.

Con la muerte de Maximiliano, 1867, se pasó a un capítulo que auguraba cierta estabilidad política; no ocurrió, y la inestabilidad desembocaría en la dictadura de Porfirio Díaz en 1876.ASC

Madero y la revolución política

La revolución política comenzó gracias a la iniciativa de Francisco I. Madero, que había desarrollado su carrera política desde el estado de Coahuila. Su pensamiento se condensaba en la idea de que el régimen político imperante era el causante de los problemas de México. Su grupo, el Partido Nacional Antirreeleccionista, se convirtió en el vehículo para la expresión del descontento de las clases medias. Madero fue detenido, acusado de instigar a la rebelión en San Luis Potosí, ante unas elecciones en las que ganó Porfirio Díaz, pero consiguió huir a Texas, donde dio a conocer el Plan de San Luis, un manifiesto donde denunciaba las elecciones y los abusos de la dictadura, insistiendo en el principio de la no reelección, además de buscar el apoyo campesino al considerar la necesidad de revisar la legislación sobre los terrenos baldíos. 

El plan fue un revulsivo porque, aunque el gobierno reprimió cualquier movimiento en la esfera urbana, el campo era más complicado de controlar y los campesinos se levantaron en muchos estados con distintos líderes, siendo uno de ellos Emiliano Zapata desde Morelos. Estos líderes reconocieron a Madero como la cabeza del movimiento, menos Flores Magón, personaje clave como precursor de la revolución, ya desde 1906, con su propuesta de una verdadera revolución social, siendo ésta la causa de no querer apoyar a Madero, ya que el magonismo consideraba que aquél defendía exclusivamente un cambio político de signo burgués, frente a su proyecto de abolición del Estado y de la propiedad privada. En todo caso, el magonismo terminaría por simpatizar con la lucha social de los campesinos de Morelos.

Entre noviembre de 1910 y mayo de 1911 el régimen creado por Porfirio Díaz se vino abajo ante la lucha de tantos grupos, el desgaste y, sin lugar a dudas, por las tensiones internas, sin olvidar la pésima forma de dirigir las fuerzas del ejército, encargado de reprimir a los alzados, especialmente a las guerrillas de Villa y Zapata. Ante el evidente fracaso gubernamental, los campesinos en el campo y los obreros en las ciudades se unieron a la insurrección.

La presión contra Díaz y contra la capital, donde se sucedieron, por otro lado, importantes manifestaciones, posibilitó que el dictador firmara el Tratado de Ciudad Juárez, el 21 de mayo de 1911, que suponía su renuncia y exilio, pero también que Madero dimitiera en favor de un gobierno provisional con la finalidad de convocar a elecciones, pues deseaba acceder al poder de forma democrática. El gobierno provisional fue encabezado por Francisco León de la Barra, que decretó amnistía y licencia de las fuerzas revolucionarias, aunque estas decisiones generaron un evidente malestar de las mismas, ya que se negaban a dejar las armas, además, se multiplicaban las huelgas y las ocupaciones de tierras. A su vez, Zapata presionaba para que se cumpliera el capítulo social del Plan de San Luis relativo a las tierras. Todos estos conflictos precipitaron que las elecciones se adelantaran. Madero al frente del Partido Constitucional Progresista venció en octubre.

Sin embargo, la situación no se estabilizó porque era muy complicado concitar los intereses de las distintas facciones revolucionarias, además de que la estructura administrativa y de poder porfirista seguía intacta, comenzando la presión de grupos reaccionarios que pretendían restaurar el orden derribado. Madero puso en marcha la restitución de la tierra a los campesinos despojados, aunque los más radicales proponían una amplia política de expropiaciones de latifundios. Por su parte, en la minería y la industria se multiplicaron las huelgas. En todo caso, el nuevo gobierno emprendió una nueva política social con reducción de la jornada laboral, una ley de accidentes de trabajo, ampliación de la atención sanitaria, etcétera, sin olvidar que, en parte, consiguió enderezar la economía.

Izquierda. Benito Juárez, figura central del liberalismo mexicano. Derecha. Ricardo Flores Magón, precursor de la Revolución mexicana, fundador del diario político “Regeneración”.

Izquierda. Benito Juárez, figura central del liberalismo mexicano. Derecha. Ricardo Flores Magón, precursor de la Revolución mexicana, fundador del diario político “Regeneración”.ASC

La revolución social

El primer levantamiento serio contra Madero fue protagonizado por Zapata. La disolución de sus fuerzas y la entrega de las armas debía subordinarse a la promulgación de una ley agraria, el establecimiento del indulto general y un cambio institucional en Morelos. Madero no aceptó las demandas, y el levantamiento estalló el 25 de noviembre de 1911, con la proclamación del Plan de Ayala y la máxima de “Tierra, libertad, justicia y paz”. El eje del plan no era otro que la solución del problema agrario y sirvió de inspiración a otras insurrecciones campesinas que se fueron produciendo en distintas regiones del país.

Las fuerzas gubernamentales no pudieron dominar la rebelión. En esta nueva verdadera revolución destacó la figura de Pascual Orozco, jefe del ejército de Chihuahua, un personaje entre la revolución y el respeto al régimen de Madero, aunque al final se decantó por la primera en mayo de 1912, sin olvidar que, a pesar de ello, era financiado por la oligarquía porfirista de su estado, interesada en derribar a Madero. Por otro lado, Orozco defendía el establecimiento de un programa social basado en la reducción de la jornada laboral, la limitación del trabajo infantil, subidas salariales, reforma agraria y la nacionalización del ferrocarril.

Orozco venció a las fuerzas gubernamentales, pero sería frenado por el general Huerta, un personaje llamado a tener en un futuro próximo un gran protagonismo. Ante la evidente debilidad de Madero, los porfiristas aprovecharon para emprender su propia rebelión, liderados por Félix Díaz, sobrino del dictador. La contrarrevolución constituyó una seria amenaza al hacerse con Veracruz, pero el movimiento felicista sería dominado y Félix Díaz enviado a prisión. También Bernardo Reyes, otro de los grandes líderes del porfirismo, fracasó desde Texas.

El final del régimen de Madero llegaría por la combinación entre la hostilidad del poderoso vecino del norte y por la presión de los más conservadores, a pesar de las derrotas de los porfiristas. El 9 de febrero de 1913, el general Mondragón, nuevo líder contrarrevolucionario, liberó a Bernardo Reyes y a Félix Díaz para plantar cara al presidente. El enfrentamiento es conocido como la Decena Trágica: 10 días de bombardeos provocados por el general Victoriano Huerta, nombrado por Madero, que, de acuerdo con el embajador estadounidense, sirvieron de excusa para presionar al propio Madero por las consecuencias humanas y materiales de dichas acciones. Huerta terminaría por ponerse en contra de Madero, al que detuvo. Además, se puso de acuerdo con Félix Díaz, siempre bajo el paraguas de la embajada yanqui, y de ese modo, el primero sería nombrado presidente provisional con el fin de celebrar elecciones para que fuera elegido uno segundo.

Por su parte, el Congreso ante la ausencia de las altas dignidades, se vio obligado a nombrar como presidente a Huerta. Madero y el vicepresidente Pino Suárez fueron asesinados, encendiendo de nuevo la mecha de la revolución.

Fotografía de la toma de Ciudad Juárez por las fuerzas pro maderistas en mayo de 1910. Ese mismo mes Porfirio Díaz abandonaría México, poniendo fin a 30 años de dictadura.

Fotografía de la toma de Ciudad Juárez por las fuerzas pro maderistas en mayo de 1910. Ese mismo mes Porfirio Díaz abandonaría México, poniendo fin a 30 años de dictadura.ASC

La reacción conservadora

La llegada al poder de Huerta supuso un evidente giro conservador, aunque no se puede decir que se volviera exactamente al régimen de Porfirio Díaz. Por otro lado, Huerta no respetó el acuerdo previo con Félix Díaz para celebrar unas elecciones donde debía ganar. Huerta desató una intensa represión contra los revolucionarios y contra los diputados de la oposición, además suprimir la libertad de prensa.

La insurrección se desató a finales de 1913. Se puede decir que la mitad de México se había levantado contra la dictadura de Victoriano Huerta, tanto en el norte donde actuaba Venustiano Carranza y Pancho Villa, como en el sur con Zapata. Mientras tanto, el país sufría una intensa crisis económica y el presidente Wilson, además, decidió no apoyar a Huerta por escrúpulos democráticos, a pesar de los esfuerzos de su embajador en México para que se apoyara al nuevo régimen.

Al verse abandonado por los estadounidenses, Huerta se dirigió a los alemanes, provocando la ira de Washington, que envió una fuerza militar al puerto de Veracruz, con la intención de frenar la llegada del material alemán, y a la vez, asegurarse el control de la zona petrolífera. En julio de 1914, Huerta abandonó el país. El general Obregón entraba en la capital, pero eso no templó los ánimos, porque se desató una verdadera lucha por el poder, una vez que se había conseguido el objetivo de derribar la dictadura.

La Constitución de 1917

La Constitución de 1917ASC

El carrancismo

En México existían tres grandes movimientos, los que lideraban Emiliano Zapata, Venustiano Carranza y Pancho Villa. El movimiento zapatista era eminentemente campesino y su centro de acción seguía siendo Morelos, buscando la restitución de las tierras arrebatadas por los hacendados y la expropiación de los latifundios. El zapatismo contaba con personajes destacados como Otilio Montaño, Antonio Díaz Soto, Gildardo Magaña y un líder obrero, Felipe Neri. Era un movimiento muy cohesionado, activo y con gran capacidad de resistencia, aunque seguía muy vinculado a Morelos y a la cuestión agraria, sin planteamientos más generales. 

Por su parte, Carranza era un hacendado conservador, aunque lo suficientemente hábil para saber de la necesidad de plantear reformas sociales, especialmente gracias a sus colaboradores más radicales, como Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles o Salvador Alvarado, entre otros. La base social del carrancismo se encontraba en la clase media. El movimiento encabezado por Villa se radicaba en el norte, especialmente en Chihuahua, y aunque estaba vinculado al carrancismo era más popular y muy autónomo. Francisco Villa había sido un antiguo bandido con conciencia social. Asimismo, el villismo terminó por aglutinar a otros bandidos y dirigentes agrarios, aunque su extensión a otros estados terminó por dar un carácter más moderado al mismo.

En todo caso, Villa decretó expropiaciones, aunque no repartió la tierra, sino que la dejó bajo la autoridad del gobierno, como una forma de financiación de la revolución. Este proceder le creó problemas con Venustiano Carranza. Para lograr un acuerdo entre estos tres sectores se formó la Convención de Aguascalientes, sin embargo, poco se logró, por lo que estalló de nuevo la guerra en julio de 1915. Carranza, con el apoyo militar de Obregón, luchó contra Villa y Zapata, aliados en este caso. Venció Carranza, haciéndose dueño del México central. Villa no pudo resistir y Zapata se refugió en Morelos hasta que fue traicionado y asesinado en 1919. Francisco Villa terminaría siendo también derrotado.

En tanto, Venustiano Carranza tomó la decisión de que era el momento de institucionalizar el nuevo régimen, aunque sin contar con huertistas, villistas ni zapatistas, y tampoco con numerosos militares. Así pues, el nuevo Congreso se formó con miembros de la clase media mexicana.

El Congreso redactó la Constitución de 1917, misma que introdujo importantes y significaticos cambios en la vida del país, tales como la intervención del Estado en la economía y la sociedad, inaugurando con ello una nueva etapa del constitucionalismo mundial al superar el liberalismo clásico, planteando derechos sociales. Asimismo, la cuestión agraria aparecía en el texto constitucional con el fin de que se restituyeran las tierras injustamente expropiadas, estableciendo, por lo demás, el derecho de propiedad, sin embargo, supeditado al interés general. Además, en cuanto a las modificaciones del trabajo, se decretaba la jornada laboral de ocho horas durante seis días semanales, el establecimiento del salario mínimo y el principio de no discriminación de ningún tipo en relación con las remuneraciones. Los obreros y los patrones tendrían derecho a asociarse para la negociación colectiva, y se aprobó también el derecho de huelga.

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