La nueva ruta de Medellín y Antioquia
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La nueva ruta de
Medellín y Antioquia

Las buenas intenciones se tienen que respaldar con hechos y más ahora cuando la ciudadanía espera que se ajuste el diseño institucional y los requisitos para evitar que vuelvan a colarse los amigos de la plata pública.

07 de mayo de 2024
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  • La nueva ruta de Medellín y Antioquia

En medio de tantos escándalos que copan la atención de los medios y del país suelen pasar de bajo perfil asuntos cruciales para el futuro de todos: es el caso de los planes de desarrollo de Medellín y Antioquia para los cuales este mes será definitivo. Tanto el Concejo de Medellín como la Asamblea de Antioquia tienen en sus manos las nuevas hojas de ruta de para donde quieren llevarnos los gobiernos de Federico Gutiérrez y Andrés Julián Rendón en los próximos cuatro años.

Ya se han comenzado a escuchar algunas advertencias, como las que plantearon Medellín Cómo Vamos y la veeduría Todos por Medellín, en relación con la necesidad de profundizar en metas más ambiciosas, diseñar indicadores de gestión transparentes, y ajustar el modelo de contratación en las entidades públicas, que ha sido el principal dolor de cabeza por las denuncias de corrupción en la última administración de la ciudad.

Desde aquí confiamos en la buena fe que asiste a los gobernantes, pero las buenas intenciones se tienen que respaldar con hechos y más ahora cuando la ciudadanía espera que se ajuste el diseño institucional y los requisitos para evitar que vuelvan a colarse los amigos de la plata pública.

Medellín tiene con qué mostrar resultados de alto impacto social, si lo propuesto por el gobierno actual se cumple, teniendo en cuenta que el presupuesto para los próximos cuatro años está calculado en $40 billones.

El componente social aparece de manera trasversal y, en muchos de los rubros, los recursos destinados se van a triplicar en relación con el gobierno anterior. Educación, que es quizás el de mayor inversión en el plan de desarrollo, pasará de $5,2 billones a $6,4 billones. Especial mención tiene aquí el Plan de Alimentación Escolar que también duplicará su presupuesto para atender a cerca de 400.000 menores de edad, con recursos del orden de los $1,2 billones. En cuanto a Buen Comienzo, uno de los programas más golpeados por el desgreño administrativo y la corrupción que tiene hoy en problemas a funcionarios del gobierno de Daniel Quintero, recibirá $1,5 billones, una cifra que dobla lo que hasta ahora se había destinado a atender a la primera infancia y a las madres gestantes, para garantizar la alimentación todos los días del año a los menores de cinco años, “porque el hambre no sale a vacaciones”, como lo dijo el alcalde Gutiérrez.

El plan también atiende otros frentes como el de infraestructura educativa. Cabe recordar que el 95% de las sedes educativas en Medellín tienen problemas, los mismos que cuando los techos empezaron a caerse encima de las cabezas de los alumnos le tocó al gobierno Quintero, para lo cual pidió entonces vigencias futuras por $387.000 millones, sin embargo, de eso poco se ha visto. El gobierno de Gutiérrez se compromete ahora con una partida de $1,2 billones no solo para las obras físicas, sino también para su modernización tecnológica y la dotación de mobiliario.

En todo caso, el desafío no es menor para el equipo del Alcalde, porque si todas las denuncias de corrupción sobre la anterior alcaldía son ciertas, las redes de contratación pueden haber quedado como una suerte de campo minado, contaminadas, y hay que andar con pies de plomo para evitar caer en la trampa de algún corrupto mimetizado.

En Antioquia también hay unas líneas definidas para que los programas tengan un impacto social. Si bien, tiene una billetera menos abultada que la de Medellín, promete conseguir casi el 40% de los recursos de inversión de fuentes alternativas, mediante asociaciones público-privadas y cofinanciación de proyectos, una meta bien alta que exigirá un equipo de trabajo técnico y bien calificado para lograr esos recursos. El Departamento tiene un presupuesto de $27,9 billones, de los cuales, $16,4 billones corresponden al plan financiero y $11,4 billones provendrán de esas fuentes alternativas.

En esos frentes que el gobernador Rendón ha denominado firmes por Antioquia, se priorizaron varios enfoques de carácter social, uno de cuyos objetivos, muy ambicioso sin duda, es sacar del hambre a 500.000 personas y para ello trabajará en un sistema departamental de transferencias, que ya destinó recursos por 300.000 millones para este año. También se definió una estrategia para garantizar recursos a los cuidadores y sentar las bases para la autonomía económica de las mujeres. Ha dicho el gobernador Rendón que este plan pretende cambiarles la vida a las personas y procurar una mejor infraestructura para habitar el departamento. Eso es lo que se esperaría de un buen gobierno al final de su mandato.

Ojalá en las discusiones, concejales y diputados hagan bien la tarea, aquella que tenga como propósito mejorar las propuestas de los mandatarios y corregir las posibles deficiencias o vacíos que tengan los planes. Y que los gobernantes estén dispuestos a aceptar esas enmiendas si buscan el bienestar de todos. Aquí un llamado a la ciudadanía para que siga de cerca estos debates y meta la cucharada cuando así se deba, pues al fin y al cabo, aquí se está definiendo el presente y futuro de Medellín y Antioquia que nos toca a todos.

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