¡Permíteme llamarte César Luis!
La terca memoria

Politólogo de formación y periodista por vocación. Ha trabajado como reportero y editor en Reforma, Soccermanía, Televisa Deportes, AS México y La Opinión (LA). Fanático de la novela negra, AC/DC y la bicicleta, asesina gerundios y continúa en la búsqueda de la milanesa perfecta. X: @RS_Vargas

¡Permíteme llamarte César Luis!
Menotti mezclaba el futbol con el tango, la literatura, la filosofía, la sociología y la música popular. Foto: Cortesía del autor

Al igual que pasa con Diego Armando Maradona o con un café frío, a César Luis Menotti lo amas o lo odias. Nunca tuve la fortuna de entrevistarlo, pero aprendí a respetarlo fuera de tiempo.

En su breve periodo al frente de la Selección Mexicana yo era un vago preparatoriano que ni siquiera soñaba con ser periodista deportivo. Por supuesto que me entusiasmé, como muchos, por la llegada del “Flaco” para dirigir al Tri, sobre todo porque era parte de un proyecto futbolístico diferente al que había dirigido los destinos del balompié nacional durante muchos años, más que por una afinidad ideológica o futbolera.

Por aquellos años, más allá de Pumas, el futbol me resultaba indiferente. La afinidad con Menotti llegó años más tarde, con la lectura de muchos textos periodísticos, entrevistas y libros, cuando ya era un reportero de deportes.

Comencé a conocer la filosofía de Menotti por los libros de Jorge Valdano; al escuchar las referencias que del “Flaco” hacía Roberto Saporiti cuando dirigió a Pumas, o con los monólogos irrepetibles de Ángel Cappa en el lobby del hotel Royal Pedregal, cuando era DT del Atlante.

Menotti respetaba mucho las opiniones de Ángel Cappa y aceptaba las discrepancias del ‘Sapo’, Roberto Saporiti. Con ellos hemos tenido charlas de horas en las que parecíamos profesar una misma religión”, escribió el periodista Horacio Pagani en “El futbol que le gusta a la gente” (Al Arco, 2006).

Para mí, por entonces un reportero con poca experiencia, fue un privilegio haber recibido esas lecciones de “menottismo” de fuentes tan cercanas a César Luis. Sobre todo de Cappa, el hombre que mejor entendió su filosofía: “Menotti en el futbol es como Marx en la filosofía o Freud en la sicología. Realiza modificaciones sustanciales, cambia fundamentalmente los puntos de partida” (“Futbol sin trampa”, 1986).

Pero también conocí más de Menotti por las entrevistas que tuve con Ricardo La Volpe (2002), con Roberto Fontanarrosa (2005) y con muchas charlas con mi colega Pablo Aro Geraldes, un periodista muy cercano a la familia del “Flaco”.

Para el Negro Fontanarrosa, el enfrentamiento entre “menottismo” y “bilardismo” ya era un debate superado en ese momento, sobre todo después de la aparición de Marcelo Bielsa, Carlos Bianchi y el surgimiento de nuevos técnicos como Diego Simeone: “En su momento, fueron dos interpretaciones de cómo jugar al futbol”, me dijo.

– ¿Qué significa César Luis Menotti para el hincha de Rosario Central y para el futbol argentino?

El ‘Flaco’, hoy por hoy, está por encima de cualquier discusión. Puede ganar, perder, pero el ‘Flaco’ es un icono del futbol argentino, apasionado de este deporte, polémico y como todo en la vida, hay gente que lo odia y gente que lo ama”, me respondió.

En el libro “No te vayas, campeón” (Editorial Sudamericana, 2000), el Negro escribió un texto llamado “El pesado mandato de las tres ‘G’”, en el que señalaba:

… se me antoja que ese mandato formidable (ganar, gustar y golear), arranca del Huracán del 73. O tal vez empezó a girar, como una estrella incandescente, en torno a la Selección Argentina del 78. Pero supongo que, haya tenido su origen en uno u otro equipo, de alguna manera estuvo íntimamente ligado a la idea futbolística del ‘Flaco’ Menotti”.

El manejo de equipo y jugar de acuerdo con los futbolistas que tiene cada equipo son conceptos “menottistas” que le escuché a La Volpe.

Del que yo aprendí más fue de César Luis Menotti, de cómo manejar un plantel, aunque quizá uno no tiene el convencimiento que tenía el ‘Flaco’ con sus equipos. Pero hay algo muy importante, a cada equipo que tú llegues, las características de los jugadores son las que te van a implantar qué sistema y qué forma de jugar. Siempre depende de ello”, me dijo en marzo de 2002 para Soccermanía.

Aquella frase me hizo recordar una máxima “menottista”: “Esos son números de teléfono (los esquemas tácticos) que los técnicos siguen mencionando. Si vos me decís 4-3-3, yo te digo, ‘¿quiénes son los tres?’. Si los tres son Ambrosini, Gattuso y Baggio, bueno, es un equipo totalmente defensivo, aunque juegue con tres. En el futbol no se puede hablar sin nombres propios”, dijo Menotti en “El futbol por dentro. El libro de los técnicos” (Al Arco, 2006), quizá la entrevista en la que el “Flaco” desparramó sus mejores conceptos.

Menotti, el inmortal

Al balompié, César Luis Menotti le ha dejado un legado poético, como escribió Ariel Scher, porque con su filosofía enseñó que el futbol es identidad y patrimonio de los pueblos.

“Menotti entendía y enseñaba que el futbol era un arte que les pertenecía a los pueblos. Que el futbol era un poema. Y recitaba ese poema como nadie”.

Su defensa del futbol como un arte popular, como un hecho cultural, hizo que hasta el arrogante Pep Guardiola lo buscara para escuchar sus conceptos en torno a la pelota. Eso sí, en una entrevista con Diego Borinsky para El Gráfico, en 2022, el “Flaco” dejó claro que ni el catalán podría ser su heredero, a pesar de definirlo como el mejor entrenador de las últimas tres décadas.

A Menotti siempre se le va a reconocer como el técnico que reorganizó y le devolvió la jerarquía a la Selección Argentina después de años de desorden y fracasos. El que dio un estilo y la hizo volver a sus orígenes “a jugar en el potrero, con la pelota en el piso, no a tirar pelotazos, con la gambeta”, como recordó en La Nación y en una entrevista de radio Ezequiel Fernández Moores, uno de los periodistas que mejor explica el legado del rosarino.

“Menotti inventó la Selección Argentina. Puede parecer una exageración y hasta un injusto menosprecio con siete décadas de historia de nuestro futbol. Pero fue él quien creó las condiciones para que la Selección tuviera un marco estable, con un plan a largo plazo. Sus méritos, en ese sentido fueron varios. La estructura y el diseño del trabajo fueron originales e inteligentes”.

En un discurso que lo hizo único, Menotti mezclaba el futbol con el tango, la literatura, la filosofía, la sociología y la música popular. En su narrativa, el mejor gol de Maradona y la canción más sentida de Serrat eran la misma obra de arte. Sus detractores lo calificaron como “versero” porque en los últimos 25 años de su carrera no ganó un solo título, pero un detalle que habla de su valía como técnico es que todos sus ex dirigidos sólo tienen elogios y gratitud para su labor y su trato personal. Y me permito recordar aquí que los dos últimos equipos que el “Flaco” dirigió en su vida son mexicanos: el Club Puebla y el desaparecido Estudiantes Tecos, de la Universidad Autónoma de Guadalajara. Aquella casa de estudios que le dio un doctorado honoris causa al dictador paraguayo Alfredo Stroessner, nada más alejado de la filosofía de vida de César Luis.

“Pocos defendían tanto al futbol como fenómeno popular, como fenómeno cultural como Menotti, aun siendo muchas veces crítico, porque su amor al futbol no era incondicional”, agregó Fernández Moores en una entrevista para el programa de radio Habrá consecuencias. “Pensaba en el futbol como un fenómeno colectivo, no como un hecho individual y ese fenómeno colectivo lo interpretaba más de manera ofensiva que defensiva. Menotti vio el futbol desde una cuestión estética, desde lo bello”.

“Es mentira, Menotti no murió”, escribió el 7 de mayo Ángel Cappa, su amigo, su aprendiz, su confidente, “Es tan grande y tan profundo el legado que nos deja, que está y seguirá estando presente para siempre”.

¿Hay alguna demostración más grande de la grandeza de Menotti que los aplausos que bajaron de las tribunas de Estudiantes de La Plata cuando se anunció su muerte en plena definición de la Copa de la Liga de Argentina? Porque no olvidemos que César Luis estuvo enfrentado durante más de 40 años con Carlos Salvador Bilardo, un prócer de la tribuna “pincharrata”. Sus diferencias, alimentadas la mayoría de las veces por algún sector del periodismo, fueron irreconciliables.

“Con dolor, lamentamos informarles que acaba de fallecer el técnico conductor de la selección argentina campeona 1978, César Luis Menotti, pionero de la jerarquización de nuestras selecciones, cuyo trabajo tuvo su prolongación en las sabias conducciones de Carlos Salvador Bilardo y Lionel Scaloni. Los invitamos a sumarse a este minuto de silencio, que es un homenaje de todo el futbol argentino”.

“Ver a los hinchas de Estudiantes aplaudir a Menotti es emocionante. Para los cincuentones que conocemos toda la historia es realmente emocionante. Ha pasado a la inmortalidad un prócer del futbol argentino y no se explica la Selección sin Menotti al principio de todo”, opinó, conmovido, Juan Pablo Varsky en la transmisión de TNT Sports.

Leer a aficionados y periodistas de todo el mundo llorar la partida de Menotti reafirma que el “Flaco”, con perdón de tantos buenos amigos, no era argentino. El “César del Futbol” es un personaje inmortal y universal. El mundo del futbol lo va a extrañar. La gente de bien también.

Menotti en frases:

  • El futbol es mucho más que ganar o perder. Nunca ganar da razones ni perder las quita”.
  • “Es clave en el mejoramiento y la corrección de los futbolistas; después, todos los entrenadores trabajan más o menos parecido. Un tipo lleva la pelota 20 metros y se la da a otro que tiene al lado, ¿para qué carajo? Ahí nace la calidad del entrenador, en el mejoramiento, desde su convicción y conocimiento de las individualidades. Y recién después de eso trabajar sobre las ideas que tiene de juego”.
  • “Para mí, el futbol tiene cuatro acciones: defensa, recuperación, gestación y definición. Dos de esas acciones tienen mucha dependencia individual. O sea: los goleadores y los defensores de área chica, que hay muy pocos de ambos. Después, al tocar estamos gestando, para eso se toca, no para luego tirar un pelotazo, ni para tocar por tocar”.
  • “Más allá de los títulos, por donde pasé, siempre dejé muchísimos jugadores. A lo único que le doy importancia en el futbol es a poder quitarle un defecto o agregarle algo al futbolista. Ese es el placer más grande para mí”.
  • “La tenencia de la pelota no es ninguna estrategia, es una necesidad, porque la pelota es la que no te deja perder, la que te hace ganar”.
  • “Este equipo interpreta la historia del futbol argentino. Con autoridad es digno representante de una cultura y de una historia. La pelota sigue siendo de ellos porque vienen de los barrios, donde pertenece la pelota. La pelota es de los barrios y de la gente. Y este equipo juega así, con esa idea”, sobre la Selección campeona del Mundo en Qatar 2022.
  • “Una vez Alfredo Di Stéfano dijo que él llegó a lo que fue gracias a los socios que siempre tuvo a su lado. Me parece una verdad grande como una casa. Las pequeñas sociedades son una de las grandes verdades del futbol”.
  • “Jugar es una maravillosa palabra, hasta en el amor. No puedo entrar en una cancha sin sentir la emoción del juego. Más teniendo en cuenta que hay jugadores que lo han llevado a una expresión artística, como Maradona”.
  • “Por carácter, el jugador argentino como prioridad tiene dos cosas fundamentales para explotar: manejo y toque. Yo trato de explotar eso, pero no hay que confundirlo con lirismo estúpido”.
  • “El futbol pertenece a la clase obrera y tiene la generosidad de permitir la participación de todos”.

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