Entrevista con Lucía Galán, mi pediatra

Lucía Galán, conocida como Lucía mi pediatra, ha alertado contra las búsquedas que se hacen en internet sobre enfermedades y patologías desde el miedo o la angustia: la emoción impide ser crítico y se encontrarán cosas que no se ajustan a la realidad, asegura.EFE/ Javier Cebollada

Lucía Galán, mi pediatra, contra googlear desde la angustia: la emoción impide ser crítico

Naiare Rodríguez Pérez |

Zaragoza (EFE).- Lucía Galán, conocida como Lucía mi pediatra, ha alertado contra las búsquedas que se hacen en internet sobre enfermedades y patologías desde el miedo o la angustia: la emoción impide ser crítico y se encontrarán cosas que no se ajustan a la realidad, asegura.

En una entrevista con EFE con motivo de la presentación en Zaragoza de su libro, ‘Los virus no entran por los pies’, la autora (Oviedo, 1978), ha constatado que hoy en día las familias tienen “infinidad de recursos” para estar bien informados y asesorados”, y ha abogado por “conseguir un pensamiento crítico e investigar qué y quiénes hay detrás” para evitar las noticias falsas y los mitos, como el de que caminar descalzo hace que te resfríes cuando “no tiene ninguna base científica”.

Pregunta: Derriba mitos sobre la salud física y mental de niños y familias. ¿Cómo de importante es este mensaje en la actualidad?

Respuesta: Es más necesario que nunca debido a la información y desinformación que nos llega cada día. Mi experiencia en consulta, tras estos veinte años como pediatra, es que la población está muy conectada, pero no siempre recibe la información veraz y rigurosa.

 Lucía Galán, conocida como Lucía mi pediatra, ha alertado contra las búsquedas que se hacen en internet sobre enfermedades y patologías desde el miedo o la angustia: la emoción impide ser crítico y se encontrarán cosas que no se ajustan a la realidad, asegura.
Lucía Galán, conocida como Lucía mi pediatra, ha alertado contra las búsquedas que se hacen en internet sobre enfermedades y patologías desde el miedo o la angustia: la emoción impide ser crítico y se encontrarán cosas que no se ajustan a la realidad, asegura. EFE/ Javier Cebollada

P: Se presenta como una guía práctica. ¿Ha cambiado el aprendizaje con los años?

R: La cultura en medicina que tenían nuestros padres era muy limitada y se basaba en lo que decía el médico y ya está. Quizás en alguna familia había libros, pero tampoco se cuestionaba ni se reflexionaba. Hoy en día las familias tienen infinidad de recursos para estar bien informados y asesorados a pesar de las noticias falsas y de la desinformación.

P: ¿Cuánto influye la búsqueda en internet?

R: Si haces la búsqueda desde el miedo, la ansiedad o la angustia es probable que encuentres cosas que no se ajustan a la realidad. La emoción que sientes en ese momento te impide ser crítico. Cuando esas búsquedas las hacemos por el mero hecho de aprender, somos más reflexivos y analíticos. Sin embargo, no es sencillo distinguir una buena fuente cuando es un campo que no conoces. Es bueno que la gente busque en internet, pero es importante que investiguen qué y quiénes hay detrás.

Mitos sobre enfermedades

P: ¿Cuáles son los mitos más repetidos?

R: ¡Hay más de 200 mitos en el libro! Pero centrándome en el que le da nombre, hay que remarcar que los virus no entran por los pies. Hemos escuchado muchas veces que caminar descalzo hace que te resfríes, pero realmente no tiene ninguna base científica. Las infecciones respiratorias se transmiten por el contacto directo entre dos personas que tienen un virus a través de las secreciones que emitimos al hablar o toser. Es un mito muy extendido que se escucha en miles de hogares y, de hecho, lo que nos dice la base científica es que lo saludable para la planta del pie es que el niño camine descalzo para que se desarrolle mejor.

P: ¿Y lo más extraño que ha escuchado?

R: La ramita de geranio por el culete de los bebés que están estreñidos. Es una cosa que, cuando lo escuché por primera vez, no lo podía creer. También he escuchado que hay que poner un trozo de hilo rojo a la frente para quitar el hipo o colocar un collar de ámbar para el dolor de dientes, cuando está totalmente desaconsejado por asfixia.

P: El libro cuenta con experiencias personales. ¿Abrirse de esta forma ayuda a explicar mejor?

R: Las familias están un poco cansadas de recibir lecciones magistrales y necesitan experiencias reales de personas que, además de tener los conocimientos en ese campo, han pasado por ello. En mi caso, puedo dar ese toque emocional y sentido para que todo se comprenda mejor. Una cosa es hablar desde el punto de vista médico con rigor, pero todos necesitamos que nos aporten determinada información desde la sensibilidad que sentimos cuando somos padres o madres.

Acompañar a la familia

P: Aparecen temas como la alimentación infantil, la lactancia materna, el uso del chupete o el postparto. ¿Cuál es la mejor forma de acompañar?

R: Hay que acompañar sin juzgar y decir: ¿En qué te puedo ayudar? Las mujeres, cuando estamos en una situación complicada y difícil, no necesitamos a jueces, abogados ni portavoces. Necesitamos personas que nos apoyen incondicionalmente y que, aunque no hayan pasado por nuestras propias experiencias, estén a nuestro lado.

P: Se pone en el centro la salud mental. ¿Cómo abordó este tema que, hasta el momento, no era tan visible?

R: El objetivo era visibilizar una realidad que llevamos viendo muchos años en consulta. Los niños y los jóvenes también tienen enfermedades mentales. Las tasas de depresión, ansiedad, autolesiones, suicidio y acoso escolar están creciendo. No existen los recursos necesarios para dar cobertura a los problemas reales que vemos en nuestras consultas. Quería ayudar a las familias para que sepan identificar cuándo está sufriendo su hijo o qué pueden hacer en esos casos. En definitiva, quería poner sobre la mesa asuntos importantes que se están llevando por delante la salud de nuestros hijos.