La vida de la esposa del heredero al trono ruso: «Hacemos cosas de lo más normales como comer una pizza»

Un año después de aquella boda que reunió a gran parte de la realeza y aristocracia, dieron la bienvenida a su primer hijo, Alexander, al que bautizaron el pasado 6 de diciembre en la catedral de Cristo Salvador de Moscú. «Lo veo muy Romanov. Es una copia de su padre, pero hay que esperar para ver como evoluciona», desliza, entre risas, la nuera de la gran duquesa de Rusia, María Vladimirovna. Así, asegura que aunque la maternidad le ha cambiado la forma de ver a los más pequeños -«cuando eres madre, sientes que si hay un niño en dificultad es un problema de todas las mamás»-, «no soy la típica madre que tiene que tener todo controlado. No forma parte de mi carácter. Haré cosas bien y otras mal, pero lo importante es que el niño se sienta querido». La Princesa confiesa que «nos gustaría darle un hermanito». Eso sí, «cuando sea más mayor».

Victoria Romanovna, en la actualidad, está inmersa, entre otras cosas, en la Fundación Imperial, con la que ayuda a los desfavorecidos junto a su esposo: «Nosotros ayudamos a todos. Las dificultades no tienen pasaporte. No pedimos de dónde vienen ni a qué religión pertenecen. Si hay que ayudar, se hace». La escritora italiana quiere recalcar que su ayuda humanitaria no tiene nada que ver con la política. Es algo que les nace. «Los niños son el futuro. Por eso, no puedes decir a este niño sí y a este no. No sería justo», explica la esposa de Jorge Romanov sobre los motivos por los que han dado soporte tanto a los ucranianos como a los rusos en medio del conflicto bélico. También se desplazan a distintos puntos del mundo para recaudar fondos y destinarlos a la ciudad en la que se encuentren.

«Nuestra relación con otras Casas Reales es como de familia. No es costumbre hacernos fotos y publicarlas, las guardamos para nosotros»

Victoria Romanovna

Esposa de Jorge Romanov, actual pretendiente al trono ruso

La labor que llevan a cabo es independiente al trabajo que ejercen en el día a día. Y es que, contra lo que muchos piensan de la vida de los 'royals', tanto ella como el hijo de la gran duquesa de Rusia se esfuerzan por sacar a la familia adelante: «Siempre hemos trabajado. En mi caso, comencé a trabajar a los 16 años haciendo traducciones para ganar dinero. Somos gente muy activa». Además, «el teletrabajo nos ha ayudado mucho» para conciliar la vida laboral con la familiar. No obstante, algunas citas requieren de su presencia. Hace una semanas, acudieron a Malta para un evento cultural que homenajeaba a la Princesa Victoria Melita de Sajonia-Coburgo y Gotha: «Tuvo una vida extremadamente dura y complicada. Su vida bien merece una película o un documental». También fueron para dar visibilidad, mediante su fundación, al autismo, el trastorno que han tratado en un cortometraje que ha ganado 12 premios internacionales.

Querer ayudar a los demás es algo que aprendió cuando era tan sólo una niña y que quiere transmitir a su primogénito: «Viví en sitios desfavorecidos en los que faltaban medicamentos. Recuerdo que mi madre siempre llevaba cosas para ayudar a los países a los que íbamos». Victoria Romanovna confiesa que es algo asiduo entre el grupo de nobles y 'royals' con el que el matrimonio tiene relación. También quiere recalcar que su relación con otras Casas Reales es «como de familia. Hacemos cosas de lo más normales como comer una pizza». La Princesa zanja así los rumores sobre si sólo se reúnen cuando hay un evento público e importante: «No es costumbre hacernos fotografías y publicarlas. Si las hacemos, las guardamos para nosotros».

Haciendo un repaso de cómo ha cambiado la Familia Imperial Rusa desde la llegada del comunismo, la esposa de Jorge Romanov lamenta que «el Gobierno haya intentado dar una mala reputación a la dinastía Romanov durante más de 80 años» ya que «pertenecen a la historia común. No solo de Rusia. La cultura y la historia son patrimonio de todos. Por eso, nosotros estamos contentos con el trabajo que hacemos para ayudar a la gente». Por último, la Princesa Victoria Romanovna nos confiesa que sigue escribiendo aunque «lo hago por pasión, no como escritora profesional. Los libros que he escrito han sido dedicados a sitios donde he vivido. Busco capturar la esencia del país y transmitirlo. Aunque haya ficción, que ese sea el jugo».