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Un tanga rosa y aroma a Dior Poison: las pistas que llevaron a las novias de Robatto a descubrir sus infidelidades

Sigue aumentando el número de mujeres agraviadas por la voracidad amatoria del diputado de Vox.

Sigue aumentando el número de mujeres agraviadas por la voracidad amatoria del diputado de Vox.
Coco Robatto, retratado para Libertad Digital. | David Alonso Rincón

La historia de infidelidades de Jacobo Robatto, el diputado de VOX que está dando que hablar estos días más por su vida personal que por sus iniciativas parlamentarias, sería un caramelo para los tabloides británicos. El político tiene suerte de que este culebrón se haya producido en España, donde los líos de faldas de los mandatarios pasan más desapercibidos. Sin embargo, a la cronología de su voracidad amatoria, se suma el relato de las agraviadas y cómo supieron éstas que les estaban poniendo tremendos "cocos".

La historia que destapó Bárbara Lobato la semana pasada "sin ánimo de venganza", según sus propias palabras, y con la intención de poner sobre aviso a otras posibles víctimas, va camino de convertirse en el culebrón político de la temporada.

Esta mujer con perfil público en Instagram, licenciada en Derecho, carrera que se sacó mientras criaba a sus hijas, denunció hace unos días que Jacobo, alias "Coco" Robatto, el hombre con el que llevaba un año conviviendo, le estaba siendo infiel con otra mujer. Y no era su ex, la influencer de éxito Rocío Osorno. "Voy a hacer lo que me gustaría que hicieran si yo estuviera en el lugar de esa otra persona… No tengo ni tiempo ni ganas de odiar a nadie, ni hay maldad en estos stories", escribía sobre una foto en la que se veía al político junto a las dos hijas de Bárbara soplando las velas de una tarta.

Después añadía otra imagen de la pareja mientras se abrazaban y contaba que había roto con él al descubrir su doble vida: "Tiene a la vez una relación desde hace meses, estable, con otra chica. Ella no sabe de mi existencia al igual que ella no sabía de la mía". Bárbara y Coco mantenían una relación formal. Dos años de noviazgo y un año y medio de convivencia intermitente con cumpleaños compartidos, viajes en familia "a seis", con las dos niñas de Bárbara y los dos de él, e incluso Navidades juntos con los padres del político.

Era la manera de Bárbara de denunciar que Robatto llevaba meses siéndole infiel. Con "la otra". Esa mujer desconocida que todavía no tiene nombre pero cuya inicial podría corresponder a la letra "M", porque era la que aparecía misteriosamente en el teléfono del diputado de Vox cuando ella le llamaba. Poco después, hacía acto de presencia "la tercera". Se trata de Carolina Brid, otro bellezón que recurría a un comunicado emitido por una agencia para aclarar su situación con el político.

Brid, más acostumbrada a los medios, ya que ganó el concurso de Miss Panamá en 2013 y ha colaborado en diversas acciones sociales con Vox, aseguraba en este texto de la agencia Lance que había cesado "cualquier vínculo de comunicación con Robatto desde marzo de 2024, tras descubrirse que el diputado mantenía una relación paralela con otra mujer". Y añadía que Carolina es "simplemente una más de las afectadas por las acciones del diputado".

En declaraciones a la Crónica Rosa de Es La Mañana de Federico, Brid pide quedar fuera de este asunto: "Han sido días muy tristes y difíciles. Por eso prefiero recargar un poco energías para enfocarme en lo que realmente vine a hacer en España: trabajar por los proyectos en favor de la niñez y los derechos de la mujer". Y añade: "Rezo por él y por su conversión".

El tanga rosa y el aroma a Dior Poison

Lo más rocambolesco de toda esta historia es cómo unas y otras descubrieron que Robatto no era hombre de una sola mujer. Una de las afectadas se encontró entre la ropa sucia un tanga de color rosa que no pertenecía a su ajuar. Fue directamente al político para conocer su procedencia. Y la respuesta fue la típica del infiel cazado con las manos en la masa. Se defendió asegurando que alguien lo habría puesto entre sus cosas en el gimnasio con la intención de hundirle.

A eso hay que añadir el poderoso aroma del perfume Poison Dior que exhalaba el diputado voxero por sus poros y que no era el que usaba esta agraviada. Si alguna sospechaba, explicaba sin apuro que se trataba de "una prima".

Suma y sigue

El problema de toda esta historia es que todavía quedan nombres por salir. A Bárbara, Carolina y la desconocida "M", podría sumarse otra mujer cuyo nombre también empieza por esa letra y que podría compartir profesión con él. Y no sería la única. Porque se habla de una tal "Cris" con la que también tuvo relación mientras estaba con las otras y que decidió cortar con él sin publicitario cuando vio a unas niñas, supuestamente las hijas de Bárbara, montadas en su coche. Un vehículo muy característico con el que Robatto se pasea por España. Lo que no se sabes es si antes, durante o después.

Tampoco hay que obviar la hipótesis de la venganza, pero no la de Bárbara u otra ex. Robatto tiene enemigos que empiezan a salir de debajo de las piedras. En el mundo de la política y en el periodismo, y no van a dudar a la hora de atacarlo en su punto débil: las faldas.

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