Suscripción digital a Historia National Geographic por solo 1,99€ al mes . ¡Solo 500 suscripciones!
Consigue el Especial Oppenheimer de National Geographic a un precio exclusivo por ser suscriptor.
La Guarida del Lobo, en alemán Wolfsschanze , era el nombre en clave del mayor (y seguramente más famoso) cuartel general de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial . Localizado en lo que antes era Prusia Oriental y hoy es Polonia, su nombre en alemán deriva de la palabra "lobo" (un apodo que también adoptó el propio Hitler).
Construido en 1941 durante la ofensiva alemana contra la Unión Soviética, este recinto fue el escenario en el que el 20 de julio de 1944 el general Claus Schenk von Stauffenberg intentó poner en marcha la que ha pasado a la historia como Operación Valquiria , cuyo objetivo era perpetrar un atentado contra Hitler, aunque el intento (como, por otra parte, todos los atentados contra el Führer) terminó en fracaso.
Con el avance del Ejército Rojo, el complejo fue abandonado tres años después, y a pesar de que Hitler ordenó su demolición con potentes explosivos, la Guarida del Lobo permaneció en pie, aunque seriamente dañada. A pesar de que en la actualidad se ha convertido en una popular atracción turística, la Guarida sigue ocultando escalofriantes secretos, como el que acaba de sacar a la luz ahora un equipo germano-polaco de aficionados a la arqueología y la historia.
más Interrogantes que respuestas Y es que la casualidad se ha aliado con estos investigadores aficionados, que llevan años trabajando en el lugar con el apoyo de la organización de investigación histórica Fundacja Latebra, mientras se encontraban excavando en la antigua casa que el comandante en jefe de la Luftwaffe, Hermann Göring, tenía en la Guarida. Durante los trabajos salieron a la luz los restos óseos de cinco personas , tal vez de la misma familia, entre ellas un recién nacido, a los que les faltan las manos y los pies.
El macabro hallazgo se llevó a cabo cuando Jens Hfalek, uno de los miembros del equipo, observó los restos de un antiguo suelo de madera, empezó a excavar y, a unos diez centímetros bajo tierra, encontró tuberías de agua... y un fragmento de cráneo humano.
La casualidad se ha aliado con estos investigadores aficionados mientras estaban excavando en la antigua casa de Hermann Göring en la Guarida del Lobo.
Imagen de Hitler (izquierda) junto a Robert Ley (centro) y Hermann Göring (derecha) en la Guarida del Lobo en 1942.
Imagen de Hitler (izquierda) junto a Robert Ley (centro) y Hermann Göring (derecha) en la Guarida del Lobo en 1942.
Bundesarchiv (CC-BY-SA 3.0)
Hasta este momento se creía que la casa de Hermann Göring en la Guarida del Lobo ya había sido excavada en su totalidad, pero este trágico descubrimiento ha obligado a la fiscalía polaca a abrir una investigación para tratar de averiguar si estas personas fueron víctimas de los crímenes de guerra cometidos por los nazis, y a buscar respuestas al sinfín de interrogantes que se han abierto tras el descubrimiento.
¿Quiénes fueron estas personas? Uno de los principales interrogantes que se plantea es el de conocer la identidad de esas personas, cuáles fueron las circunstancias de sus terribles muertes y, quizá la más importante, ¿estaba Göring al tanto de estas y otras muertes que se produjeron en aquel recinto? Oktavian Bartoszewski, editor de la revista Reliquias de la Historia y miembro del equipo, ha dicho lo siguiente sobre el hallazgo: "Nos quedamos completamente sorprendidos. Multitud de cazatesoros han recorrido el sitio a lo largo de décadas. Un descubrimiento como este te pone la piel de gallina, no es agradable".
Algunos de los interrogantes que se plantean ahora es conocer la identidad de aquellas personas o cuáles fueron las circunstancias de sus terribles muertes.
Vista actual del interior del búnker de la Cancillería localizado en la Guarida del Lobo.
Vista actual del interior del búnker de la Cancillería localizado en la Guarida del Lobo.
Adam Jones (CC BY-SA 2.0)
Bartoszewski asegura que lo más probable es que los cuerpos fueran enterrados después de la construcción de la casa, ya que de otro modo "el personal que colocó las tuberías habría descubierto los restos humanos". Se especula con que el propio Göring supiera de la existencia de los cuerpos, sin embargo no se descarta la posibilidad de que estos fueran enterrados al término de la Segunda Guerra Mundial o que tal vez fueran víctimas de un crimen que no tuviera nada que ver con los nazis.
"¿Pero, por qué matar a una familia entera?", se pregunta Bartoszewski. "Mientras no sepamos la antigüedad de los esqueletos, todo son solo hipótesis. Hay un cementerio cerca, ¿entonces por qué los enterraron aquí y no allí? También había un manicomio en las cercanías, y uno de los esqueletos tiene la mandíbula deformada y la columna torcida", apunta asimismo Bartoszewski con desconcierto.
Finalmente, el investigador también resalta el hecho de que ninguno de los cuerpos lleve ni ropa ni otros objetos personales. Este hecho, junto con la enigmática y sorprendente amputación de los pies y de las manos, hace sospechar a Bartoszewski que ambos acontecimientos (despojarlos de sus bienes y las amputaciones) se llevaron a cabo antes de enterrar los cuerpos allí. Todo ello, según comenta, no hace más que añadir más misterio a este macabro hallazgo. La investigación abierta tratará ahora de resolverlo.