Historias perdidas del anarquismo paraguayo (VIII). El caso de Renovación, 1920-1926

Continuamos con la serie histórica del investigador Mariano Damián Montero sobre la casi desconocida historia del anarquismo en Paraguay. En esta nueva entrega, conoceremos un periódico anarquista que agitó la década de «los locos 20».

Juan Deilla, uno de los colaboradores de Renovación (Duarte, Ciriaco, El Sindicalismo libre en el Paraguay, Asunción, R. Peroni, 1987).
Juan Deilla, uno de los colaboradores de Renovación (Ciriaco Duarte, El Sindicalismo libre en el Paraguay, Asunción, R. Peroni, 1987).

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Hoy abordaremos brevemente el periódico anarquista que más tiempo estuvo en la calle en el Paraguay: Renovación, vigente entre 1920 y 1926. Se trata de otra de las víctimas de los «archivos imperiales» –expresión utilizada por Horacio Tarcus– y de la desidia de las autoridades paraguayas, ya que no existe una colección del mismo aquí en Asunción, pero sí en el Instituto Internacional de Historia Social de Ámsterdam.

Con una frecuencia quincenal –interrumpida por muchos períodos–, el periódico asumió como identidad el «Comunismo Federalista» y el «Socialismo Anárquico», lemas que aparecían en su portada, además de reivindicar los principios del V Congreso de la FORA. Sus referentes teóricos internacionales fueron Eliseo Reclus, Mijail Bakunin, Piotr Kropotkin y Anselmo Lorenzo. No se cuenta con información de quién o quiénes lo dirigieron, solo de sus «administradores» en diferentes etapas, Jorge Tavarino, M. Larrosa y Mauricio Alfonzo, este último secretario general de la Sociedad de Resistencia de Obreros Ebanistas, Similares y Anexos entre 1921 y 1923. Su sede se encontraba sobre la calle Piribebuy 26, en el mismo local del CORP, constituyéndose en un vocero no oficial de este. Por sus páginas desfilaron algunos de los dirigentes anarcosindicalistas más reconocidos de aquellos años, como Ignacio Núñez Soler, Juan Deilla –bajo el pseudónimo de «Florencio Liberté»–, Carlos Irala y Eugenio Charles, entre otros. De acuerdo a los datos ofrecidos en sus páginas, llegó a alcanzar una tirada de 1500 ejemplares para septiembre de 1923, que se contradice con los permanentes llamados a apoyar a la hoja.

Un punto interesante es el discurso y la representación de la historia paraguaya que surgen de sus páginas, críticas de la dictadura de Gaspar Rodríguez de Francia y los gobiernos de los López. Solo como muestra, en «Obrerismo y nacionalismo», Carlos Irala afirma: «El lopizmo, que ha tomado cuerpo en el alma de una parte de la juventud intelectual del Paraguay, encarna el sentimiento nacionalista. De ahí que el proletariado militante no puede ser ni debe ser lopizta, a pesar de que los llamados antilopiztas, son tan nacionalistas como aquellos» (2).

Otro aspecto llamativo fue un sistemático cuestionamiento a la juventud universitaria, expuesto crudamente en varios números, donde critican su falta de contacto con los trabajadores. Esta provocación parecería haber tenido efecto, teniendo en cuenta la alianza entre obreros y estudiantes materializada en el Nuevo Ideario Nacional en 1929-1931.

La ausencia en sus páginas de críticas a otras corrientes del anarquismo parecería abonar la hipótesis de que en el Paraguay no existieron divisiones similares a las vividas, por ejemplo, en Buenos Aires, entre los partidarios del periódico La Protesta –más moderados– y los de La Antorcha –más radicales–. En cambio, los dardos contra el régimen bolchevique en Rusia –a partir de 1921– y contra los incipientes núcleos comunistas paraguayos a partir de 1923 fueron constantes.

Con respecto a lo anterior, la operación realizada por los redactores de Renovación fue la de disociar la «Revolución Rusa» –reivindicada por ellos– del gobierno de los bolcheviques, a quienes consideraban usurpadores de dicha revolución. La única excepción a esta posición fue Eugenio Charles, quien en octubre de 1923 escribió un artículo en el que declaraba su esperanza en la Revolución Rusa. A esto se sumó el cuestionamiento de la categoría de «dictadura del proletariado», de la que siempre se subrayó esa especie de aporía, de la imposibilidad de su misma constitución (3).

En septiembre de 1923 apareció el primer núcleo comunista en Asunción y se anunció la participación en las elecciones legislativas del «Partido Comunista». Esto provocó que aquellas críticas dirigidas al régimen bolchevique se desplazaran hacia esta nueva agrupación política en el Paraguay. Un aspecto llamativo de esta nueva rivalidad fue que en las páginas de Renovación se publicaron solicitadas firmadas por J. A. Cardoso y José Ibarrola en las que estos denunciaban haber sido incluidos en la lista de candidatos del Partido Comunista sin su consentimiento.

El primero expresó: «Como he sido siempre un obrero del ideal más bello que existe en el pensamiento humano, es decir un Anarquista de Verdad, no puedo aceptar el Parlamento. Tal vez por equivocación de los componentes del nuevo Partido Comunista hicieron figurar mi nombre en la lista de candidatos para las próximas elecciones» (4). Y el segundo afirmó: «Recién en esta fecha me entero de que el titulado Partido Comunista, me ha hecho figurar como candidato a Senador en las últimas elecciones. Declaro por la presente que nunca pensé en la locura de ser senador, ni pertenecí al partido ese (…) Obrero y secretario de la Sociedad de Repartidores de Pan adherida al Centro Regional, consideraría esa participación como una vergüenza» (5). El posterior vínculo de estos dos obreros con los comunistas paraguayos deja abierta la posibilidad de que hayan cambiado de opinión bruscamente –el mismo Obdulio Barthe lo hizo en su momento– o de que se haya tratado de una falsa información por parte de los redactores de Renovación en su enfrentamiento con la nueva agrupación política.

Dejó de publicarse hacia mediados de 1926, dejando al anarquismo paraguayo huérfano de un medio de prensa por veinte años, hasta la aparición de Cultura Socialista en 1946. Pero esa es otra historia… (6).

Referencias

(1) Texto redactado con informaciones y datos contenidos en el capítulo «”Nuestros primos, los Bolches”. Dos momentos en la representación de la Revolución Bolchevique y el régimen soviético por el anarcosindicalismo paraguayo: los casos de Renovación (1920-1926) y Cultura Socialista (1946)», de Mariano Damián Montero, que formará parte de un volumen colectivo coordinado por el historiador chileno Santiago Aránguiz Pinto, con el título tentativo de La Revolución Bolchevique, el régimen soviético y el anarquismo en América Latina (1917-1955), a publicarse aproximadamente a fines de 2024.

(2) Renovación, Año III, No. 31, Asunción, 15 de junio de 1926.

(3) «Los problemas de mañana. La dictadura del proletariado», Renovación, Año III, No. 18, Asunción, 1 de mayo de 1922, publicado originalmente en Temps Nouveaux, de París.

(4) «Mi candidatura», Renovación, Año III, No. 21, Asunción, 27 de septiembre de 1923. Aunque esta información se contradice con otra, según la cual J. A. Cardoso, «comunista», se encontraba en prisión (Renovación, Año III, No. 22, Asunción, 20 de octubre de 1923).

(5) «Rectificando», Renovación, Año III, No. 24, Asunción, 21 de noviembre de 1923.

(6) La Palabra (1930-1931), vocero del Nuevo Ideario Nacional, no constituyó un periódico netamente anarquista, y Emancipación (1941), en el que estuvo involucrado Ciriaco Duarte, tuvo una vida efímera.

*Mariano Damián Montero es profesor de historia, recibido en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), investigador y autor de artículos sobre historia reciente del Paraguay publicados en revistas de diversos países, así como de los libros Agapito Valiente. Stroessner kyhyjeha (Editorial Arandurã, 2019) y Obras completas de Lincoln Silva (Editorial Arandurã, 2021).

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