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Red - Análisis

Pixar vuelve a demostrar su mejor tono

Crítica de Red, Pixar vuelve a demostrar su mejor tono

Siguiendo los pasos de Luca, Red prepara su estreno en Disney+ sin llegar a las salas de cine. Una decisión que pondrá esta nueva película de la autora de Bao al alcance del gran público, el 11 de marzo, cuando vea la luz en la plataforma de pago. Si quieres saber si es hora de ir comprando palomitas para el próximo viernes, si puedes verla con los peques de la casa y a qué público va dirigida, esto es lo que me ha parecido.

El templo del panda rojo

Pixar da un paso más en su camino alejándose de las ya manidas princesas con un largometraje que toma el Toronto de principios de milenio como escenario único para su historia. El conflicto generacional vuelve a ser el eje central de esta nueva narración que nos habla de la familia Lee, dueños del templo más antiguo de Toronto, y su devoción a los ancestros. Su hija única, Meilin, es la niña perfecta. Una chica de 13 años estudiosa que compagina su trabajo en el templo con las clases de flauta y los cada vez más abundantes deberes de la escuela.

Es en el cole donde Meilin se muestra como realmente es. Una chica con una personalidad arrolladora, divertida, imparable... y que con la ayuda de sus amigas, cada una con su propia personalidad y estilo, son capaces de hacer frente a cualquier cosa y salir airosas de la no tan dura vida en secundaria. Todo cambia cuando un buen día Meilin empieza a pensar en los chicos de una forma que, hasta el momento, había reservado para los miembros de 4-Town, la boys-band que tiene a todas con las hormonas desatadas. Será ese el punto de inflexión que desatará toda la trama de la película.

Bendita adolescencia

Red pone el punto de enfoque del conflicto generacional en Mei-Mei y sus amigas, alejándose de esa trama de mentiras a medias y engaños que pudimos ver en Encanto y optando por un punto de vista más optimista. La presencia de un número menor de personajes que en las desventuras de la familia Madrigal hace que la narración sea más completa. Se centra mejor en el grupo de chicas y profundiza en la personalidad de cada una, su relación y lo que les une en su paso por secundaria. Pixar consigue así un ritmo mucho más llevadero y divertido huyendo de las canciones como forma de explicar la trama y centrándose en los hechos y los diálogos. En lo que está pasando en este momento en la pantalla. Todo esto da lugar a un montón de situaciones divertidas en las que es imposible evitar alguna carcajada.

El grupo protagonista funciona muy bien tanto en conjunto como por separado, siendo el eje central alrededor del que orbita el resto de personajes, incluidos compañeros de clase, padres y hasta la familia lejana de Mei-Mei. Esto no evita que veamos una evolución en todos ellos según va desarrollándose la historia, en la que no faltan algunos secretos muy previsibles que lejos de molestar hacen que sea grato poder adelantarnos a lo que sucederá a continuación para disfrutar, sobre todo, del desarrollo de los acontecimientos.

De niña a ¿mujer?

Uno de los elementos que más llaman la atención de Red es cómo se atreve a hablar sin tapujos de algunos tabúes de hace varios siglos, especialmente relacionados con la adolescencia. Más allá de la menstruación y las compresas, el Gran TemaTM de los que tenemos hijas que ya rondan esa edad, Red también nos habla de niñas fuertes, hormonas desatadas y atracción sexual. Esos primeros sentimientos que tienen más que ver con tabletas de chocolate en el estómago y miradas lánguidas que con príncipes de tierras extranjeras capaces de matar a un dragón o despertar con un beso de amor a una desconocida. El tono desatado y directo con el que la película trata estos temas son, con diferencia, lo mejor de Red. Se convierte así lo más llamativo, ese panda rojo que protagoniza la carátula de la película, en una mera excusa con la que poder contar la historia a todos los públicos, construyendo así la que sin duda es la mejor metáfora que ha creado Disney hasta la fecha.

Tras dirigir Bao y convertirse en la primera mujer en dirigir un corto de Pixar, Domee Shi coge todo lo aprendido y lo vuelca en el guión y dirección de Red. Con una elegancia sin tapujos y de forma muy directa nos ofrece una obra que puede ser disfrutada por todo tipo de público. Si bien está especialmente destinada al público adolescente y es ideal para ver en familia a estas edades, los más pequeños de la casa se reirán a carcajadas con los momentos más estrepitosos mientras los que ya tallamos canas podremos aprender un par de cosas acerca del respeto a los propios hijos y dejar que sean quienes realmente son. Una lección que ya pudimos disfrutar el Luca y que nunca viene mal recordar, sobre todo en edades tan sensibles en las que hay que recordar que no somos dueños de nuestros hijos, tan sólo acompañantes en los primeros pasos de su gran aventura.

Ganas de seguir viendo a esta Pixar

Pixar vuelve a demostrar en Red que trabaja mejor sin presión, cuando el lanzamiento no es 'tan importante' y no lleva detrás un gran presupuesto y la necesidad de convertirse en el próximo gran taquillazo. Tras Onward y Encanto, que se me hicieron muy justitas en lo que querían contar, Red vuelve a repetir la magia de Luca. Domee Shi se las arregla para firmar una película que nos habla de tradición, adolescencia, magia y familia, sin que todo esto resulte un tremendo tostón y consiguiendo que estemos riendo los más de 90 minutos que dura la obra y que dejan con ganas de más. Sin embargo, es más allá de la risa y del buen rato que supone su visionado donde Red oculta sus auténticas joyas. Lecciones que nos hablan de niñas que pueden enfadarse y sufrir ataques de ira igual que cualquier chico, padres y madres que se limitan a repetir los errores que sufrieron en el pasado y ese paso de niña a mujer que no debería ser más que una función fisiológica y no la señal de un primer paso hacia la sobrevalorada la madurez.

En lo visual, Red funciona con un estilo gráfico muy parecido al que ya vimos en Bao, más depurado y cargado de guiños a otras obras de Pixar pero con una personalidad propia que la convierte en algo muy especial dentro del catálogo del estudio. El diseño de Mei-Mei y sus amigas en ese paso de la niñez a la adolescencia, el aspecto de la familia e incluso el de los miembros de 4-Town cuentan una historia a través de sus rasgos, sus complementos y su estilo. Algo en lo que se apoya la animación, a veces realista, a veces disparatada, saltando de lo real a lo mágico pero con un resultado igualmente sobresaliente en todo lo que muestra en pantalla.

En resumen, Red propone una historia apta para todo tipo de públicos, o al menos para todo el público que no viva en el pasado. Una película que te deja con la sensación de ser mejor persona tras haberla visto y que me ha dejado con unas ganas locas de volverla a ver, esta vez en compañía de mi hija de diez años y de mi pareja, para poder comentar tranquilamente todo lo que en ella sale. Es más que posible que la sensibilidad no sea la misma para todos los espectadores y que dependa mucho de la situación familiar el poder disfrutar de unos u otros elementos de la misma. Sin embargo, las risas están aseguradas y es imposible terminar de ver esta película sin caer perdidamente enamorado del gran trabajo de Shi y su equipo.

¡Nos leemos!

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Crítica de Red, Pixar vuelve a demostrar su mejor tono

8
Muy bueno
Red es una película disfrutable, divertida, y un imprescindible si tienes futuros adolescentes en casa
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