Biografia de Marlene Dietrich

Marlene Dietrich

(Marie Magdalene Dietrich; Berl�n, 1901 - Par�s, 1992) Actriz cinematogr�fica alemana. Hija de un polic�a y de una dama de buena cuna, desde muy peque�a recibi� una formaci�n muy severa que cuidaba tanto sus modales y educaci�n como su manera de vestir. Esta formaci�n y sus aptitudes musicales la introdujeron en el mundo del cine como miembro de orquestas que acompa�aban a las proyecciones de cine mudo.


Marlene Dietrich

Con apenas 19 a�os (en este momento ya se presentaba como Marlene, apelativo que surgi� de la fusión de su verdadero nombre, Marie Magdalene) fue rechazada por el director teatral Max Reinhardt cuando intent� entrar en la Deutsche Theaterschule, aunque dos a�os m�s tarde lo conseguir�a, y durante un tiempo altern� sus clases con breves apariciones en otros espect�culos y algunas pel�culas dirigidas por Georg Jacoby (Los hombres son como esto, 1922) o William Dieterle (Un hombre al borde del camino, 1923), entre otros.

Se cas� con Rudolf Sieber en 1924, tras conocerse en el rodaje de Tragedia de amor, de Joe May, y comenz� a ser reclamada para diversos papeles por directores como George W. Pabst (Bajo la m�scara del placer, 1925), Alexander Korda (La moderna Du Barry, 1926) y Gustav Ucicky (Cuando la mujer pierde su camino, 1927).

Pero el momento m�s importante de su carrera fue sin duda cuando Josef von Sternberg la llam� para interpretar el papel de Lola-Lola en El �ngel azul (1930), pel�cula emblemática del brillantísimo tándem que formaron y de la historia del cine; un relato sobre la degradación humana en el que Marlene/Lola despierta una encendida pasi�n en todos los que se mueven a su alrededor.

El �xito y la popularidad que alcanz� tras el estreno de la pel�cula la llev� a Hollywood, en donde la Paramount la contrat� para intervenir en Marruecos (1930) al lado de Gary Cooper, el gal�n del estudio. Fueron dirigidos por Sternberg, quien la tuvo a sus �rdenes en otras cinco pel�culas m�s, cubriendo la etapa m�s interesante de sus respectivas carreras y convirti�ndola, asimismo, en una de las actrices m�s taquilleras de la d�cada de los treinta.

Si en cada uno de sus nuevos trabajos Sternberg supo descubrir en su actriz alg�n detalle diferente, el p�blico la busc� siempre encantado por su deslumbrante presencia y su m�gica expresi�n, sorprendi�ndose con personajes como el de Shanghai Lily en El expreso de Shanghai (1932). Fueron unos a�os de creciente popularidad que finalizaron con la separaci�n art�stica del director y la actriz.


Marlene Dietrich en El ángel azul (1930)
y en El expreso de Shanghai (1932)

Tras este idilio creativo, Marlene Dietrich inici� una nueva etapa en la que trabaj� con directores como Frank Borzage (Deseo, 1936), Richard Boleslawski (El jard�n de Al�, 1936; por este trabajo cobr� uno de los salarios m�s altos del momento) y Ernst Lubitsch (Angel, 1937). A lo largo de los a�os cuarenta trabaj� en todo tipo de producciones, especialmente en westerns como Arizona (1939), de George Marshall, o Los usurpadores (1942), de Ray Enright, junto a James Stewart y John Wayne.

Antes de la Segunda Guerra Mundial obtuvo la nacionalidad estadounidense, gesto que le hizo participar activamente en la venta de bonos y formar parte de las comitivas de artistas que se desplazaron al frente durante la contienda. A lo largo de los a�os cincuenta sus apariciones en el cine fueron m�s espor�dicas; apenas destacan sus trabajos en P�nico en la escena (1950), de Alfred Hitchcock, y Encubridora (1952), de Fritz Lang, uno de su western m�s especiales.

Sus apariciones posteriores dejaron la impresi�n agridulce de quien supo dar todo lo mejor de s� en papeles en donde la belleza, marchita ya por el paso del tiempo, transmite una cierta a�oranza de tiempos mejores. Es as� como se recuerda su trabajo, siempre efectivo, en Testigo de cargo (1957), de Billy Wilder; Sed de mal (1958), de Orson Welles; y �Vencedores o vencidos? (1961), de Stanley Kramer. En los primeros a�os sesenta decidi� abandonar pr�cticamente el mundo del cine, dedic�ndose con intensidad a la m�sica, actuando en directo y grabando numerosos discos tanto en Europa como en Estados Unidos.

Marlene Dietrich se convirti� en uno de los mitos del cine, y como tal fue reverenciada por muchos espectadores que acudieron en masa a ver todas sus pel�culas; fue una actriz con gran variedad de registros expresivos que engrandeci� con sus canciones y actuaciones de baile. Por su fascinante personalidad (arrolladora en muchos instantes de su vida), se convirti� en la mujer fatal arrebatadora y enigm�tica que, m�s all� de representar en sus papeles, interpretaba durante su propia vida. Sus hermosas piernas y la voz ronca han quedado como iconos (visuales y sonoros) representativos de una trayectoria que se movi� en los m�rgenes de un romanticismo abocado, irremediablemente, a la fatalidad.

C�mo citar este art�culo:
Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. «». En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España, 2004. Disponible en [fecha de acceso: ].