La ciudad estadounidense de Los Ángeles no sólo se caracteriza por el ambiente de Hollywood que lo rodea o las luminarias que encandilan a propios y extraños, sino que también tiene un claro historial de muertes destacadas y sobre todo, de asesinos seriales que estaban tras ellas.
Uno de éstos criminales fue Richard Ramírez, un sujeto de mirada oscura a quien se le atribuyó la muerte de 14 personas entre 1984 y 1985, además de una serie de violaciones que nos distinguieron de edad, raza o sexo.
La historia del luego llamado "Acosador nocturno" o "The Night Stalker" se remonta a su nacimiento en el estado de Texas en 1960, cuando siendo hijo de inmigrantes latinos, recibió constantes palizas de su padre, Ricardo Ramírez (ex policía mexicano). De hecho, uno de esos brutales ataques le provocó ataques epilepsia hasta su adolescencia.
Malas compañías
En ese momento de su vida, la misma quedó marcada tras mantener una estrecha relación con su primo, Miguel Ramírez, quien era un militar y veterano de la Guerra de Vietnam, que le mostraba con orgullo fotos suyas violando, torturando, matando y posando junto a los cadáveres de mujeres asiáticas durante el conflicto. Además, Miguel le contaba estrategias para matar y le hizo presenciar a su primo cómo mató a su esposa de un escopetazo en 1973, tras un fuerte discusión.
Todo este combo más su inicio desde pequeño en ciertos robos fueron formando la personalidad de un futuro criminal (dos veces fue detenido por hurto), alguien que sólo en pocos meses mató a 14 personas y que es considerado como uno de los peores asesinos seriales de Estados Unidos.
A los 24 años, Ramírez comenzó con su lista de crímenes y su primera víctima fue Jennie Vincow (una viuda de 79 años) a quien apuñaló, violó y mató en su departamento de Glassell par, en los Angeles.
Sin embargo, con los años se comprobó que unos meses antes de este crimen, Ramírez había matado a Mei Leung, una niña asiática de 9 años en el sótano de un hotel de San Francisco. El asesinato fue muy cruento, ya que no sólo violó a la menor sino que colgó su cuerpo en un tubería, en un hecho que tras la toma de ADN de Ramírez, pudo saber que la había asesinado.
Richard Ramírez: más víctimas en su haber
En marzo de 1985, las víctimas fueron María Hernández, Dale Okazaki y Tsai-Lian Yu, para una semana más tarde, hacer lo propio con Vincent Zazzara y la violación de su esposa.
En tanto, el modus operandi de Richard Ramírez era el siguiente: asesinaba a cualquier persona sin distinción de sexo, edad o raza, utilizaba armas blancas, de fuego y hasta un bate de béisbol, y trataba de matar sin dejar huellas y dibujando signos satánicos en las paredes (era adorador de Satanás), comiendo en la casa de las víctimas y robándoles sus pertenencias.
Su captura tuvo lugar en 1985 y gracias a que una de sus víctimas pudo sobrevivir a un ataque, la mujer que fue violada y su marido muerto por Ramírez, vió como el criminal escapó en una camioneta Toyota de color naranja y llamó al 911. La policía localizó al rodado y logró detenerlo cuadras más adelante, y le tomaron las huellas dactilares al sujeto, quien a pesar de ser detenido casi muere linchado por algunas personas.
Insólitamente, entre fallos y apelaciones el juicio contra Ramírez comenzó en 1989, fue televisado para todo el país y duró algunas semanas, hasta que el Tribunal lo encontró culpable de 14 asesinatos, 5 intentos de asesinato, 11 violaciones y 14 robos, y lo condenó a muerte en octubre de ese año.
El juez del caso sostuvo que los actos de Ramírez "exhibían crueldad, insensibilidad y brutalidad más allá de cualquier entendimiento humano".
En noviembre de 1989, el jurado ratificó su sentencia de varias penas de muerte y lo encerró en la prisión de San Quintín (California), pero su muerte en la cámara de gas nunca llegó porque la justicia sostuvo que su caso era complicado y no pudo establecer una fecha para apelar hasta 2006.
Por otra parte, durante su estadía en la cárcel, Ramírez recibió cartas de Doreen Lioy, una editora de una revista independiente, que terminó casándose con el criminal en la cárcel y asistió al juicio en su contra.
Lo que no pudo hacer la cámara de gas sí lo hizo una insuficiencia hepática, que fue la causal de la muerte de Ramírez el 7 de junio de 2013 en el hospital General de Marin en la ciudad de Greenbrae (California), a los 53 años de edad. Como nadie reclamó su cuerpo, ni siquiera su esposa, el mismo fue incinerado y tirado en un lugar desconocido.
POR G.A.