Esta es una historia llena de disciplina y de cómo, ese valor puede llevar a cumplir sueños.
Hace apenas 4 meses, Santiago Rodríguez Arroyo, un sancarleño de 19 años, le comentó a su padre, José Ignacio Rodríguez Herrara, sobre la aspiración de correr su primer Ironman 70.3 pero, la condición era que la hicieran juntos.
Eso se capitalizó el fin de semana anterior en Venecia, Italia, a donde viajaron para cumplir el sueño: llegar juntos a la meta con una bandera de Costa Rica en sus manos.
El Ironman es un triatlón, es decir, una carrera que combina natación, ciclismo y atletismo. En total, significa 70.3 millas de competencia.
Aunque es la sexta competencia para José Ignacio, el valor sentimental de esta al correrla con “Santi”, se traduce en lágrimas de orgullo.
“Hace cuatro meses me llamó al trabajo y me dijo que quería hacer un Ironman y ni bicicleta tenía. Compramos una bici usada y empezó a andar por Ciudad Quesada, Florencia y eso fue hace cuatro meses y se vino acá, de una vez”, contó el orgulloso padre.
La disciplina es parte de la vida del joven quien entrena hasta tres veces por día. La preparación que inició, la documentó toda en sus redes sociales para inspirar a otros jóvenes por medio de su Instagram @santidiscipline.
“La verdad lo disfruté demasiado y quiero seguir aprendiendo más y superándome a mi mismo cada día que pasa. Lo primero de todo es agradecer muchísimo el apoyo tan masivo que he recibido en tan poco tiempo, ha sido un honor que disfruten del contenido”, dijo el joven.
Ambos relataron que lidiaron con el agua muy fría en la natación; calles en mal estado para el ciclismo y, una media maratón en la que las piernas ya no daban pero sí, la fuerza y la voluntad.
Hoy por hoy, el orgulloso padre amante de estos deportes extremos asegura que puede morir tranquilo mientras su disciplinado hijo, aspira a comerse el mundo de la mano del deporte.