Cripta Imperial de Viena — Viaja, descubre, experimenta
Calavera de la Cripta Imperial de Viena
Austria,  Europa,  Viajes,  Viena

Cripta Imperial de Viena

Pasear por las calles de Viena conlleva un descubrimiento constante: palacios, iglesias, estatuas, fuentes, parques, museos, arte… No dejamos de mirar hacia arriba con la boca entreabierta y sorprendida, ni de admirar lugares, comidas o cervezas. Pero también hay alguna visita que rompe este discurrir de turista sorprendido y nos lleva a otro estado. Es el estado del turista sobrecogido. Quizá haya otros adjetivos más acertados, pero creo que bajar hasta la Cripta Imperial de Viena y andar entre 150 muertos de los famosísimos Habsburgo es, como poco, sobrecogedor.

Qué es

Bajo la Iglesia de los Capuchinos y desde hace cuatrocientos años, esta orden mendicante ha sido la guardiana de las tumbas imperiales de los Habsburgo. Fue la emperatriz Ana del Tirol quien fundó el monasterio y la iglesia en 1618. Tras la construcción de la Bóveda de los Fundaderos, que es donde descansan ella y su marido, Matías I, las criptas se han ido ampliando continuamente hasta 1960, año de la última ampliación.

Desde entonces, la mayor parte de los herederos y familiares del Sacro Imperio Romano Germánico han sido sepultados aquí. De hecho, también se encuentra entre las tumbas la de la última emperatriz, Zita, que falleció en 1989 y que tuvo prohibida su entrada a la República de Austria hasta 1982.

La famosísima Sisi, Isabel, descansa también en una de estas bóvedas, junto con el sarcófago de su esposo, el emperador Francisco José, y el de su hijo, Rodolfo.

Tumba de Sisi, Francisco José y Rodolfo

Su interior

No nos vamos a engañar: la entrada es cara. Si no vamos especialmente sobrados de dinero, nos vamos a plantear si de verdad merece la pena. No es más de media hora de visita, al fin y al cabo. Supongo que depende de cuánto estemos interesados en este tipo de turismo. Si somos aficionados a la historia, es sin duda una visita obligatoria. Si nos da bastante igual, es mejor no gastarse casi ocho euros para unos minutos viendo tumbas.

Ahora bien, sin tener por qué ser aficionados, me parece una visita particularmente interesante por varias razones. Está bien salirse del turismo convencional (admirar edificios y paisajes) para adentrarse en la pura historia. No son ya las habitaciones o los jardines majestuosos de palacios como Hofburg o Schönbrunn, donde también, por cuestiones evidentes, se respira historia, sino algo más allá. Aunque quizá pueda resultar en parte macabro, estamos entrando en la más inmediata intimidad de las personas que tejieron el discurrir de los acontecimientos históricos durante cuatro siglos dentro y a través del Sacro Imperio Romano Germánico.

Sarcófago de la Cripta Imperial de Viena

Moverse entre las tumbas de la Cripta Imperial de Viena es viajar desde comienzos del siglo XVII, al inicio de la visita, hasta el propio siglo XX, donde concluye la cripta. Hay un cierto olor intenso que sin ser desagradable quizá hable de las 150 personas que contienen los sarcófagos. Pero habla, sobre todo, la decoración que los cubre: desde una expresión sencillísima, como es la de los ataúdes de plomo de los fundadores, hasta el rococó más intenso.

Y entre toda esa decoración, lo que más llama la atención es el significado que se desprende: pulvis sumus. Hasta estas personas tan sumamente poderosas son polvo, y al polvo vuelven. Por eso, la profusa decoración, más que un grito de vanidad propia de ricos, es el mensaje de la certeza de la muerte para todos, emperadores o campesinos. Así, multitud de calaveras y huesos desnudos decoran los sarcófagos, desvalorizando las coronas y los títulos que los acompañan.

Sarcófago con calavera

Encontrar esas calaveras desdentadas y la presencia de los huesos tallados fue chocante por la parte en que no es algo que se espera encontrar en una cripta imperial. Pero no fue eso lo único o lo más llamativo. Hay figuras de mujeres, con solo el busto o de cuerpo completo, que se muestran con un velo cubriéndole el rostro, ajustándose a su expresión. Fueron esculpidos como espíritus protectores en duelo para velar sobre los sarcófagos. Resultan un tanto escalofriantes, tétricos.

Sarcófago con mujer con velo

Pero hay otra cosa más inquietante y conmovedora. Son los pequeñísimos sarcófagos donde descansan aquellos bebés o niños que murieron a edades muy tempranas. A veces, incluso, sobre ellos reposa un pequeño cuerpo de niño que representa al que contiene. También resulta tétrico. Y triste.

Horario

Abre todos los días de 10:00 a 18:00, menos los jueves, que abre a las 9:00. La última entrada es a las 17:30.

Cómo llegar

Se puede llegar a la Cripta Imperial de Viena en metro (lo más cómodo y fácil) o autobús. Además, no es necesario desviarse apenas del resto de visitas principales de la ciudad, porque está muy cerca de otros lugares de interés del centro, como la Biblioteca Nacional, el Palacio Imperial de Hofburg, la Catedral de San Esteban (Catedral de Viena o Stephansdom), la Ópera Estatal, etc.

Precio

El precio de la entrada varía según la situación:

  • Adultos: 7,50€
  • Grupos de más de 10 personas; mayores de 60 años; estudiantes de menos de 27 años; personas discapacitadas: 6,50€.
  • Menores (6-18 años): 4,50€
  • Familia (2 adultos y 4 niños): 16,50€

También, la entrada sale un poco más barata (o menos cara) si tenemos la Vienna City Card, en cuyo caso nos costaría 6€. Esta tarjeta sirve para viajar «gratis» en transporte público (que, por cierto, no es precisamente barato) y para tener precios reducidos en atracciones turísticas de Viena, como es el caso de la Cripta Imperial. Podéis encontrar más información sobre ella aquí. Otra tarjeta que también se suele utilizar al visitar esta ciudad es la Vienna Pass, que tiene acceso «gratuito» a más de 60 atracciones, entre ellas esta. No obstante, por el precio que vale es importante considerar si de verdad se va a amortizar. Más información aquí.

Por si os interesara hacer la visita escuchando explicaciones y entrando más de lleno en la historia de los Habsburgo, podéis solicitar un tour guiado, por el que se sumarían 3€ al precio de la entrada (u 8€ para un tour en familia). Se puede consultar en su web qué días, a qué hora y en qué idiomas están disponibles.


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