El huipil forma parte fundamental del arte textil de México y de algunos países de Centroamérica como Guatemala, El Salvador y Nicaragua, y es una herencia de los pueblos precolombinos para el mundo.

El término huipil proviene del náhuatl: "huipilli" que significa blusa o vestido adornado y que es conocido como hipil en la península de Yucatán. Se trata de una blusa o vestido con una abertura para introducir la cabeza, mientras los costados se unen dejando el hueco necesario para pasar los brazos. 

Se les puede encontrar muy anchos o estrechos y tan largos que pueden llegar hasta los tobillos; en cambio los cortos alcanzan la cintura. Posteriormente empezaron a utilizarse faldas por debajo del huipil.

Elaboración

Estas prendas son elaboradas con fibras vegetales diversas y teñidas con colorantes provenientes de insectos, moluscos, plantas y minerales. 

Historia de esta prenda

El huipil era utilizado a diario por las mujeres previo a la llegada de los españoles y, según algunas crónicas de la época, se sabe que también era empleado para ceremonias especiales de las culturas teotihuacana, mexica y maya. En tanto, su origen data del período clásico (250-900 d.C.).

Sus diseños son muy variados de acuerdo con la región, empleando diferentes técnicas y atendiendo a la cosmovisión de cada pueblo, además que presentan símbolos religiosos, de flores, de animales, plantas, figuras geométricas o humanas. 

Se sabe que debido a lo minucioso de la elaboración, terminar un huipil puede tardar hasta un año, por lo que es muy valorado. 

Telar de cintura

En el “telar de cintura” los extremos de las hebras o hilos se atan a dos maderas llamadas enjulios que soportarán el tejido. El extremo superior va fijo mientras que el inferior se sostiene con un mecapal, (una faja de tejido de ixtle), que la tejedora sujeta a su cintura para tensar el telar.

Huipiles en México

La producción de esta prenda se distribuye en Yucatán, Quintana Roo, Chiapas, Veracruz, Michoacán, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Tlaxcala, Estado de México y San Luis Potosí.

Huipiles de Oaxaca

Se encuentran entre los más bellos y coloridos y en esta entidad los elaboran con distintas técnicas y materiales de acuerdo a cada localidad, pero generalmente constan de hasta tres piezas de tela, dependiendo del ancho de la prenda, la mayoría confeccionados con telar de cintura.

Pueden ser vestidos completos o blusas y también pueden llevar manga corta o manga larga.

Entre las regiones de Oaxaca que destacan por su elaboración están la mazateca, la chinanteca, los mixes, la mixteca y el Istmo de Tehuantepec. 

Significado de los huipiles

En Oaxaca el significado de los huipiles obedece a la cosmovisión de los pueblos originarios presentando diseños geométricos, de animales, flores, plantas o figuras humanas. Cada prenda igualmente hace referencia a la naturaleza y cultivos de la región, así como a las costumbres propias.

También se puede hablar de dos tipos de huipiles oaxaqueños: el de uso diario y el que se porta en fechas especiales. 

Entre los huipiles de Oaxaca destacan los de gala del Istmo de Tehuantepec o huipiles tehuanos, con grandes y coloridas flores bordadas a mano sobre terciopelo negro.

El turismo puede atestiguar la presencia de los huipiles en las fiestas de la Guelaguetza, ya que las delegaciones los presumen en sus presentaciones en el Auditorio Guelaguetza.

Los más bellos

Asimismo, destacan los huipiles de San Bartolo Coyotepec, los de Villa Hidalgo Yalalag, los blancos que emplean las mujeres de de San Melchor Betaza y los rojos de la región triqui, de enormes grecas rojas.

Del mismo modo sobresalen los huipiles de la región mazateca con bordados y listones de colores azul turquesa y rosa. 

Huipiles de la Cuenca

Mención aparte merecen los huipiles que utiliza la delegación de la Cuenca del Papaloapan, una de las más representativas de la Guelaguetza, cuyas mujeres bailan al ritmo de La Flor de Piña y que se integran por representantes de San Lucas Ojitlán, Tuxtepec, Valle Nacional y San Felipe Usila, entre otras.

Por supuesto no podemos dejar afuera los trajes de las mujeres del Istmo de Tehuantepec que se constituyen de huipil y falda bordados de grandes flores, adornadas con vistosas joyas y collares de monedas.

En la actualidad el huipil ha evolucionado y diversos diseñadores lo incorporan en sus colecciones haciendo sus propias versiones. 

Por otro lado, los precios de estas prendas se corresponden con el valor de piezas hechas a mano y que conservan el espíritu de quien las elabora. 

Lo cierto es que al caminar por las calles de Oaxaca es fácil comprobar que el huipil es de uso común entre la población y aún entre personas extranjeras que reconocen su belleza artística y ancestral. ¿Y tú ya tienes el tuyo?