Ruge Cleveland, que ve definitivamente un futuro, emerger una nueva era sin su hijo predilecto. Los Cavaliers, agitados por un efervescente Donovan Mitchell -39 puntos y 24 en la segunda parte-, se levantaron frente a los enérgicos Orlando Magic de Paolo Banchero (38 tantos) para remontar un séptimo partido en el que llegaron a perder de 18 puntos en la recta final del segundo cuarto (106-94). Más de 30 años después, la última vez fue en 1993, los Cavs celebran un pase a Semifinales de Conferencia sin LeBron James.
Se frotan las manos los Boston Celtics, rival en segunda ronda en una segunda ronda que arranca el martes, pues, tan relajados tras su inapelable 4-1 frente a los Miami Heat, han visto como los Cavaliers se pegaban ante los insurrectos Magic, que se recuperaron de un 2-0 y forzaron el primer Game 7 de estos playoffs tras el 3-2. Pero el espíritu de estos Cavs, con sus limitaciones, aparte de la ausencia de Kristaps Porzingis, promete añadir morbo al duelo. Sobre todo, viendo la explosión de carácter y talento de Spida.
Y es que Mitchell, la estrella que llegó bajo la bendición de Ricky Rubio -consultado sobre su incorporación en verano de 2022-, deslumbró en una redención espléndida. Con los rumores sobre un posible traspaso en verano a punto de subir su volumen para sonar a todo trapo, en juego también su caché como estrella tras su decepción contra los Knicks en los playoffs del curso pasado, Spida cambió el rostro a unos Cavaliers tristones camino de la rendición ante el recital de Banchero y sin Jarrett Allen.
El subidón en la segunda mitad del base-escolta, que venía de anotar unos inocuos 50 puntos en el Game 6, fue inversamente proporcional al bajón de Banchero, 15 tantos en el segundo tiempo tras los 24 del primero para quedarse en un deficiente 10/28 en tiros de campo.
“Sabía qué hora era y dónde estábamos”, dijo el entrenador de los Cavaliers, J.B. Bickerstaff, preguntado por lo que le dijo a Mitchell al descanso. Como buen discípulo de Ricky, Spida no sólo se dedicó a jugar, sino también a enseñar y a hacerse sentir mejor a los demás: no dejó de hablar con un negado Darius Garland que llegó al último cuarto frustrado con sólo 2 puntos. Cuando Spida tenía todo a favor para anotar una bandeja, entregó un triple liberado a Garland. El base de 24 años anotó y acabó con 12 puntos. Pura inteligencia emocional por parte de Mitchell.
Pero pese a que los interpretan las estrellas, los guiones los escriben los entrenadores. La revolución la comandó el ex de los Jazz pero la instigó J.B. Bickerstaff en una frenética partida de ajedrez de toma y daca con el entrenador de los Magic, Jamahl Mosley. Jalen Suggs, un perro de presa que acabó cojeando como uno de los símbolos de victoria de los Cavs, fue una garrapata que absorbió la confianza de Garland al principio con su talento y dureza para navegar las pantallas.
Cleveland dibujó toda clase de jugadas para el base entre pick and roll desde distintas localizaciones, manos a mano y acciones en las que Garland entraba en acción más tarde pero Suggs le desfiguró por completo para luego desquiciar a Mitchell.
Con el conjunto de Ohio en apenas 19 asistencias, tampoco se distinguió Orlando por su creatividad y fluidez con sólo 17 pases de canasta en esta reñida eliminatoria de cortes noventeros. Pero el atasco ofensivo de los Cavs permitía al equipo de Florida ir rascando en transición y en el ataque en estático Banchero se bastaba.
El número 2 del draft de 2022 a punto estuvo de hacer perder a Cleveland los estribos hasta que Bickerstaff halló al antídoto. El pick and roll invertido con el ala-pívot estadounidense de origen italiano, manejador en ese 2x2, volvió loco al cuadro de Ohio, que vio desconfigurada su defensa por completo, desprotegida su pintura sin Jarrett Allen y con Evan Mobley teniendo que salir al perímetro.
Con tal de mantener a Mobley cerca del aro y ser el que se quedara emparejado con el interior en caso de bloqueo directo, un jugador más pequeño como Max Strus pasó a defender a Banchero, quien entonces, aprovechando su mayor tamaño, empezó a percutir para sacar tiros libres. Tampoco funcionó Darius Garland, teniendo que ver gran parte del segundo cuarto desde el banquillo después de que Banchero le sacara la tercera falta.
La solución acabó siendo Isaac Okoro, factor X de los Cavs en este Game 7 con su defensa a la estrella de Orlando. Cortada la cabeza de serpiente, el ataque de los Magic se acabó volviendo imprevisible ante el escaso movimiento del balón y de jugadores y todos esperando a Banchero.
El ajuste defensivo junto a los varios en ataque llevaron a los Cavs a recortar a 10 (43-53) una desventaja que había llegado a ser de 18 a poco menos de cinco minutos para el descanso (29-47), viéndose ya los destellos de la remontada.
Cleveland recompuso por completo su ataque. Dio tregua a Mitchell y Garland utilizándoles como espaciadores para activar en acciones de 2x2 los triples de Max Strus -13 puntos y un 3/6 desde el perímetro-, y las penetraciones de Caris LeVert, con 15 tantos. Pero, sobre todo, el conjunto de Ohio también le dio ritmo al partido, quitándole a Mitchell la presión de Suggs con bloqueos directos en los primeros segundos de posesión y dobles bloqueos. Evan Mobley acabó imponiéndose en ambos aros con 11 puntos y 16 rebotes.
La trampa a Banchero con Okoro acabó siendo el fin de unos Magic privados de celebrar su primer pase a segunda ronda desde 2010, en la época dorada de Dwight Howard. El joven conjunto de Florida, uno de las revelaciones de este curso con su quinto puesto en el Este, pagó la novatada y nadie salió de la timidez para acompañar a Banchero, con Wendell Carter Jr. y Jalen Suggs tras él con apenas 13 y 10 puntos.
El paradigma del colapso ofensivo de Orlando, Franz Wagner. Los de Mosley recurrieron sin éxito a su segunda estrella, horrendo el alemán con 6 puntos y un 1/15 en tiros de campo. En esta NBA cada vez más igualada y en la que cualquier mínimo defecto se paga caro, el campeón del mundo con Alemania ha terminado acusando su desplome en los triples, pasando de un 36% a un 28% esta temporada.
Probando esa desconfianza con un 0/5 desde el perímetro en este choque decisivo, Wagner no pudo desbloquear como manejador el ataque de los Magic ante unos Cavaliers que le esperaron compactos cerca de la pintura concediéndole los triples. Si bien el germano ha añadido esta campaña recursos como finalizador, todo va conectado y su falta de tiro exterior le han condenado a la teoría de la manta.
Con siempre el espíritu del anillo de 2016 en la memoria -y de hecho presente todavía con un campeón como Tristan Thompson en el roster-, los Cavs quieren ganarse otra vez el respeto y los Celtics tendrán que pegarles duro pese a su favoritismo. Tras clasificarse para playoffs por primera vez sin LeBron desde 1998 el año pasado, Cleveland vio con el pase a Semifinales de Conferencia lo que no veía sin The King desde 1993. Tras aprender a andar sin LeBron James, Cleveland tiene ganas de empezar a correr.
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